El agua no corre, ni los trámites

Ni el agua corre por el Zumeta ni los trámites administrativos para que se ejecuten las obras que le “devuelvan” la vida avanzan. “La pelota está ahora mismo en el tejado de Medio Ambiente”. Lo dice Antonio Guirao, miembro de la Asociación para la conservación piscícola y de los ecosistemas acuáticos del Sur y la persona que lleva más de quince meses denunciando incansablemente la situación del río Zumeta a los cuatro vientos. Y esta no es más que su desecación, en varios cientos de metros, a su salida de la presa de la Vieja, de la que la eléctrica Iberdrola es concesionaria. La denuncia es clara: se incumple la obligación legal de dejar correr un cauce ecológico mínimo, el que permita la vida en este río que, cabe recordar, está en pleno corazón de Segura, en el espacio protegido más grande del país. Todo esto desde hace años, sin que se haya actuado por parte de la Confederación Hidrográfica del Segura, la Junta de Andalucía y la administración castellano-manchega.

Denuncia tras denuncia, en el mes de diciembre de 2018, la Confederación anunció que ya había autorizado las obras, un proyecto que, como defendió Iberdrola, llevaba presentado desde principios de 2017 a la espera de los permisos. A partir de ahí, entra en juego la tramitación en la Junta de Andalucía, titular de Medio Ambiente. Iberdrola asegura que, en febrero, solicitó las autorizaciones a la administración andaluza, a la Junta de Castilla La Mancha —el río es la frontera entre ambas comunidades— y al Ayuntamiento de Santiago-Pontones —está en su término municipal— la pertinente licencia de obras.

En marzo, la Delegación de Medio Ambiente aseguró que, tras recibir la solicitud, se habían pedido “informes ampliados a la dirección del Parque Natural por ser zona de especial protección” y que estos, con respuesta favorable, habían sido recibidos y se remitirían en los días siguientes. Pero, a finales de marzo, cuando la documentación se puso sobre la mesa del Ayuntamiento para otorgar la licencia municipal, el Gobierno local echó en falta, como defiende el propio alcalde, Pascual González, un informe medioambiental más, referido a las afecciones ambientales. Documento imprescindible para poder autorizar el inicio de las obras.

Preguntada la Delegación de la Junta en Jaén por este periódico, ya en mayo, respondió que estaba a la espera de que la empresa entregara documentación requerida sobre estas “afecciones ambientales al Espacio Natural Protegido”. Iberdrola, por su parte, asegura que todas las peticiones e informes requeridos han sido presentados, extremo que la Junta no confirma por reparos jurídicos por la “protección de datos del procedimiento de una empresa particular dentro de la administración”.

“Algo pasa. La pelota está ahora mismo en el tejado de Medio Ambiente. Está claro que la Confederación autorizó y no sabemos si se han hecho los informes ambientales, o si faltan otros”, plantea Antonio Guirao, quien también lleva detrás de las administraciones todos estos meses para conocer el avance de la tramitación. “Pero lo que no sabemos es por qué, si bien el proyecto está mal hecho y es perjudicial o algún otro tema de índole medioambiental o administrativo”, asegura.

Así, ocho meses después, sigue sin conocerse ni la fecha estimada de inicio de obras. Sí existe el planteamiento de una reunión entre todas las partes, en la que participarían Medio Ambiente, la Confederación, Iberdrola y el Ayuntamiento. “Se planteó para finales de julio, para desbloquear el tema y todavía estamos a la espera de fecha”, dice el alcalde.