Casa Herminia cuida de los mayores en el confinamiento

Las cocinas de Alberto Fernández alimentaron a noventa personas

21 may 2020 / 12:13 H.
Ver comentarios

Una cocina única. El Restaurante Casa Herminia, así como su capitán Alberto Fernández, además de alimentar y sembrar el sello jiennense en miles de visitantes cada año gracias a las delicias que son capaces de crear en los fogones, no deja de aportar en el municipio que los vio nacer y triunfar, Cabra de Santo Cristo. A pesar del confinamiento y el estado de alarma, las cocinas de Casa Herminia no han estado apagadas, y no con el fin de desafiar a las autoridades, todo lo contrario, nunca antes la comida había tenido un fin tan solidario y generoso. Para entenderlo, hay que remontarse a los primeros días de la pandemia, cuando se detectaron varios positivos en coronavirus en Cabra de Santo Cristo, lo que llevó, tanto a los afectados como a su entorno, a guardar un duro confinamiento.

Esto fue el desencadenante para que Alberto Fernández, siempre pensando en ideas, planteara la posibilidad de realizar “comidas solidarias” para estas personas, así como para los mayores y más vulnerables del municipio, “a los que había que cuidar”, según el chef, junto a las familias en situación precaria. Fue entonces cuando se lo propuso al Ayuntamiento, que no dudó en mostrar su apoyo, iniciativa a la que más tarde se unirían otros vecinos del pueblo que han realizado las tareas de pinche del chef, así como Protección Civil, encargada del reparto con todas las medidas de seguridad. Nombres como Manuel Justicia, Mari Carmen Hernández y Francisco Pajares han sido los grandes aliados del cocinero de Casa Herminia. “El objetivo era proteger a las personas más vulnerables del municipio y la verdad es que la ciudadanía se ha volcado con la idea”, describe el autor de esta historia. Asimismo, son muchos los particulares y empresas que han colaborado de forma altruista en este proyecto a través de donación de alimentos o económicamente para el abastecimiento de las cocinas.

Comenzó así una aventura solidaria que, en un principio, consistía en la preparación y reparto de 35 menús diarios que poco a poco se fue ampliando llegando a la cifra de 90, con un total que supera los 4.000 almuerzos. A todos ellos se les atendió durante las semanas más complicadas del confinamiento mediante un plato caliente y un postre que, viniendo de las manos de Fernández, seguro que al menos curaba el alma de quienes no tenían más opción que la soledad. En estas semanas no han faltado los guisos, potajes, albóndigas, sus habas de temporada o las ensaladas, además de la carne y el pescado. La iniciativa llegó a su fin, tras más de 50 días de funcionamiento, con la decisión del Gobierno de comenzar con la desescalada, en un momento en el que la situación de Cabra se Santo Cristo ya era estable. Desde el propio Ayuntamiento, han ido compartiendo imágenes de las jornadas de trabajo de Alberto Fernández y su improvisado equipo y mostraron su agradecimiento por esta labor esencial en el municipio. Por su parte, el chef sentencia: “Ha sido un orgullo poder aportar en estas complicadas semanas y hemos demostrado que la hostelería no solo está para la alegría, sino siempre que se la necesita”.

Jaén