El anciano encarcelado por estafar 1,2 millones a su pareja pide la libertad

Alega motivos de salud y que no existe riesgo de fuga

12 jul 2019 / 11:06 H.

El octogenario José María C. S. está a punto de cumplir tres meses en prisión preventiva. Fue encarcelado el 16 de abril por, presuntamente, estafar 1,2 millones de euros a una vecina de la capital con la que tenía una relación afectiva, aprovechando que ella tuvo que ser hospitalizada por una grave dolencia. Posteriormente, el juzgado instructor le impuso una fianza de 500.000 euros para poder salir. Ayer, la Audiencia Provincial celebró una vista para decidir si lo deja en libertad, tal y como ha solicitado su abogado, o lo mantiene entre rejas, como piden la Fiscalía y la denunciante, representada por el letrado Salvador Martín Valdivia. La defensa de José María C. S., que fue presidente del Real Jaén a finales de la década de los 70 del siglo pasado, argumentó ante el tribunal que los problemas de salud que presenta su cliente se han agravado como consecuencia de su estancia en la cárcel y que no existe riesgo de fuga.

En la parte contraria, tanto el Ministerio Público como la acusación particular recordaron al tribunal que el anciano no ha devuelto la cantidad supuestamente defraudada, cuenta con antecedentes penales (estaba en libertad condicional por una condena de tráfico de drogas) y los hechos que se le imputan actualmente pueden estar castigados con más de cuatro años de prisión.

Presuntamente, el hombre aprovechó que su pareja cayó enferma y tuvo que ser hospitalizada el 20 de mayo para apoderarse de su patrimonio. Apenas tres días después de su ingreso, José María C. S. utilizó un poder notarial que ella le había otorgado años atrás para transferir a su nombre buena parte de los bienes que tenía a su nombre. Fueron los tres hijos de la víctima los que descubrieron las “maniobra sospechosas” del anciano y presentaron una querella el 19 de febrero.

El acusado, presuntamente, cobró dos pagarés por valor de 1,2 millones de euros, procedentes de la venta de una almazara. En pocos días, transfirió esos fondos a cuentas de distintas personas. La Policía considera que son “testaferros” con los que el octogenario quería hacer desaparecer el dinero. De hecho, hay otras cuatro personas más que están imputadas en esta causa. Una de ellas, a la que transfirió 700.000 euros, declaró en sede judicial que José María C. S. le exigió que se lo devolviera en metálico. Del total sustraído, el Juzgado ha conseguido recuperar unos 200.000 euros. Del resto, nada se sabe por el momento. En una expresión muy coloquial, el abogado de la víctima llegó a decir en la sala que está dispuesto “a bajar el pie del acelerador” si el procesado devuelve el millón de euros que se encuentra en paradero desconocido. La Audiencia tiene la palabra.