Condena al Ayuntamiento y a Aqualia por suelos resbaladizos

Deben indemnizar con 25.188 euros a una joven que cayó en la calle Pescadería

06 mar 2019 / 11:12 H.

La Justicia ha condenado al Ayuntamiento de Jaén y a la empresa Aqualia por colocar suelos resbaladizos en sus obras. En concreto, tendrán que indemnizar a Marina, una joven de 25 años que sufrió una caída en la calle Pescadería de la capital como consecuencia de que las baldosas que se pusieron no tenían el preceptivo tratamiento antideslizante. La víctima, que se fracturó por tres sitios la tibia como consecuencia del accidente, recibe una indemnización de 25.188 euros. La sentencia, dictada por el Juzgado de lo Contencioso número 3 de Jaén, ya es firme, tal y como confirma Juan Emilio García, el abogado que ha representado a la familia en este procedimiento.

Los hechos se remontan a abril del año 2016. En esa época, la compañía Aqualia realizó unos trabajos de mantenimiento de la red municipal de aguas y levantó el acerado de la calle Pescadería para cambiar las tuberías. No obstante, no dejó el lugar tal y como estaba anteriormente. Colocó baldosas de piedra similares a las existentes, pero “muy resbaladizas”, incluso cuando el suelo estaba seco. De hecho, a los pocos días de que los trabajos se terminaran, una joven, que tiene síndrome de Down, se cayó nada más pisar esas losetas. Fue el 28 de abril de 2016. A consecuencia del accidente, la chica sufrió importantes lesiones, que ni tan siquiera la dejaban apoyar la pierna. Por eso, su familia presentó una reclamación patrimonial contra el Ayuntamiento de la capital y contra Aqualia por el deficiente estado del pavimento. La Justicia le ha dado la razón a esta familia jiennense. “Hemos tenido que luchar mucho y acudir a los tribunales porque no nos hacían caso”, sostiene Rosario, la madre de Marina.

En concreto, el magistrado Humberto Herrera entiende que la Administración local tendría que haber mantenido una actitud “vigilante” con la situación de las calles: “En este caso, no ha demostrado qué tipo de vigilancia despliega en las vías públicas para evitar resultados dañosos como el que se produjo”, añade. En este sentido, el juez explica que el Ayuntamiento tiene la obligación de conocer la situación de las calles y de advertir a los ciudadanos mediantes señales o indicaciones de la existencia de algún peligro.

La sentencia también responsabiliza a la empresa Aqualia de lo ocurrido, pues relata que instaló las baldosas sin realizarle un tratamiento antideslizante: “No se puede desentender de los elementos instalados (...). Debe cerciorarse de si lo que va a instalar puede causar un daño y acometer las reparaciones necesarias”, argumenta su señoría.

La representación procesal de Aqualia asumió la culpa, si bien planteó al tribunal la posibilidad de que en el accidente también tuviera algo que ver la discapacidad que presenta Marina. No obstante, el juez descarta de plano esta posibilidad: “El pavimento debe permitir el desplazamiento a toda persona, se encuentre en plenitud de facultades físicas o con ellas mermadas: Las lesiones tienen por causa el pavimento deslizante, no las dificultades en el deambular”, concluye el magistrado en su sentencia, que ya es firme. Así, el Ayuntamiento y Aqualia pagan al 50 por ciento los 25.000 euros que le corresponden a la familia de Marina por un accidente que tuvo como origen las baldosas resbaladizas de la capital.