Alacena de las monjas, que te dan gloria bendita...

La gracia exquisita de los dulces de las Clarisas satisfacen el paladar de los jiennenses todo el año, más en Navidad

28 dic 2022 / 16:50 H.
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Lo que empezó en 1986 como una necesidad imperiosa para mantener las amplias instalaciones del convento de Las Bernardas, tras un tiempo como colegio y como residencia universitaria en dos etapas distintas, se ha convertido en una consolidada tradición que acapara las miradas hasta de los grandes almacenes españoles, como es El Corte Inglés, donde venden sus preciados dulces en el Club del Gourmet. Los dulces navideños de las Clarisas, conocidas popularmente como las Bernardas, son un suculento reclamo en la capital tanto para los jiennenses como para los turistas durante todo el año. Pero en especial en estas fechas navideñas, donde alcanzan la mayor cifra de ventas. El público, a lo largo de estos 36 años, siempre ha sido fiel a estos típicos dulces navideños , porque es consciente y buen sabedor de que los ingredientes de los dulces —lo mismo recetas muy antiguas que novedades de los obradores conventuales— son de primera calidad y se elaboran de forma totalmente artesana.

Su andadura en el arte de la repostería comenzó con la eleboración de hornadas de magdalenas y pestiños, que, a la sazón, las elaboraban batiéndolas a mano. Hoy, con maquinaria adecuada y, sobre todo, con un buen obrador, estas monjas de clausura satisfacen los paladares más exquisitos con hojaldrinas, pastelillos de Navidad, polvorones de Viena, polvorones del país y mantecados de huevo, que son los que preparan para estas significativas fechas con sumo cariño y esmero. Aunque éstos son los más solicitados, también elaboran otra repostería bien recibida en las despensas de los hogares jiennenses. Son las trufas de chocolate, las conchas de almendra, las cocadas o los roscos de vino. “El rosco de vino sí es genuino de nuestro convento, porque antes de tener obrador estos roscos se hacían a mano a base de una antigua receta. Nosotras se los regalábamos a los bienhechores todas las Navidades y los elaborábamos en el horno de la cocina”, relata sor Clara en la recepción del convento a Diario JAÉN. Otra hermana del convento, sor María José, detalla que comienzan a trabajar a finales del mes de septiembre, cuando desvanece el calor. “Nuestro mes más duro suele ser noviembre. Trabajamos unas cinco horas diarias, porque también tenemos que tener tiempo para nuestras oraciones”, afirma.

Ya les cantaba Carlos Cano a las Esclavas de Santa Rita la gracia de sus manos para hacer dulces y puede rezar también para las Clarisas de Jaén: Alacena de las monjas/ que te dan gloria bendita,/ pastelillos de toronja/ y dulce de leche frita...

<i>Tres hermanas preparan cajas de dulces.</i>
Tres hermanas preparan cajas de dulces.

Otros dulces de las monjas

Mazapán de figuritas. Un dulce tradicional elaborado con almendra y azúcar muy fácil de preparar.

Trufas de chocolate. La trufa de chocolate tiene un aspecto y sabor similar al bombón, pero elaborado con una mezcla de chocolate negro fundido, mantequilla, azúcar glas, yema de huevo y a veces crema de leche. Junto al polvorón, es uno de los dulces con mayor demanda en el convento de las Bernardas.

Cocadas. Dulce de coco y azúcar, con forma redonda y aplanada, que por su dureza se asemeja a un turrón. También muy solicitado durante todo el año a las hermanas Clarisas de la capital. Bizcotelas. Es una especie de bizcocho ligero, cubierto de un baño blanco de azúcar. Aunque no es un dulce navideño, también es muy reclamado en Navidad y abunda en muchos hogares jiennenses.

Jaén