Demanda a un hombre por un accidente de caza mortal

La familia del fallecido reclama casi 40.000 euros al autor del disparo

    30 jun 2016 / 14:30 H.

    Casi 40.000 euros. Esa es la indemnización que solicita la familia de Miguel Polo, un vecino de Pegalajar que falleció en un accidente de caza registrado el 17 de agosto de 2013. El hombre, de 80 años, fue alcanzado por un disparo de escopeta, efectuado por otro cazador perteneciente a un grupo distinto. Quedó malherido y falleció once días después en el hospital, como consecuencia de las graves lesiones que le provocaron los perdigonazos recibidos en la cara y en el cuello. Ahora, sus cuatro hijos reclaman a la Justicia que el autor del tiro los indemnice por lo ocurrido. El Juzgado de Primera Instancia número 6 de Jaén acoge hoy la vista previa del proceso judicial. Un trámite en el que las partes personadas —la familia del fallecido, el cazador que efectuó el disparo y su aseguradora— pueden pedir a su señoría la práctica de las pruebas que estimen oportunas.

    Los hechos se remontan al 17 de agosto de 2013, en el conocido como paraje “Puerto Bajo”, del Coto Social de Pegalajar. El fallecido había acompañado a uno de sus hijos para participar en una batida de conejos. Lo dejó, junto con otros cazadores, en un cerro y regresó al punto de partida. Sin embargo, no llegó a su destino. Fue alcanzado por un disparo de escopeta. Falleció once días después. El autor del disparo fue otro cazador, M. A. V., quien reconoció haber efectuado el tiro, si bien defendió que fue totalmente accidental. En su declaración como imputado, relató al juez que los perros señalaron una pieza y que disparó a un conejo que se movía. A los pocos segundos, se oyó un alarido de dolor. Miguel estaba malherido. Falleció el 28 de agosto de 2013.

    El Juzgado de Instrucción número 3 decretó que los hechos eran constitutivos de una falta de imprudencia con resultado de muerte. Sin embargo, estas infracciones quedaron despenalizadas con la entrada en vigor de la reforma del Código Penal, con lo que la causa quedó archivada. A la familia del fallecido solo le quedaba la vía civil e interpuso la correspondiente demanda. Los herederos de Miguel Polo entienden que el autor del disparo no guardó las precauciones necesarias y que descargó su escopeta “al bulto”, sin ver realmente la pieza y en lugar de tránsito de personas —en la cercanía había una balsa de riego—.

    La defensa del demandado sostiene que no hubo imprudencia alguna, que no se percató de la presencia de la víctima y que efectuó un disparo porque los perros le marcaron un conejo. Por eso, rechazan pagar la indemnización. No obstante, y de forma subsidiaria, reclaman a la juez que esa compensación se reduzca en un 90%, debido a que estiman que hay concurrencia de culpas, es decir, que buena parte de la responsabilidad del accidente se debió al fallecido.