El aceite italiano baja, pero aún vale más que el español

El precio disminuye, en solo un año, en más de dos euros por kilo

02 abr 2020 / 16:22 H.
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Estrepitosa. De esta forma se puede definir la aguda caída del precio del aceite de oliva virgen extra italiano, que tal y como refleja un informe del Instituto de Servicio para el Mercado Agrícola Alimentario (Ismea), decreció un 44% respecto al mismo mes del año anterior. O lo que es lo mismo, en términos absolutos, los datos apuntan a que, de media, el precio de un kilo de aceite de oliva virgen extra italiano está en 3,11 euros, mientras que hace un año su coste era de 5,54 euros. Una caída muy significativa que nada tiene que ver con la expansión del coronavirus.

Así lo deja claro el estudio, que achaca esta caída del precio, de forma literal, “a la dinámica normal del mercado”. La sorpresa viene al comparar el precio del aceite de oliva virgen extra italiano con el que se produce en España. Mientras que el primero cuesta 3,11 euros el kilo, el español cuesta hasta un euro menos.

Así, el valor del oro líquido baja, según el mismo informe, en algo más de 50 céntimos. Hay que tener en cuenta que en marzo del año 2019, el precio del aceite español estaba en 2,64 euros el kilo. Así, esta bajada no es tan abultada como la italiana, pero también cabe reseñar que el precio, en un primer momento, era más bajo.

HISTÓRICO. Los precios, desde hace algún tiempo, caen en picado. Esta bajada se remonta a principios del verano pasado y se hizo más aguda si cabe en otoño. En este sentido, la apertura de las almazaras pudo sea una de las principales causas. Como consecuencia de ello, las diferentes asociaciones agrarias pusieron el grito en el cielo y protagonizaron protestas en toda la provincia para reclamar un precio justo. Desde el Ismea, autores del estudio, detallan que la situación de bajos precios ha permitido que las empresas que se dedican a envasar compraran a unos precios muy asequibles tanto en Italia como en el extranjero. Ahora, con la crisis del coronavirus, no se da ningún problema para el suministro. Por el momento, según este organismo, todavía hay aceite que vender, pero se produjo un parón en el mercado debido a que aún hay existencias en las cadenas de distribución. En esta misma línea, ahora la atención se dirige a una parte muy importante de la cadena de producción: los agricultores, ya que impera la necesidad de ver cómo será la campaña que está por venir. En lo referido al comercio en 2019, el informe de Ismea detalla que las importaciones de aceite de oliva y orujo de oliva superaron con creces las 600.000 toneladas —traducido en un aumento del 9,5%— por un valor de 1.400 millones de euros, una caída del 13% por la reducción de los precios internacionales. En el otro lado de la balanza, las ventas al exterior crecieron tímidamente en cuanto al volumen —unas 340.000 toneladas—, pero también tuvieron una gran caída del 8,5% en su valor.

Ahora hay que analizar los datos finales de esta campaña con el fin de prever, o al menos intuir, como evolucionarán los precios tanto en Italia como en España, que sufren una verdadera crisis que quedó más que patente en las concentraciones protagonizadas por los olivareros tanto en la provincia de Jaén como en otros puntos del país, en las que reclamaron unos precios de justicia.

Jaén