Aceituneros se juegan la vida vareando olivos en la autovía

La A-44 cuenta con decenas de árboles cercados entre la valla y la calzada

25 ene 2017 / 11:37 H.

Hay aceituneros que se juegan la vida por unos cuantos euros. Seguro que algunos conductores lo han visto. En la Autovía de Sierra de Nevada, que une Bailén por Motril y que pasa por la capital, se han quedado muchos olivos en la cuneta. Se ven desde Bailén y llegan casi hasta el límite de la provincia. Casi todos son pequeños, están mal cuidados y se ven bastante feos. De hecho, son ejemplo vivo de cómo crece este árbol si no se le hace cuidados. Algunos parecen acebuches, mientras que otros sí que muestran un tronco —ya poblado de varetas— que deja claro que tiempo atrás pertenecieron a una finca olivarera pero que las obras de la autovía y, consecuentemente, las expropiaciones hicieron que pasaran de ser un recurso agrícola del que vive mucha gente a vegetación olvidada en una amplia cuneta.

Sin embargo, tienen aceituna, por lo que pueden dejar dinero. Si se hace un recuento en los alrededor de 33 kilómetros que hay de autovía entre la capital y Bailén, al menos, existen más de cien olivos “huérfanos” en la cuneta. Colocados en otra disposición sería una hectárea de olivar. Por eso, algunas personas, literalmente, se juegan la vida para varear estos árboles. Lo hacen por la noche, generalmente, cuando hay luna llena y se ve o durante las primeras horas de la mañana.

La operación resulta sencilla. Suelen ser dos personas, que acuden con un vehículo por fuera de la autovía. Pegan el coche a la valla y uno de ellos salta desde el capó a la carretera. El otro le da una vara, un mantillo y una espuerta. Le da unos cuantos palos, reúne la aceituna en el manto y se la entrega a la otra persona por encima de la valla. Y se muda al otro olivo. Estos árboles, como viven prácticamente salvajes, no tienen mucho fruto, pero algunos kilos sí que dejan. El alto precio del aceite hace que la aceituna se pague entre 60 y 70 céntimos en los molinos, por lo que hay personas que no dudan en deambular por la cuneta de la A-44 en busca de esta aceituna para llevarse un “jornal extra” a su casa. La Subdelegación del Gobierno, a través de su gabinete de comunicación, afirma que buena parte de los olivos pertenecen a la Dirección General de Carreteras, que no ha dado permiso para realizar estas labores. Asegura que habría que ver árbol por árbol, por si existe alguno que tenga otro propietario, pero esto parece bien raro porque —salvo algunos que están mitad en la finca y mitad en la carretera— la mayoría se encuentra en plena cuneta, es decir, en el dominio de la carretera.

Guardias civiles consultados por Diario JAÉN no lo dudan: “Todos esos olivos son de la Dirección General de Carreteras porque están dentro de la valla y muy cerca de la calzada”. Saben que existen personas que, en ocasiones, se lanzan a la carretera para recoger esta aceituna: “Se juegan la vida. Si los detectamos, se les identifica y se emite un atestado por hurto, ya que esos árboles no son suyos. Además, se les sancionaría por estar dentro de la autovía”. Si se conduce y se echa un vistazo desde la autovía, algunos olivos de la cuneta todavía tienen aceituna. En cambio, muchos otros ya están sin nada. Su frutos se “perdieron” en espuertas que llegaron al amanecer.

Pocas consecuencias si se les descubre

¿Qué ocurre si la Guardia Civil coge a aceituneros vareando los árboles de la autovía? En realidad, parece que poca cosa. Los agentes emitirían un atestado en el que relatarían los hechos e identificarían a las personas. También podrían recuperar la aceituna que sería de la Dirección General de Carreteras. Se trata de un botín muy escaso, por lo que sería un hurto y casi nunca se suele reclamar en el juzgado.

Ahora bien, estar en la cuneta de la autovía sí que sería objeto de una multa. La normativa establece que un peatón que está allí sin causa justificada ha de ser sancionado con 80 euros. De ahí que lo peor que les puede pasar es que un coche los atropelle.