“El cáncer de páncreas no puede esperar 180 días para ser operado”

La odisea de Ana Rodríguez y su familia no será —finalmente y por fortuna— tan larga como la de Homero, aunque tampoco desdeñable por tal razón. “Diagnosticaron a mi padre un cáncer de páncreas y entró en lista de espera quirúrgica de 180 días”, asegura Rodríguez —enfermera de profesión—, que añade: “Un cáncer de páncreas en 180 días es ya inoperable, si no en todos, casi en el 100% de los casos”.

Al recibir tal noticia, rápidamente contestó que el Sistema Sanitario Andaluz (SAS) garantizaba una espera no superior a los 30 días en casos como el de su padre. “Me dijeron que me olvidara, que en el Hospital de Jaén no iban a operar a mi padre en 30 días porque faltaban anestesistas y solo hacían dos intervenciones de ese tipo a la semana”, lamenta Rodríguez, quien reconoce que, con “mucho esfuerzo”, su familia “costeará la operación que necesita su padre”. “No voy a dejar morir a mi padre por culpa de la administración”, sentencia la joven, que a pesar de haber salvado el escollo por la vía de lo privado, decide seguir adelante con su causa para “denunciar las interminables listas de espera de la sanidad pública andaluza”.

Efectivamente, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) reconoce el derecho de la ciudadanía a la garantía de un plazo de respuesta, que establece su máximo en 60 días para primeras consultas de asistencia especializada y en 30 para pruebas diagnósticas. En cuanto a intervenciones quirúrgicas, el plazo máximo de la lista de espera es de 180 días, aunque cuando se trata de un cáncer como el que padece el padre de Rodríguez, el tiempo se reduce a 30 días, tal y como indica la normativa y recuerdan, además, desde la Plataforma por la Sanidad Pública y de Calidad de Jaén.

“No todo el mundo puede pagar una operación así, por eso quiero llegar hasta el final. No se puede dejar a la gente que muera esperando una operación. Un cáncer de páncreas, cuando pasen 180 días, que son seis meses, ya está por todos sitios y es inoperable”, concluye la joven linarense.

n Manuel Jesús Rodríguez, padre de Ana Rodríguez, acudió al Hospital San Agustín de Linares con un dolor abdominal. “Por suerte le hicieron un TAC y en tan solo diez díaz teníamos prácticamente todas las pruebas de estudio de extensión”, reconoce su hija, que aclara: “Las teníamos todas excepto la biopsia”. Relata que, tras recibir el demoledor diagnóstico, fueron derivados al Hospital de Jaén. “El de Linares es comarcal y no cuenta con todos los servicios”, explica Rodríguez, que una vez en Jaén volvió a echar en falta la biopsia. “La doctora que la realizó no vio conveniente pincharla o, por lo visto, no encontró la lesión a pesar de que esta era de tres centímetros”, indica la joven sanitaria. En este sentido, hace hincapié en que no tiene queja alguna del Hospital San Agustín de Linares. “Excelente. En diez días mi padre tenía todas las pruebas, incluso algunas que se hacen Córdoba. Endoscopias, colonoscopias, resonancias... Todo. Solo tengo palabras de agradecimiento por el trato y el cariño dispensados en el San Agustín”, reconoce Rodríguez, que cuenta que los problemas comenzaron al ser derivados a Jaén. “Mi padre tiene todas las pruebas hechas desde el pasado 15 de junio y no fue hasta el día 29 cuando nos citaron para ver al cirujano, del que recibimos un trato de dejadez”, lamenta Rodríguez.

Obtener un diagnóstico temprano es clave en cualquier proceso médico, más si cabe cuando se trata del temido cáncer de páncreas. Ana Rodríguez llega a reconocer incluso que hablar de cáncer de páncreas es, en ocasiones, sinónimo de sentencia de muerte. “Que mi padre haya sido diagnosticado tan pronto hace que su tasa de supervivencia a 5 años no sea la que suele ser en estos casos”, explica la joven enfermera, que, además, dice que su padre tiene solo 55 años, que es totalmente independiente, que no toma medicación y que está en perfectas condiciones para ser operado.