Con el billete “de ida y de vuelta”

Descienden los inmigrantes en Jaén, que se sitúa a la cola en población extranjera

09 ene 2017 / 12:05 H.

La población jiennense, que crecía desde finales de los años 90 del pasado siglo, se redujo, en 2016, por sexto año consecutivo. En 2015 eran 654.170 las personas que habitaban en el mar de olivos mientras que solo un año más tarde, lo hacían 648.250, lo que supone 5.920 menos. Una de las causas, además del crecimiento natural negativo, según los expertos, es evidente: el imparable éxodo de extranjeros que huyen de las consecuencias del “poco empleo” que encuentran en la provincia. La población extranjera residente en Jaén, a 1 de enero de 2016, era de 16.288 habitantes, lo que sitúa a Jaén como la provincia de toda Andalucía con menor número de ciudadanos de otros países.

Por provincias, Málaga es la provincia andaluza que acoge en sus municipios una cantidad mayor de inmigrantes. Más de 200.000 extranjeros viven en la zona de la Costa del Sol. En segunda posición está la provincia de Almería, con 137.507 extranjeros. Le siguen Sevilla (64.528), Granada, con 57.464 inmigrantes, Cádiz (41.220), Huelva (40.998) y Córdoba (20.117).

Los datos de población, además, reflejan una pérdida de vecinos casi constante. Las estadísticas de migraciones con el extranjero correspondientes al último año difundidas por el Instituto Nacional de Estadística muestran que, por sexto año consecutivo, Jaén recibe cada vez menos población extranjera y que esta caída se acelera. Las cifras indican durante el año 2015 se censaron en la provincia 1.233 personas, mientras que en 2014 lo hicieron 1.335 y en 2013, 1.281. Hace apenas siete años, fueron casi dos mil, los extranjeros que decidieron venir a vivir hasta Jaén. De los pocos inmigrantes que recibió la provincia, 413 procedían del resto de países de la Unión Europea, 152 fueron africanos, 251 sudamericanos, 100 de América del Norte, y 207, de Centro América y el Caribe. Entre los testimonios que dan fe de esta evolución se encuentra el de María Lucía Quintero. Es de Colombia y lleva una década en la provincia de Jaén. Llegó al mar de olivos cuando las cosas iban bien. “Me vine, porque ofrecieron a mi marido un buen trabajo. Ahora, está la cosa más difícil y entiendo que haya muchos que prefieran marcharse a su país o irse a otra ciudad”, explica Quintero, quien añade que, por suerte, su marido tiene empleo, aunque, a día de hoy, ella está en el desempleo. Complicado también lo tuvo Yenny Jazmin. Vino hasta España hace ya once años, para conseguir dinero y regresar a su país de origen, Colombia. “Llegamos con un contrato de trabajo, pero pronto nos quedamos sin él, lo que me llevó a pasar por distintas ciudades del país y pueblos de Jaén, entre ellos los de la Sierra Sur. “Ni en el campo encontramos empleo”, dice. Son dos ejemplos de la realidad de una población que cada vez opta menos por emigrar a la provincia. De hecho muchos de ellos, llegaron con el billete de ida y, ahora, lo compran de vuelta.