—¿Cómo se encuentra?

—Todo bien. Afortunadamente, toda la familia está bien y un hijo que tengo es médico y nos preocupa pero es su trabajo y vocación y estamos bien todos. Gracias.

—¿Cómo lleva el confinamiento?

—Nosotros la verdad es que nuestro confinamiento ha sido profesional y de trabajo intenso. Hemos tenido teletrabajo y además, como labor esencial, emplearnos intensamente cada día. El teletrabajo tiene un concepto de productividad complejo porque te hace estar prácticamente todo el día trabajando.

—¿Cómo se han adaptado las sucursales de La Caixa al decreto de estado de alarma?

—Lo primero es la salud de nuestros compañeros, de sus familias, los clientes... Por lo tanto, hicimos un proceso de protección pero, a la vez, que todo el mundo tuviera sus servicios cubiertos. Hemos tenido trabajando el 50% de la plantilla de la provincia de Jaén en oficinas y el resto en teletrabajo. Lo que ha pasado es que hemos sacado todo el rendimiento a nuestra banca online, se han reducido el 80% las operaciones de caja y tomamos medidas para que la gente no fuera a la oficina y evitar el riesgo de contagio.

—¿En qué situación se encuentran sus empleados?

—Quiero hacer un homenaje a todos los empleados del sector financiero, que han estado cada día en las sucursales asumiendo un riesgo de contagio y haciendo que la gente tuviera cubierta sus necesidades. Los miedos existen y lo que hemos hecho es que las oficinas se conviertan en un espacio seguro tomando medidas de higiene y de distanciamiento.

—¿Qué acciones han realizado para ayudar al cliente?

—Las ayudas han estado dirigidas a tres grandes líneas: las familias, los negocios y empresas y el componente social. Desde el punto de vista de la familia, hemos arbitrado todo el proceso de ayudas que tienen que ver con las moratorias de las hipotecas y préstamos. Ha sido un elemento esencial y hemos recibido 2.200 solicitudes. En la parte de negocios y empresas, lo que hicimos fue arbitrar distintos tipos de ayudas, tanto las líneas de ICO como a través de Garantia o el propio banco. Por último, todo lo que tiene que ver con los conceptos sociales, de ayuda a los mayores, a los más desprotegidos. Hemos adelantado las pensiones, el pago de las prestaciones de desempleo, ayudamos a las residencias dando material sanitario, llamamos a todas las personas mayores para preguntarles cómo están. Estoy muy orgulloso de mi equipo, que han demostrado que tienen una cercanía con su gente.

—¿Siguen yendo los mayores a cobrar su paga?

—Hemos intentado que no vengan y creo que lo conseguimos. El hecho de que el primer mes adelantáramos la pensión, hizo que se perdiera ese día de ir. Hemos hablado con sus familiares para que operaran ellos con autorización. Aún así, aquellos que no tenían ayuda, fueron recibidos en la sucursal y se le han atendido de maravilla y no ha habido ningún problema.

—¿Qué previsiones económicas hay y cómo se puede remontar?

—El gran debate de esta crisis es que no la hemos vivido nunca porque de la noche a la mañana, muchísimas familias han pasado a ingresar cero. Hemos vivido otras recesiones durísimas como la de 2008 pero que se desarrolló en el tiempo. Esta ha tenido un impacto tremendo de golpe. Con esto, la gran incógnita es ver cómo se va a ir recuperando. No tengo ninguna duda de que va a ocurrir porque vivimos en un país con gente que está acostumbrada a vivir en situaciones complejas y sacar lo mejor de nosotros mismo. Lo que sí está claro, es que hay que ser colaborativos y sociales.

—¿Qué mensaje positivo hay que sacar de esta crisis?

—Vivimos en una sociedad que tiene un nivel de entrega importante y la solidaridad es espectacular. Nosotros estamos teniendo donativos constantemente y esta entrega va a hacer cosas importantes. Si todos empujamos en la misma dirección, sin que nadie se quede atrás, haremos mucho. Un pequeño negocio que funcionaba el 14 de marzo, tiene que seguir porque son ellos los que sacarán esto adelante.

—¿Qué es lo que más echa de menos ahora?

—Dos cosas: estar con mi padre y hacer deporte colectivo.