El aceite se “casa” con la banca

La caída del precio hace que muchas aceiteras prefieran acudir a las entidades de crédito en vez de vender barato

14 mar 2019 / 08:30 H.

Esa frase de “yo no me caso con nadie” resulta demasiado exagerada. En los negocios, a veces, hay que casarse, aunque sea por conveniencia, ya que hay uniones que pueden ser muy beneficiosas para los dos cónyuges. El sector del aceite lo sabe. La bajada de precios del zumo de la aceituna ha hecho que las cooperativas y almazaras de la provincia y las entidades financieras estén obligadas “a quererse mucho”, ya que unas y otras salen beneficiadas.

El aceite cada vez vale menos. Los informes de la Consejería y del Ministerio de Agricultura lo dejan claro. De hecho, los lampantes valen un 30% menos que el año pasado. El sector ha lanzado la situación de alarma ante una caída injustificada de la cotización hasta el punto que la consejera de Agricultura, Carmen Crespo, reunirá al Consejo Andaluz del Aceite de Oliva mañana mismo en Jaén para analizar lo que ocurre y estudiar posibles soluciones.

En cambio, la mayoría de los productores de aceite ya lucen canas y saben que el mercado oleícola es cíclico. A veces, la cotización baja —por los miedos que genera no vender la cosecha cuando hay mucha cosecha— y otras sube —cuando se espera menos producción de lo habitual—. España tiene una cosecha muy importante. En el caso de Jaén, es la segunda de su historia. Y ahora la cotización cae. En cambio, los agricultores ven sus olivos y el cielo. Casi no ha llovido, lo que puede traer una cosecha escasa, que se notará en unos meses. De ahí que esto puede acarrear un incremento de la cotización muy pronto. Además, el Consejo Oleícola Internacional indica que la previsión de cosecha mundial estará muy ajustada, es decir, que no sobrará demasiado aceite de oliva.

la encrucijada. Hay cooperativas y almazaras que han salido a vender al mercado. El principal motivo es el de bodega o, lo que es lo mismo, preferían perder unos céntimos por kilo a pagar para guardar el aceite en otro lado —en sus almacenes ya no les cabía por la importante producción—. En cambio, esto ha hecho que hubiera más oferta de aceite de lo normal y que las grandes empresas compradoras se pararan, es decir, dejaran de comprar. Nadie compra en un mercado a la baja, como le pasa al aceite de oliva, ya que el que quiere el producto se suele esperar para ver si baja algo más. En cambio, cuando sube, se vende más porque los compradores hacen la operación antes de que se encarezca el género.

El problema está en que las empresas productoras necesitan dinero para su día a día y, a la par, para hacer frente a los gastos que le ha generado la campaña. Por eso, el escenario de bajos precios del aceite hace que la mayoría prefiera acudir a la entidad financiera de referencia en busca de liquidez en vez de poner aceite de oliva a la venta, tal y como confirman fuentes del sector.

La explicación es sencilla. Vender una cisterna de aceite de oliva ahora haría que se perdiera un 32% de su valor —comparado con el precio del año pasado—. En cambio, las cooperativas y almazaras tienen acuerdos que les permiten conseguir créditos a tipos de interés muy bajos. Asimismo, la financiación por parte de los bancos de estas empresas hace que no salgan a vender. Esto reduce considerablemente la oferta, lo que debe empujar el precio hacia arriba. De ahí que el matrimonio entre el aceite y los bancos ahora interesa como nunca.

1,93 euros por kilo en lampantes

El Indicador de Precios de Aceite de Oliva de la Fundación del Olivar (Poolred) indica que los lampantes se venden a 1,93 euros por kilo. El mismo observatorio revela que el valor de los extra se sitúa en 2,53 euros, mientras que los vírgenes se pagan a 2,25 euros. La diferencia entre los caldos de alta calidad y los que tienen menor nivel sigue en auge. Mientras, aumenta la preocupación entre los agricultores jiennenses.

Financiación establecida previamente

La necesidad de financiación por parte de las empresas oleícolas no se traduce en que los presidentes o agricultores estén haciendo cola en un banco para que le presten dinero. Esto se hace a través de acuerdos que existen previamente y que, en estos días, hacen que se abra el grifo de la liquidez. Parece evidente que es mejor lograr dinero prestado con un interés bajo a perder hasta un 32% del valor del producto.