Conexión para la isla más remota

Un grupo de la Universidad aspira a desarrollar un proyecto en Tristán de Acuña

27 abr 2016 / 12:30 H.

La Isla de Tristán de Acuña, enclavada a casi 3.000 kilómetros de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), es la más remota del mundo de las ínsulas habitadas. Debido a este aislamiento, su población se beneficiará de un proyecto que les permitirá mejorar su condiciones de vida y su rendimiento. Precisamente, la iniciativa elaborada por un grupo de profesores del Departamento de Ingeniería Electrónica y Automática de la Universidad de Jaén (UJA), junto al equipo de Proyectos Arquitectónicos de la Universidad de Sevilla (USE), está seleccionada entre las cinco finalistas de un concurso internacional. Se trata de un certamen de ideas para el rediseño de la isla de Tristán de Acuña que organiza el Instituto Real de Arquitectos de Gran Bretaña. La competición busca enfoques innovadores y rentables para el rediseño urbanístico y energético de esta isla que forma parte del territorio británico de ultramar, junto a Santa Elena y Ascensión. En este terreno viven unos 280 habitantes que solo pueden salir y entrar de la zona en barco durante 60 días al año por las duras condiciones meteorológicas.

Los docentes del Área de Tecnología Electrónica de la UJA, Jorge Aguilera, Gustavo Nofuentes y Juan de la Casa, trabajan con el equipo de arquitectos de la USE, liderado por Francisco Javier Terrados, desde marzo de 2015. “Compartimos el proyecto ‘Patio 2.12’ en la Solar Decathlon Europe 2012 que tuvo muy buenos resultados. A partir de ahí, seguimos colaborando. En este caso, esta actuación multidisciplinar me pareció un reto enorme”, indica Aguilera, que, a su vez, es responsable del Grupo de Investigación y Desarrollo en Energía Solar y Automática (IDEA).

El equipo de la UJA se centró en la parte de energía con la idea de mejorar la eficiencia y sostenibilidad de la isla, mientras que, desde Sevilla, desarrollan la modificación estructural de las viviendas, los edificios gubernamentales y el puerto. “Tristán de Acuña sufre un clima bastante extremo, por ello consumen mucho gasoil. Nuestra intención fue encontrar una alternativa más sostenible a través de las energías renovables. Así, hemos diseñado una micro-red, una red eléctrica aislada que, desde la energía generada por diferentes fuentes, es capaz de abastecer el consumo eléctrico de una comunidad”, explica.