Aplazado el juicio por el caso de la aplicación espía
La Fiscalía no aprueba el acuerdo alcanzado entre la defensa y la acusación
Jesús F. J., un joven veinteañero jiennense, se tendría que haber sentado ayer en el banquillo. Este vecino de la capital está acusado de vigilar a la que era su novia con una aplicación espía que le instaló en un teléfono móvil que le regaló. Sin embargo, el juicio tuvo que ser aplazado, en principio, hasta el próximo 4 de septiembre. ¿Por qué? Todo estaba arreglado entre la defensa de Jesús y la acusación particular, ejercida por su expareja. Ambas partes habían alcanzado un acuerdo de conformidad para que el joven fuera condenado a 21 meses de cárcel —sustituibles por trabajos en beneficio de la comunidad—, una multa y diez años de alejamiento de la víctima. Hay que recordar que, inicialmente, la petición de castigo era de 8 años de prisión.
Sin embargo, y ya en la sala de vistas del Penal 4, la Fiscalía no dio el visto bueno a este acuerdo. El rechazo del Ministerio Público propició la suspensión del juicio, ya que Jesús F. J. ni tan siquiera se había personado en el juzgado. Y es que su defensa confiaba en que la presencia de su cliente en la sede judicial no era necesaria, ya que el acuerdo que se había cerrado con la acusación recogía una pena inferior a los dos años de cárcel. Sin embargo, todo quedó en papel mojado por la negativa de la Fiscalía especializada en Violencia sobre la Mujer.
La que sí acudió fue la víctima, que rechazó realizar cualquier declaración sobre los hechos. Tan solo se limitó a recoger la citación para acudir al juicio el próximo 4 de septiembre. La Fiscalía acusa a Jesús F. J. de un delito de revelación de secreto y tres de coacciones. Presuntamente, el joven regaló a su novia un teléfono móvil en el que había instalado un sistema espía. Se trata de una aplicación que permite tener el control absoluto del usuario: llamadas, mensajes, correos electrónicos, redes sociales y acceso remoto al micrófono y la cámara del terminal. El Ministerio Público describe a este joven como “celoso, posesivo y manipulador”: “Ha humillado, vejado, controlado y aislado a su pareja”, añade la fiscal en su calificación provisional de los hechos. Por ello, presuntamente, le regaló el móvil espía: “Quería saber siempre dónde estaba, qué iba a hacer, con quién y de qué hablaban”, añade la Fiscalía, quien asegura que la relación se volvió “insoportable”. Fue en junio de 2015 cuando la víctima acudió a la Comisaría para denunciar unos supuestos malos tratos psicológicos. Allí contó que sospechaba que su novio le tenía controlado el teléfono. La Policía, entonces, encontró la aplicación espía en el terminal.