Consolidación pese a la crisis

Manuel Parras impulsa en su mandato nuevas misiones y la infraestructura donde asentarlas

01 mar 2019 / 12:23 H.

Justo hoy, y hasta el 6 de marzo, se abre el plazo de presentación de candidaturas a rector, mientras que las elecciones, una vez que se haga el sorteo de miembros de las mesas electorales y la campaña, serán el 2 de abril. Por el momento, tan solo se conoce la intención de presentarse del actual rector, Juan Gómez.

Su predecesor, Manuel Parras, catedrático de Comercialización y Análisis de Mercados, estuvo en el cargo durante dos periodos, entre 2007 y 2015. Tenía experiencia en la gestión y, de hecho, fue secretario de la Escuela de Empresariales entre 1986 y 1988; director de la OTRI (Oficina de Resultados y Transferencia de Investigación) entre 1997 y 1999, o vicerrector con Luis Parras de Relaciones con la Sociedad entre los años 1999 y 2001.

Manuel Parras se presentó porque tenía un proyecto de universidad en la cabeza, en la que además de las tres misiones universitarias esenciales, como son las de generar conocimiento, transmitirlo a los estudiantes y hacer hombres y mujeres más cultos, consideraba fundamental incorporar otras nuevas, como el desarrollo territorial —y de hecho aún hoy es un firme defensor del liderazgo social que tiene que tener la universidad—, la divulgación científica, la formación permanente, la internacionalización y la atención a la diversidad. Y, en este último caso, no solo a las personas que contaban con alguna discapacidad, sino también a los superdotados, que en la actualidad se mantienen con el actual rector.

En 2007 fue elegido para el cargo al imponerse en la segunda vuelta de las elecciones a Rafael Pérez, con un 51,37% de los votos frente al 44,43 de su oponente, y entre estos apoyos destacan los recibidos por la comunidad universitaria de Linares. En el caso de 2011 obtuvo un respaldo aún mayor. Y es que obtuvo el 70,72% de los votos ponderados frente a José Antonio Torres, que también presentó su candidatura al rectorado, y que se hizo con el 20,40.

En ambos casos apostó, frente a la experiencia en la gestión, por jóvenes con empuje, “rebeldía” y con ganas de cambiar las cosas. Recuerda que se trató de equipos muy cohesionados, que impulsaron esas nuevas misiones universitarias cumpliendo con el que era su principal objetivo, lo que supuso mucho sacrificio y esfuerzo. También reconoce la suerte que tuvo, puesto que se trata de una persona que delega mucho en los que le rodean, por lo que si no le hubieran dado confianza su labor se habría complicado.

Sus dos etapas como rector estuvieron marcadas por la crisis: entre 2007 y 2011 aún larvada, y entre 2011 y 2015 ya intensa. Aun así, sus apuestas en estos años siguieron adelante. Estos objetivos pasaron por el incremento de la ayuda social urgente, el emprendimiento, la necesaria internacionalización de la universidad, la consolidación de las políticas de calidad o la diferenciación —con la transformación del centro de Arqueología Ibérica en Instituto Universitario y la puesta en marcha de los Centros de Estudios Avanzados en Olivar y Aceite de Oliva, Energías Renovables y Medio Ambiente, en Tecnologías de la Información y la Comunicación y en Ciencias de la Tierra—, para que al hablar de aceite de oliva, tics o biomasa la UJA fuera un referente.

Aunque la crisis económica comenzó en 2008, no fue hasta 2011 cuando se dejó sentir, por lo que la primera etapa fue tranquila en cuanto a la inversión en infraestructuras en las que asentar esas nuevas misiones universitarias. En total, durante los ocho años que estuvo en el cargo la inversión fue de aproximadamente 80 millones de euros. También con esta cuantía acometieron una política de incentivos que permitió al Personal de Investigación (PDI) y de Administración y Servicios (PAS) avanzar en su carrera laboral. Pero a consecuencia de la coyuntura económica se pusieron en marcha por parte del Gobierno medidas que refrenaron y limitaron la autonomía universitaria, por lo que aunque contaran con recursos económicos, no podían emplearlos para retener el talento de quienes estaban formados y acreditados en la Universidad de Jaén con el principal objetivo de retener el talento.

Entre los compromisos que los equipos de Gobierno liderados por Parras mantuvieron durante estos ocho años estuvieron el de que ningún trabajador que viviera de la universidad se viera expulsado, al tiempo que priorizaron el pago a proveedores, que en torno a los doce días ya percibían la cuantía correspondiente a su trabajo, ya que entendían que uno de los fines de la Universidad es el dinamizar el territorio en el que se sitúa.

Respecto a las infraestructuras puestas en marcha en estos años destaca la recuperación de la Antigua Escuela de Magisterio, la creación de un animalario y la construcción del Campus Científico y Tecnológico de Linares. También acercaron la universidad a diferentes municipios de la provincia, a través de un programa de divulgación científica que, por ejemplo, llevaron a núcleos urbanos como Villacarrillo o Pozo Alcón. Una época en la que se materializaron muy buenos contactos con los profesores de instituto de la provincia y se pusieron en marcha las jornadas de puertas abiertas, que con los años se han consolidado y suponen un gran revulsivo para mostrar a los alumnos de los institutos las posibilidades que ofrece la Universidad de Jaén.

Durante su mandato fue investida la primera mujer como Doctora Honoris Causa por la Universidad de Jaén, la bioquímica Margarita Salas, y también se puso en marcha el Proyecto Natural de Jaén, con el que la institución reconoce la trayectoria profesional, fuera y dentro de la provincia, de distintas personas originarias o entroncadas con Jaén. Entre otras personas que han recibido la distinción hasta el momento se encuentra el investigador José López Barneo, la cantaora Carmen Linares, el escritor Juan Eslava Galán, el investigador Tomás Palacios Gutiérrez, el arquitecto Luis Berges Roldán, el empresario Luis Vañó, el investigador Francisco Herrera, el cineasta Miguel Picazo o el periodista Antonio Caño.

Muy pocas de las iniciativas que plantearon los dos equipos de Gobierno de la UJA en estos dos periodos quedaron pendientes, en opinión del exrector, y sobre todo dejaron una universidad aún más saneada de lo que la encontraron.

En definitiva, fueron ocho años en los que Manuel Parras, junto a sus respectivos equipos en cada etapa, apuntaló los cimientos de la Universidad de Jaén, la que ha supuesto, desde su creación, la mejor noticia para la provincia en los últimos años.