Condena por pagar en un casino con dinero falso
Alejo C. G. cambió por monedas varios billetes falsificados de 20 euros. La trabajadora se percató y avisó a la Policía
Alejo C. G. intentó pasar billetes falsos y lo cogieron con las manos en la masa. Por eso, acaba de ser castigado con dos años de prisión. Este veinteañero de la capital se reconoció autor de un delito de falsificación de moneda y otro de estafa por pagar en un salón de juegos con dinero de mentira. En concreto, entregó a la dependiente varios billetes de 20 euros que cambió, posteriormente, por monedas para jugárselas en las máquinas tragaperras.
Alejo C. G. apechugó con los hechos y se conformó después de que el Ministerio Público rebajara su solicitud inicial de condena, que era de tres años de cárcel. También disminuyó la cuantía de las multas que se han quedado finalmente en 1.660 euros y frente a los 3.500 euros que le reclamaba inicialmente.
Los hechos se remontan al 24 de diciembre de 2017 cuando el procesado, “con ánimo de ilícito beneficio”, se dirigió a un salón de juegos de la capital jiennense donde “a sabiendas de su mendacidad” entregó a la empleada dos billetes de 20 euros que no eran de curso legal. Ante la apariencia de autenticidad del dinero, la empleada procedió a cambiárselos en monedas que el acusado gastó en su totalidad en las recreativas del casino. Una vez gastadas, el joven volvió a pedir cambio de otros tres billetes falsos de 20 euros y la empleada le entregó 60 euros en monedas. No obstante, haciendo recuento la trabajadora detectó las irregularidades de los billetes y alertó a la Policía Nacional. Una patrulla se personó en el local cuando todavía estaba el acusado. De esta forma, los agentes intervinieron los cinco billetes de 20 euros que había entregado a la empleada y otros once billetes más que portaba el acusado en el interior de un monedero.
La sentencia, que se dicto “in voce”, establece que el Alejo C. G. tenía “conocimiento del carácter ilegítimo de la moneda desde que hubo entrado en posesión de la misma al ser adquirida a terceras personas desconocidas”. Las fuentes consultadas explican que los billetes intervenidos eran falsificaciones de gran calidad, aunque tenían algunos elementos que los hacían identificables.