Cáritas pide ropa de abrigo y calzado para los temporeros

El dispositivo de atención a los temporeros que arriban a la provincia buscando un jornal en la dura campaña de recogida de la aceituna solo lleva tres días en marcha. Sin embargo, el temporal de lluvia, viento y nieve que golpea el país ha “acelerado” la necesidad de recursos de algunas organizaciones humanitarias para darles cobertura. Es el caso de Cáritas. A través de su perfil en la red social Twitter y en el de la parroquia y comedor de San Roque, en Facebook, la organización, dependiente de la Iglesia, lanzó un llamamiento a la población para que, en la medida de sus posibilidades, lleve ropa de abrigo y zapatos al “Baúl” (o Ropero) que Cáritas gestiona frente al Hogar de Santa Clara para dar respuesta a las necesidades de los temporeros. En estos últimos días se ha registrado un repunte de llegadas. “Ayer [por el lunes] había casi 100 personas en el centro de transeúntes. La comida la tienen asegurada en él y en los dos comedores que tenemos, pero algunas criaturas duermen en la calle y el clima está acelerando la petición de abrigo”, explicó el director de Cáritas Diocesana, Rafael López-Sidro. Necesitan mantas, chaquetones, bufandas, gorros y calzado. “Principalmente, zapato deportivo, botas y zapato errado de caballero de números grandes”, se concretaba en el mensaje que el Comedor de San Roque colgó en Facebook.

El dispositivo de atención a los temporeros abrió, oficialmente, el lunes con 170 plazas, pero, en los días previos, en el Centro de Transeúntes ya se habían habilitado algunas más plazas de con las que cuenta, habitualmente, el servicio “para poder acoger una demanda mayor de lo normal”, explicó, entonces, la concejal de Asuntos Sociales, Reyes Chamorro. Gracias a ese gesto del Ayuntamiento, el domingo por la noche fueron atendidas en el centro 85 personas. El dispositivo, que comparten los principales núcleos poblacionales de la provincia, pretende cubrir las necesidades básicas de alimentación, aseo y alojamiento (solo durante tres días y tres noches) de los “buscadores” de tajo. Además, les facilita el desplazamiento a otros pueblos en los que pueda haber una mayor probabilidad de hallar empleo y el retorno a sus lugares de procedencia, si no logran un tajo. El objetivo es evitar situaciones de exclusión social y preservar su dignidad como personas. Pero, en lo que a alojamiento se refiere, no todos quieren dormir en el Centro de Transeúntes. “Algunos, sabedores de que en el albergue no pueden estar más de tres noches, buscan un sitio donde se ubican y de allí no se mueven”, señaló López-Sidro. Aunque eso suponga dormir en la calle o al resguardo de las heladas que deja la noche en un cajero. En las inmediaciones del casco urbano de Jaén hay varios “asentamientos”. “Saben que [en ellos] pueden pasar un par de meses sin problemas y , si alguno se va, vende su espacio por 20 euros. Son derechos adquiridos y la gente los respeta”, subrayó.

Para atender a estas personas, voluntarios de Cáritas y de otras organizaciones, como Cruz Roja, de cofradías y hasta de colegios se coordinan en un “equipo de calle”. Desde Cruz Roja, Francisco Lendínez señala que la prioridad de la organización son estos temporeros que dormitan al raso y, en este sentido, asegura que disponen de recursos materiales suficientes para cubrir la demanda actual. En la campaña del año pasado atendieron a unas 2.000 personas. Una cifra que esperan que se repita esta campaña.