Carmela Cobo Soto: “Hay una gran brecha orgásmica”

La Secretaria de la Asociación de Especialistas en Sexología (AES) reflexiona sobre la importancia de reivindicar el derecho al placer entre las mujeres en el Día Internacional del Orgasmo Femenino

08 ago 2024 / 18:50 H.
Ver comentarios

Hoy, 8 de agosto, se celebra el Día Internacional del Orgasmo Femenino y la profesional pone el acento en que las mujeres tienen derecho a lograrlo, no sólo por el placer que se obtiene, sino también porque interfiere en su salud física y psicológica.

—¿Qué reivindica hoy, 8 de agosto, en el Día Internacional del Orgasmo Femenino?

—Sobre todo, poner el acento en que el orgasmo es algo positivo que las mujeres también tenemos que permitirnos, al igual que preocuparnos, si no lo alcanzamos. Poseemos el derecho al placer y, a veces, se nos ha educado con la idea de que no es algo por lo que nosotras tengamos que preocuparnos demasiado, por lo que siempre hemos vivido nuestra sexualidad a expensas de la masculina. Es la reivindicación de un día para poner el acento en que es importante, no sólo por cuestión de placer, sino de salud. Además, hay una gran brecha orgásmica y lo sabemos porque los hombres los logran y las mujeres mucho menos.

—¿En qué aspectos de la salud interfieren los orgasmos?

—La propia experiencia del orgasmo es muy importante porque te hace sentir feliz y que vives tu sexualidad de una manera más plena, además libera hormonas muy importantes que provocan una sensación de bienestar contigo misma y, por supuesto, físicamente.

—A pesar de los movimientos para reivindicar el orgasmo femenino, ¿por qué cree que sigue siendo un problema que tantas mujeres no lo consigan? ¿Cuáles son los factores sociales que influyen?

—Estoy constantemente realizando talleres y me muevo con una población mayor. Y es que, hablas con las mujeres y sientes que ni siquiera conocen su cuerpo y que nunca se han aventurado a masturbarse. Venimos de esa educación de que las féminas esperan siempre a sentir el placer cuando ya lo experimentan con otra persona y, de aquí, viene la principal falta de conseguir el orgasmo. Supone un trabajo de reconstrucción y, a continuación, vivir la sexualidad de manera individual y, luego, con quién merezca la pena. Me encuentro en talleres a mujeres que no se atreven a reconocer que se han estimulado. La mayoría porque no lo han hecho y, el resto, porque les da vergüenza contarlo.

—¿Es una mezcla de tabúes y falta de educación sexual?

—Por supuesto. Muchas de las dificultades que los sexólogos vemos en consulta, se solucionan sólo con la dotación de información. Si educáramos para la salud sexual, evitaríamos una infinidad de malestar y dificultades.

Jaén