Colas en el Centro de Salud del Bulevar por un fin: tranquilidad

Paciencia. Esta es una de las frases que más se han podido repetir durante los últimos días en las puertas de los centros de salud jiennenses y es que, desde el pasado lunes especialmente, son cientos las personas que se han acercado a los estos centros bien sea para obtener el certificado covid, pedir cita o para someterse a una prueba PCR o test de antígenos.

Esta sexta ola de la pandemia genera contagios de una manera más intensa, como consecuencia de la variante Ómicron, ha provocado que sean cientos los jiennenses que acudan a los centros de salud para obtener esa garantía de que puedan pasar las navidades en familia y sin ningún riesgo de contagiar a alguna personas de su entorno más cercano. Pero, la realidad es que el personal sanitario, tras casi dos años de pandemia, cada vez se encuentra más agotado ante los continuos colapsos que sufre en cada una de las olas. Así lo atestigua Lourdes Hermoso, mientras trabaja en la zona donde acuden aquellas personas, citadas previamente, para someterse a una PCR, quien no paró ayer: “Llevamos desde las 08:00 horas, sacamos peticiones de 420 personas citadas hoy (por ayer) y no hemos parado, sacando PCR de contactos estrechos de positivos”. Al mismo tiempo, Hermoso añade: “Nos encontramos agotados, nunca paramos, doblando turnos y echando muchas horas porque nos encontramos saturados”.

Mientras tanto, la cola mayoritaria tiene como destino la zona de Urgencias del Centro de Salud del Bulevar, donde un médico valorará si tienen sintomatología previa y se someterán a un test de antígenos cuyo resultado se obtendría en 15 minutos. En caso de que resultase positivo, esta persona contagiada debe guardar un aislamiento de diez días para someterse, posteriormente a una prueba PCR.

Mientras tanto, los ríos de personas cada vez son más largos a medida que avanza el tiempo y las esperas suelen durar, como mínimo, unos 45 minutos. “Llevo aquí desde las una menos cuarto y hemos venido porque hemos tenido un contacto con un positivo y, además, teníamos algunos síntomas y queremos prevenir”, señala Francisco Abelenda, quien al mismo tiempo apunta su resignación: “Esta cola es normal si hay solamente un centro que hace las pruebas, si hubiera más esto no sucedería, pero hay que aguantarse con lo que tenemos”.

Este pensamiento es el que comparte otro joven que acude a someterse a un test de antígenos como es Manuel Muñoz: “Hace tres días tuve 38 y medio de fiebre y he venido aquí para asegurarme pensando en mi familia, aunque ahora me encuentro mejor salvo el dolor de garganta”. Muñoz mostró su queja: “Debería estar mejor organizado, pero tampoco puedo decir nada, es lo que hay y más en estas fechas que todos quieren asegurarse las cenas”.

Una mezcla de paciencia y resignación que marcan el día a día.