Compromiso con el futuro

El nuevo modelo de tienda responde a la preocupación por el medio ambiente

13 nov 2019 / 11:03 H.

Las prisas que acompañan a la sociedad actual a la hora de realizar actividades tan rutinarias como la compra hacen que detalles importantes pasen totalmente desapercibidos. Sin embargo, los hay. Basta con darse una vuelta por el nuevo modelo de tienda eficiente que promueve Mercadona para comprobarlo. En la capital existe uno, el que está ubicado en el polígono de El Valle. El objetivo de la compañía es que estén todos totalmente reformados en el año 2023.

La cadena, comprometida con la sociedad del futuro, responde a la preocupación por el medio ambiente a través de un proceso de cambio que empieza en el modelo de venta y termina en la cadena agroalimentaria. Tres son las áreas en las que trabaja con intensidad: consumo energético, gestión de residuos y logística. También mantiene firmes sus compromisos con el bienestar animal y la pesca sostenible. En cuanto al primer departamento, el nuevo modelo de tienda eficiente, implantado ya en 400 tiendas, incorpora medidas como el uso de iluminación led, cierres en islas de congelado, condensación flotante en la instalación frigorífica para regular la refrigeración en función de la temperatura exterior, acristalamento doble y carpintería con rotura de puente término. La modernización implica también la incorporación de nuevos equipos sostenibles, además de un plan exhaustivo de revisión de puntos críticos para detectar y prevenir posibles fugas.

La segunda área pretende dar respuesta a una inquietud social derivada de la presencia de residuos en el medio natural. Se trata de un problema que requiere una acción coordinada a todos los niveles de una compañía que, además de aplicar numerosas iniciativas encaminadas a la prevención, colabora activamente con proveedores, institutos tecnológicos y otros aspectos sociales en la búsqueda de las mejores estrategias para abordar el reto que plantea la contaminación causada por plásticos. El primero objetivo de Mercadona es que, en los próximos años, el cien por cien de los envases de marca propia sean reutilizables, reciclables o compostables.

Uno de los principales ejemplos en la gestión responsable de los residuos está en el nuevo surtido de bolsas. Los más de 1.600 establecimientos de la cadena ya solo ofrecen a sus clientes tres alternativas para transportar la compra: de papel, cestas de rafia y bolsas con un 50-70% de plástico reciclado procedente del embalaje recuperado en las tiendas. Es una iniciativa fruto del compromiso conjunto de clientes, empleados y proveedores. Gracias a su implicación, contribuyen al aprovechamiento de los recursos, la reducción, la reutilización y el reciclaje para alargar la vida de los materiales y evitar, de esta forma, que acaben en el vertedero. Para su fabricación, la compañía a través de los principios de economía circular, reaprovecha anualmente más de tres mil toneladas de plástico procedente de los embalajes recuperados en las tiendas.

Hay más ejemplos. En la frutería, la prevención del desperdicio de alimentos se consigue con una gestión del pedido diario ajustado, aunque hay que tener en cuenta que, si sobra algo en el día, Mercadona trabaja con comedores sociales, como el caso de Santa Clara, que reciben el producto fresco procedente de la tienda de El Valle. Otro más: la máquina de zumos, instalada con el objetivo de dar una segunda vida a las naranjas que, por calibre, no se pueden poner a la venta. En droguería, la cadena trabaja para crear recursos con residuos, de tal forma que, a cierre de 2018, dos mil toneladas de plástico procedente de mantas agrícolas se convirtieron, mediante el sistema de economía circular, en productos de menaje del hogar. Es decir, los cepillos de barrer o las fregonas están fabricados con desechos que, de otra manera, habrían acabado en el vertedero. Esta responsabilidad también llega a la sección de perfumería. Mercadona ha eliminado totalmente los microplásticos de todos sus productos de cosmética y cuidado personal. La muestra está en los bastoncillos de los oídos, en los que ahora está la celulosa en el lugar que ocupaba antes el plástico. Además, las toallitas del WC son biodegradables. Son, en definitiva, movimientos que contribuyen a reducir una potencial fuente de contaminación marina.

La tercera área en la que trabaja la cadena con intensidad es en la logística. Uno de sus principios consiste en utilizar cada vez mejor los medios de los que dispone. Conseguir transportar más con menos recursos reduce el número de viajes, el consumo de combustible y, por lo tanto, el impacto ambiental de su actividad. Para alcanzar este ambicioso reto, existen tres líneas de acción encaminadas a mejorar la eficiencia de los medios de transporte y los procesos logísticos. Uno: lograr una mayor y mejor capacidad de carga. Dos: la renovación de la flota y el uso de nuevas tecnologías y combustibles alternativos en los vehículos de los proveedores. Y tres: aplicar constantemente criterios de buenas prácticas que ayuden a usar de la mejor manera posible los recursos logísticos.

El ecodiseño, en este sentido, juega un papel fundamental a la hora de, por ejemplo, paletizar las botellas de vino. Otra muestra se puede encontrar en el uso de cajas Logifruit reutilizables, que evitan el uso de cien mil toneladas de cartón al año. Además, son totalmente plegables y, por lo tanto, ocupan menos espacio en un camión.

Por último, en esa política de bienestar animal y pesca sostenible, Mercadona mantiene un diálogo constante con todos sus grupos de interés. Fruto de este diálogo, surgen compromisos e iniciativas encaminados a mejorar en sostenibilidad, compartir buenas prácticas y abordar nuevos retos. Vender es, a todas luces, la excusa perfecta por cuidar lo que tenemos.