De la liquidez al “engaño”

Aparentaba ser un pleno “meramente financiero”, como lo describió el edil no adscrito Iván Martínez. Pero la sesión extraordinaria y urgente que la Corporación celebró ayer fue una clase práctica de filosofía. Anduvo entre el materialismo histórico de Marx, por aquello de las acuciantes necesidades de liquidez que tiene el Ayuntamiento de Jaén, la modernidad líquida de Zygmunt Bauman y la posverdad que se ha instalado en la sociedad, edulcorando supuestas realidades.

Gracias al puntal que son los 3 ediles no adscritos, que, pese a proclamar su inocencia en la situación económica de la entidad local, tras casi 2 años de mandato y muchas votaciones en plenos, cada vez son menos incautos, el equipo de Gobierno del PP aprobó la adhesión del Ayuntamiento a la ampliación, en 3 años, de los plazos de amortización y carencia de los 334 millones en préstamos derivados de los planes de pago a proveedores y del Fondo de Ordenación.

En un ácido debate cuajado de reproches, el edil de Hacienda, Manuel Bonilla, admitió que esta ampliación que permite ahora el Ministerio “no es la panacea”. Pero defendió que es “aire” para los 208 ayuntamientos en riesgo financiero para los que está pensada. Destacó que, hasta 2019, la entidad local se “ahorrará” pagar 74,3 millones en concepto de capital por estos préstamos, si bien tendrá que devolver ese dinero, entre 2020 y 2022, con intereses aplicados que rondarán los “4,2 millones” anuales.

Aunque los tres no adscritos apoyaron la medida, solo Salud Anguita la valoró y esgrimió: “Vamos a comer hoy y, paso a paso, nos iremos preocupando de lo que haremos después”. Pero su pan para hoy fue replicado con el “hambre hoy y más hambre mañana” al que la viceportavoz municipal socialista, Mercedes Gámez, redujo esta ampliación de plazos. “Es una patada a la lata”, la resumió el también no adscrito Víctor Santiago, que, con Iván Martínez, amenazó al equipo de Gobierno local para que empiece a aplicar las propuestas contenidas en su Plan de Racionalización y Saneamiento (Prasana), si quiere contar con su apoyo para los presupuestos.

Los más beligerantes en una sesión de poco más de una hora y exceso de bilis fueron el PSOE y Jaén en Común (JeC). El portavoz de este último grupo, Manuel Montejo, criticó: “Por mucho que estemos en la era de la posverdad, los pagos a proveedores no han sido un plan de empleo. No podemos seguir en este engaño colectivo”. Una falacia como la que, en su opinión, es decir que este aplazamiento es liquidez. “Es una milonga. No es dinero para la ciudad, ni ayuda real”, subrayó. En su opinión, solo sirve para “cuadrar presupuestos”, y alertó de un incremento de la deuda municipal de 40 millones en intereses. Una cifra que Bonilla rebajó a 13 millones, aclarando: “No es dinero líquido, pero sí dinero que dejan de restarnos. Si no adoptáramos esta medida, nos retendrían la PIE y dejaríamos de tener liquidez”.

Gámez criticó “otra operación financiera de susto o muerte” que solo beneficia a los bancos, a los que, en consonancia con JeC, describió como los verdaderos beneficiados de la crisis. Dudó “mucho de que esta operación dé aire”, y agregó: “Son 334 millones que no sabemos cómo vamos a devolver”. Sus palabras calaron en el alcalde, que estalló en su asiento: “¡Tiene guasa que digan esto! ¡Para no aumentar deuda no la generen!”. Acusó al PSOE y a IU de aumentar la deuda local en 300 millones, desde “los 250” reconocidos por el socialista Manuel López a 550. Pero, esta vez, el portavoz municipal socialista, Manuel Fernández Palomino, no se calló. Mientras Márquez blandía una fotocopia con la noticia que atestiguaba las palabras de López en 2007, Fernández Palomino replicó que ese incremento era “¡falso!”: “¡Empezaron diciendo que había 350 millones y ya vamos por 550!”. “¡Saque las actas del primer debate de la ciudad de Fernández de Moya!”, sugirió Matilde Cruz. Pero Márquez no escuchaba: “¡Diga que es mentira, que el alcalde miente! ¡Vergüenza! ¡Y usted era el concejal de Hacienda, además!”, culpó a Fernández Palomino. Para desahogarse, acabado el pleno, el PSOE remitió un extracto de la Cuenta General del presupuesto de 2011 y señaló que la deuda, entonces, era de 240 millones.