“Mi voluntad es recuperar todo el camino perdido con los recortes”

María Gámez Gámez,

15 mar 2020 / 12:14 H.
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Llega puntual a la cita, rodeada de hombres vestidos de verde, algunos de paisano y, por supuesto, mujeres. Ellas son imprescindibles en la institución que representa y, aunque es consciente de que no será cuestión de coser y cantar, sus esfuerzos se centrarán en incrementar la presencia femenina entre los uniformes más valorados por los ciudadanos. María Gámez Gámez (Sanlúcar de Barrameda, 1969) introduce un nuevo estilo de mando en el seno de una organización con más de 175 años de historia. Recién aterrizada como directora general de la Guardia Civil, tiene claro el papel que desempeñan los agentes en la España Vaciada. Cercana, afable en el trato, seria cuando la ocasión lo requiere y, por supuesto, una mujer comprometida.

—¿Hacía falta una mujer dirigiendo la Guardia Civil?

—Yo creo que sí que. Hacen falta mujeres en todos los puestos de responsabilidad y en todas las esferas, pero quizás en la Guardia Civil todavía más. El mensaje queda como más claro: las mujeres pueden llegar a los máximos puestos de responsabilidad, incluso donde está infrarepresentada.

—175 años después...

—Es verdad que los ámbitos de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado estamos más atrás que otros, afortunadamente. Pensemos en la política o en las carreras judiciales, ahí hemos dado grandes pasos, pero en estos lugares partimos de más atrás y, por lo tanto, hemos necesitado, lamentablemente pienso yo, más tiempo. ¿Significa que hubiera impedimentos? No, porque desde 1988 está permitido. Significa, sencillamente, que la Guardia Civil no ha resultado atractiva o a las mujeres les ha parecido más difícil. Hemos creído que no iba a ser fácil para nosotras estar.

—¿Cree que su llegada marcará un antes y un después o todo debe seguir igual?

—Tiene que servir para avanzar, justamente, ese mensaje. No hay lugar excluido para la mujer, ningún ámbito, ni siquiera aquellos que pensamos y visualizamos como masculinos. Mi voluntad es también transformadora, es decir, he llegado no solo para poner una cara de mujer mientras todo sigue igual, sino con ánimo de transformar. Eso es lo que yo, humildemente, pretendo.

—¿Considera que el Gobierno de Pedro Sánchez favorece que haya más mujeres en altos cargos de responsabilidad?

—Sin lugar a dudas, ya lo hizo en la anterior etapa con un Gobierno donde había más ministras que ministros, vuelve a hacerlo en una etapa claramente feminista, y se está demostrando en la Guardia Civil, en el CNI y en otros ámbitos donde las mujeres están poco representadas o donde parecía difícil que pudieran liderar.

—¿Cuál es su estilo de mando?

—No se parece al mando tradicional que nos han explicado, que es un estilo de mando que hemos asociado al hombre porque, mayoritariamente, lo tenían ellos. El mando puede estar en manos de una mujer y, es más, pienso que no deberíamos copiar modelos masculinos, porque puede ser igual de firme, contundente y claro sin asociarse a ese tipo de carácter.

—En su toma de posesión dijo usted que su apuesta principal será incrementar la presencia femenina en la Guardia Civil. ¿Cómo lo hará?

—Hay una parte importante que es de promoción y de visualización, esa la podemos hacer sin cambiar nada, solo explicando mucho y mostrando cómo la mujer se puede desarrollar perfectamente. Y, además, a la Guardia Civil le viene bien.

—¿Por qué?

—Porque en muchos ámbitos son absolutamente imprescindibles, ya no es que sea bueno ni que sea mejor, como por ejemplo en fronteras o en lugares donde se tienen que hacer reconocimientos de personas físicas; pero también otros ligados a temas femeninos, como los equipos de mujeres y menores, por supuesto, y otros más, como la Policía Judicial, donde por suerte ya están teniendo una presencia elevada y donde están aportando mucho, porque en esas tareas de investigación o de información la mujer pasa más desapercibida a la hora de hacer su trabajo, por lo tanto no resulta llamativa, lo que es bueno para hacer una investigación silenciosa.

—¿Está bien que se vinculen más con la violencia de género?

—Yo creo que es bueno que, para el tratamiento de las víctimas, haya mujeres en el sistema de violencia de género, porque generan confianza en una víctima que va a esperar la mano unida más de una mujer que de un hombre por la situación que ha vivido, pero tiene que llegar el momento en el que los hombres sean también esa mano unida y que encuentren confianza en ellos, porque todos los que hacen ese trabajo están convencidos de que pueden ser de la misma confianza que una mujer.

—¿Es trabajo nuestro generar esa confianza?

—Es un trabajo de toda la sociedad, porque esa labor no puede ser solo de las mujeres, sino que tiene que ser prestada con el mismo cariño y eficiencia por los hombres.

—Superado el primer escalafón, que es entrar en la Guardia Civil, ¿qué cree que hace falta para que las mujeres que ahora son alumnas puedan llegar, algún día, a estar en los más altos puestos de responsabilidad?

—Como cualquier hombre, les hacen falta años, porque en un Cuerpo tan jerarquizado como este hace falta tiempo para llegar, una dificultad que encuentran también los hombres en la Guardia Civil. Lo que sí me preocupa es que haya otras barreras añadidas para ascender, normalmente invisibles, que no se deben a ninguna norma, por ejemplo, que por su papel de cuidadoras tengan que renunciar a determinados puestos o porque son visualizadas todavía como menos capaces. Ese tipo de barreras son las que tenemos que detectar para cortarlas y que desaparezcan.

—¿También depende de la sociedad o de cada persona?

—Depende de todos, fundamentalmente de los hombres, porque en el momento en el que ellos asuman cuidados de hijos y de mayores, la mujer no tendrá que pensarse si acepta o no, sino si le apetece o no, como cualquier hombre, pero sin cargas. Esa tarea corresponde a los hombres y, también, a las mujeres, que deben dejar de tener un problema de conciencia sobre el cuidado de sus hijos. Tenemos una carga cultural que nos pesa mucho, porque viene de muy atrás, y hay que modelarla.

—¿Se ha topado con alguna mala mirada como directora general de la Guardia Civil?

—Nunca he observado un tratamiento distinto por el hecho de ser mujer, todo lo contrario, he notado mucha alegría, satisfacción... y debo decir que también de la mano de muchos hombres. En la medida en que yo creo, y esto es de mi cosecha, que han visto reflejada la llegada de una mujer, están viendo a su hija, a su hermana, a su sobrina... La alegría no era porque fuera yo, sino por el cambio en el que se ven reflejadas muchas mujeres cercanas.

—¿Para qué sirve el Plan de Igualdad de la Guardia Civil?

—Viene del año pasado, afortunadamente, lo que quiere decir que también hay hombres liderando instituciones que toman estas riendas y no ha tenido que llegar una mujer para sacar adelante un plan, sino que lo hizo el anterior director general, y lo que significa este plan es, verdaderamente, tomarse en serio este asunto. Cuando tú haces un proyecto, significa que vas a medir por qué las mujeres no llegan a, por qué son menos, qué dificultades tienen, qué problemas puede haber de condición de género... Todas estas cuestiones, hasta que no las analizas no vas a ser capaz de buscar soluciones. Estamos en esa etapa de estudiar para acabar con la desigualdad.

—Ya que está en Jaén, los jiennenses tienen en Baeza la Academia de la Guardia Civil, una cantera dinamizadora también de la economía. ¿Cuál será su apuesta en este importante centro?

—Mi apuesta va en varios sentidos. Una es continuar dándole la relevancia que tiene la formación, esa es nuestra cantera. Otra es la importancia que tiene que nos apoyemos en estructuras en este ámbito de formación que estén en la España real, que no son las grandes ciudades, sino medias o pequeñas, porque es necesario que el problema de despoblación que se labra desde hace años tenemos que atenderlo con infraestructuras y con vida alrededor de la Guardia Civil.

—La Guardia Civil forma parte del paisaje rural, es parte imprescindible en la lucha contra la despoblación, pero cada vez hay menos cuarteles. ¿Qué modelo promueve en los pueblos?

—Es, precisamente, la base de su nacimiento y su esencia. La Guardia Civil está muy ligada al territorio, a la naturaleza y al cuidado de nuestro entorno, por lo que no hay que convencerla de la necesidad de dar vida a los pueblos.

—¿Cree que los guardias deben vivir en los cuarteles?

—Bueno, yo creo que prestan un gran servicio cuando viven muy cerca, por lo que eso puede ser viviendo en un cuartel o no, porque a veces la cercanía no se mide en kilómetros, sino en tiempo y en capacidad de respuesta. El hecho de que haya vivido hasta ahora muy cerca del lugar en el que presta su servicio ha dado un valor extraordinario a la Guardia Civil, que es ser gente, conocer muy bien nuestra realidad, pero no solo para entenderla, sino también para poder solucionar los conflictos que surgen en seguridad. Cuando conoces algo bien, tienes más elementos de juicio en la investigación, y eso no le pasa a otro cuerpo judicial.

—¿Considera que faltan agentes en una provincia con los índices de delincuencia más bajos de toda Andalucía?

—Los resultados demuestran que tenemos una provincia segura, pero es verdad que la seguridad es una cosa y otra es la sensación de seguridad. Lo que tenemos que hacer es tratar de revertir los duros años de recortes en la Guardia Civil. Costará un tiempo, porque no se puede hacer de golpe ni presupuestariamente ni en personal. Ya el año pasado hubo una oferta de empleo más generosa y esa es mi voluntad, recuperar el camino perdido.

—¿Cuál es el principal desafío al que se enfrenta la Guardia Civil en este momento?

—Ser eficiente su prestación y su servicio en la difícil situación que arrastramos de falta de personal, cómo somos eficientes si somos pocos y desplegados en el territorio. Ese es el reto, hallar la fórmula para dar sensación de seguridad.

—Es mucho el trabajo de la Guardia Civil en una provincia rica en agricultura y naturaleza. ¿Cuál es su apuesta?

—Por un lado, garantizar el papel de las explotaciones agrícolas y ganaderas. Afortunadamente, debo decirlo, en 2019 se combatieron mejor los delitos y, por lo tanto, respondemos bien a esta necesidad del sector económico. Sin embargo, es muy importante el cuidado del medio ambiente para asegurar que nuestros recursos no sufran, porque la agricultura hace atractiva a esta tierra, ya no es solo el turismo, sino también el olivar. La fortaleza de la Guardia Civil es abarcar un abanico muy amplio.

—¿Qué es lo que más le preocupa en este momento?

—Me preocupa, como a todos los responsables en materia de seguridad, los delitos más graves, a los que somos vulnerables por naturaleza porque están globalizados. También la violencia de género, porque es el terrorismo que está organizado por una forma de pensar que todavía no hemos sido capaces de destruir. Algunos piensan que las mujeres somos objeto de propiedad de alguien.

—¿Cómo afronta el problema del coronavirus?

—Como todas las organizaciones, seguimos las recomendaciones de las autoridades sanitarias para procurar poder trabajar en lo que nos tenemos que ocupar: la seguridad de la provincia. La Guardia Civil tiene diseñado desde hace varias semanas un Plan de Contingencia, y esta semana he dictado instrucciones concretas con el objetivo de conjugar el potencial de servicio con la protección de la salud de los guardias civiles y la conciliación familiar. Una de las medidas que se han tomado ha sido la suspensión de la actividad académica en nuestros centros de enseñanza, entre ellos la Academia de Baeza, con ese objetivo de preservar la salud de nuestro alumnado evitando aglomeraciones. Es un momento en el que hay que adoptar todas las medidas necesarias y todos tenemos que ser responsables y seguir al pie de la letra las recomendaciones.

—¿Conoce la provincia?

—Es un delito ser español y no conocer la provincia de Jaén y, como no quiero ser delincuente, he cumplido la primera obligación, que es conocerla, pero me queda mucho por conocer, porque Jaén tiene mucho recorrido.

—El salto de la Subdelegación del Gobierno de Málaga al cargo que ostenta fue de vértigo. ¿Qué le dijeron en su entorno cercano?

—Me dieron mucho ánimo y apoyo, eso es lo importante para las personas que amamos asumir retos, que nos rodeamos de personas que nos animan a ello. No se me ocurriría tener en mi entorno familiar alguien que me quisiera cortar las alas.

—¿Qué deja atrás?

—A mi familia, a la que veo menos, pero me he quitado esa carga que tienen muchas mujeres.

—¿Cómo le gustaría que recordaran su paso por la Dirección General de la Guardia Civil?

—Qué ambición más grande... Me gustaría que me recordaran por haber conservado lo mejor de la Guardia Civil y haber mejorado mínimamente lo que pudiera. Pero con solo no perder la posición de liderazgo que tiene en la sociedad, que la reconoce como una de las mejores instituciones, estaré satisfecha de por vida.

Jaén