Avalancha de exámenes para obtener el carné de conducir

Alas nueve y media de la mañana, las instalaciones de la Dirección General de Tráfico (DGT) estaban en plena ebullición. Llegaban los coches de las autoescuelas con las motocicletas en los remolques. Los alumnos iban y venían de un lado para otro, mientras que los examinadores recogían las carpetas con la documentación y realizaban las pruebas. Hacía tiempo que no se veía la pista de pruebas de la Carretera de Madrid con tanto ambiente. Los aspirantes se contaban por decenas. Rafa —prefiere no decir el apellido— era uno de ellos. “Tengo el estómago hecho polvo. No he comido nada y los nervios no me dejan”, comentaba. El examen de la motocicleta no es poca cosa. Hay que intentar que no suenen las chapas y luego mantener el equilibrio en un zig zag con pinetes sin poner el pie en el suelo antes de encarar el circuito de velocidad y demostrar el control del vehículo en una frenada de emergencia. Si te pones nervioso, caes. Así de crudo. Los exámenes de conducir han vuelto a la provincia después de un calvario, que se inició en junio ante la huelga de examinadores que, en su legítimo derecho, iniciaron una protesta para pedir al Gobierno que cumpliera los compromisos sociales y salariales que habían adquirido.

Sin embargo, el problema no se ha solucionado. El comité de huelga mantiene la movilización reivindicativa, aunque en Jaén sí que se ha disipado. Por eso, los exámenes del carné de conducir han vuelto a la provincia casi con total normalidad. El jefe provincial de la Dirección General de Tráfico, Juan Diego Ramírez, afirma que la demora para realizar la prueba en la provincia ya solo es de una semana. “Hemos aprovechado todos los recursos disponibles para causar las menores molestias. En estos días, hemos visto que muchos examinadores han dejado la protesta y se han incorporado. Quiero dar las gracias a los trabajadores de la DGT por su gran labor, ya que convocar y desconvocar a los alumnos es una tarea bastante dificultosa y han demostrado su profesionalidad. Asimismo, quiero pedir disculpas a los ciudadanos que querían hacer las pruebas y que se han encontrado con la huelga”, afirma Juan Diego Ramírez. No obstante, el problema todavía no se ha solucionado. La huelga comenzó en junio. Entonces, los examinadores solo hacían las pruebas los jueves y los viernes, mientras que los lunes, los martes y los miércoles no acudían a trabajar como medida de protesta. Después de las vacaciones, que finalizaron a mediados de agosto, hubo unas semanas que se hicieron los exámenes con normalidad. En cambio, la protesta se reanudó en septiembre, aunque, poco a poco, muchos de los examinadores de Jaén la han abandonado. Sin embargo, la Dirección General de Tráfico convoca —cada día— a los 12 grupos. Cada uno tiene un examinador asignado. Todos han de ir, pero el funcionario no tiene la obligación de avisar. Si secunda la huelga, no va. Entonces, ese grupo se queda sin examen. Si no, se realizan las pruebas con normalidad. A partir de esta semana, casi todos los grupos encuentran al examinador para la prueba.

Las autoescuelas se ven aliviadas. La incorporación de los examinadores al trabajo hace que sus alumnos se puedan examinar, por lo que otros se incorporan a las clases de coche o, simplemente, retoman el carné, por lo que comienzan a hacer negocio. El problema es que la huelga les afectó en el verano, que es un periodo clave. De hecho, la campaña de la aceituna coincide con el periodo de menos alumnos en las aulas.