Análisis de los cambios que sufre la tierra

Antonio José Gil encabeza los trabajos que, en la actualidad, se centran en Andalucía

13 feb 2020 / 11:31 H.
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El grupo de Investigación Microgeodesia de la Universidad de Jaén, conocido como RNM282, centra sus actividades en la aplicación de los sistemas globales de navegación por satélites (GNSS) y la interferomería radar de satélite (Insar) en la monitorización de estructuras de Ingeniería Civil (presas, viaductos, etcétera) y de la corteza terrestre (placas tectónicas, fallas geológicas...). La monitorización geodésica permite estimar campos de velocidad y crear mapas de deformación que son de gran utilidad en evaluaciones del riesgo sísmico y geológico. “Lo hacemos con la finalidad de poder ver las deformaciones que preceden a un terremoto”, afirmó el profesor Antonio José Gil Cruz, que encabeza el grupo formado exclusivamente por profesionales de la Universidad de Jaén, aunque colaboran en algunos proyectos con otras instituciones como la de Granada.

Este grupo nació en 1998, cuando el profesor Gil llegó a la UJA y formó el equipo entre todos los que tenían inquietudes en el ámbito de la Geodesia, que es una disciplina que estudia las dimensiones de la tierra y el campo de la gravedad. Actualmente están inmersos en varios proyectos. “Trabajamos en la aplicación de las técnicas Insar en estructuras de las Ingeniería Civil y para ello lo aplicamos en la presa de El Arenoso, en Córdoba, y en la de Asuán, en Egipto”, reseñó Antonio José Gil.

Luego, también están involucrados en otras iniciativas, sobre todo en la parte del control de deformaciones en la Cordillera Bética, ya que está en el límite de convergencia de placas tectónicas. “Aquí se produce un mayor número de terremotos, aunque normalmente son de pequeña magnitud”, declaró Gil, que aseguró que llevan haciendo mediciones por esta zona desde hace más de diez años para seguir la evolución de la zona. Además, destaca un proyecto que colaboraron con más de cien investigadores y que fue de magnitud nacional con un presupuesto de cinco millones de euros. “Teníamos que aplicar todas las técnicas geódesicas y geofísicas para hacer una análisis de deformación en la Península Ibérica y en el norte de Marruecos”, afirmó.

En las fotografías se pueden observar algunos de los trabajos de este grupo, como la estación GPS de medición continua en la Sierra de la PILA (Murcia) para monitorización de deformaciones en la Cordillera Bética y el equipo GPS en la costa de Alhucemas (Marruecos).

Jaén