Bódalo es un preso poco común

Los informes y las entrevistas de la prisión son claves para no concederle los permisos

01 sep 2016 / 17:30 H.

Andrés Bódalo sigue en el módulo 9 del centro penitenciario. Ingresó el 30 de marzo y los que tratan con él cada día aseguran que, si hubiera sido “listo”, ya estaría en la calle. “Sigue erre que erre con su lucha obrera. Da la sensación de que asaltaría otro Mercadona o protestaría lo que hiciera falta porque así es la lucha obrera. Si no lo dijera, lo tendría más fácil para salir. En cambio, da la sensación de que se siente un preso político y sigue fiel a sus principios, lo que le dificultará conseguir los permisos que conllevan el tercer grado penitenciario”, afirma un trabajador que lo conoce.

“No ha tenido un solo expediente disciplinario. Al principio llegó bastante amedrentado, pero ya se mueve con soltura dentro del centro y da sus charlas sobre política y eso. No duda en señalar que sus principios son los que lo tienen aquí”, aclara otro funcionario de la prisión. Andrés Bódalo solicitó al Juzgado de Vigilancia Penitenciaria la revisión de su grado. Quería pasar del segundo al tercero, lo que le permitiría disfrutar de permisos.

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