Cinco años de cárcel por abusar sexualmente de su nieta durante un lustro
El hombre, de 65 años, aseguró en el juicio que solo le hacía “cosquillas” a su nieta, pero jamás tocamientos
José Á. C., un vecino de la capital de 65 años, ha sido castigado con cinco años y un día de prisión por abusar de una de sus nietas durante casi un lustro. En concreto, la Audiencia Provincial considera probado que el hombre sometió a la pequeña a distintos tocamientos “a lo largo de los años y sin solución de continuidad” cuando ella iba a dormir a su casa. Lo hizo desde que hizo la primera comunión hasta que cumplió los quince años.
Del mismo modo, la sentencia absuelve a José Á. C. de un segundo delito de abuso sexual. La Fiscalía lo acusó de abusar de otra de sus nietas en una única ocasión producida en septiembre de 2015. Sin embargo, en este caso, el tribunal ha considerado que el testimonio de la menor no ha sido el mismo a lo largo del procedimiento, lo que genera una duda favorable para el procesado.
En la misma resolución, los magistrados de la Sección Tercera de la Audiencia condenan al padre de la víctima, Felipe Á. Z., como autor de un delito de malos tratos cometido sobre su hija. Le imponen un castigo de 21 meses de cárcel.
Los hechos juzgados se remontan a mediados del año 2014, cuando el progenitor se separó de su esposa y se llevó a vivir con él a sus dos hijas biológicas, de 13 y 11 años. La mayor de las dos hermanas acabó denunciando a su propio padre en febrero de 2016. Relataba continuos episodios de insultos, menosprecios, golpes y puñetazos. Felipe Á. Z., de 36 años, rechazó estos hechos, aunque reconoció que alguna vez le había dado “alguna cachetada a su hija en el culo o en la boca” por faltarle al respeto a él o a sus abuelos. Sin embargo, el tribunal no le cree y da más valor a la versión de la niña. En este sentido, la sentencia habla de un comportamiento “hostil y violento” que se producía a diario. En alguna ocasión, la pequeña llegó a sangrar por la nariz y presentaba hematomas en el ojo como consecuencia de las agresiones. Por ello, la menor estaba “atemorizaba” y no podía llevar una vida social normalizada.
Pero es que, además de los malos tratos de su padre, la sentencia asegura que también sufría los abusos sexuales por parte del abuelo. Y no fueron un hecho aislado, sino que se produjeron durante casi un lustro. La resolución de la Sección Tercera enumera diversos episodios que atentan contra la libertad sexual de la niña, como tocamientos. En el juicio, celebrado el pasado día 17, José Á. C. rechazó esos cargos. Cuando le preguntaron por los hechos, el hombre aseguró que a sus nietas solo les hacía “cosquillas” o les rascaba por el brazo como juego, que “llegaba hasta el pechillo” y que lo hacía, incluso, delante de la madre. Sin embargo, la víctima relató a los magistrados que su abuelo fue “más allá”.
La versión de la menor fue considerada “creíble” por todos los psicólogos y profesionales que la han atendido a lo largo del procedimiento. De hecho, dijeron en el juicio que habían encontrado numerosos elementos característicos de situaciones de violencia sexual intrafamiliar. La sala entiende que la menor no tiene motivo para incriminar en falso a su abuelo, “ni tampoco cabe achacar una hipotética animadversión o motivación torticera de alguien de su entorno familiar, que pudiera haber manipulado a la niña”. Hay que recordar que la defensa aseguró durante el juicio que la pequeña estaba “dirigida” por su madre.
Por todo ello, la Audiencia impone a José Á. C. una condena de cinco años de cárcel, ya que le aprecia el agravante de parentesco y tiene en cuenta, igualmente, que los abusos fueron continuados —el máximo para este delito son seis años—. Como responsabilidad civil, debe indemnizar a su nieta con 6.000 euros. En principio, la Fiscalía pedía casi once años de prisión para este acusado. Por su parte, el progenitor de la niña ha sido castigado con 21 meses de cárcel y una compensación económica para su hija de 1.500 euros. La sentencia se puede recurrir ante el Tribunal Supremo.