Abelardo de la Rosa Díaz: “Los docentes están necesitados de apoyo social e institucional”
El principal reto al que se enfrenta es conseguir garantizar una educación pública de calidad a través de un proceso de escucha en el que sitúa al profesorado en el más alto peldaño, junto con el alumnado y las familias. Se compromete a tener una mirada especial con una tierra de la que no se desvincula
LA ENTREVISTA
Sus vacaciones se vieron interrumpidas por una llamada de teléfono que nunca olvidará, porque tiene una trayectoria relevante tanto en la docencia como en la gestión, pero el nuevo compromiso que adquiere es algo así como la guinda del pastel. Abelardo de la Rosa Díaz (Úbeda, 1959) sustituye a José Manuel Bar Cendón y se convierte en el segundo de a bordo del barco del Ministerio de Educación que capitanea Pilar Alegría. Lleva, con hoy, tres días en el nuevo despacho madrileño, donde abre un proceso de escucha sincero mediante el que quiere diagnosticar el estado de salud que tiene el sistema para solucionar los males que pueda encontrar en un camino que estrena con ilusión. Los cuarenta años —casi— en la docencia ayudan, y mucho.
—¿Quién es Abelardo de la Rosa Díaz?
—Es un ciudadano normal y corriente que tiene el honor de servir a la sociedad como funcionario público, en este caso en Educación, y con una trayectoria en diversos puestos de trabajo. Lo más importante, en el ámbito personal, es mi mujer y mi hija María y mi ligazón con Jaén, aunque haya tenido que desplazarme a diversas ciudades por motivos de trabajo, Sevilla, París y Madrid. Sin embargo, mi vinculación cultural continúa radicada en Jaén y, concretamente, en Úbeda, donde vuelvo cada vez que puedo y disfruto de su belleza.
—¿Qué supone para usted el nombramiento de secretario de Estado de Educación?
—Una enorme y agradecida responsabilidad, una oportunidad de escuchar, diagnosticar y atender a las necesidades del sistema educativo de España y una posibilidad de intentar hacer los cambios que la comunidad educativa demanda y necesita.
—¿Cree que es una recompensa después del compromiso público demostrado en su trayectoria?
—Sí. Mi compromiso y mi objetivo es que la educación tiene que ver con la igualdad, la equidad, la solidaridad y con hacer de la educación un derecho humano tan primordial y tan básico que, sin él, los demás derechos humanos no se pueden ejercer, porque no se conocerían. Lo primero que debe tener una persona es educación, porque eso le da conocimiento de sus demás derechos, de tal forma que es un derecho llave, que abre la puerta a los demás. El objetivo es, en todo lo que yo pueda aportar, hacer de la educación un instrumento personal y comunitario de progreso, de crecimiento y de plenitud de desarrollo.
—Usted ha desempeñado distintos cargos en áreas relacionadas con la organización y la gestión educativa. ¿De qué se siente más satisfecho?
—De todo. Siempre que me han dado una responsabilidad, para mí siempre ha sido la mejor y he tratado de hacerlo lo mejor que he podido. Es cierto que hay puestos que te dan una cercanía mayor a la sociedad a la que sirves, pero por señalar un par de ellos me gustaría decir que mi trayectoria fuera de las aulas empezó en el Centro de Formación de Profesorado, donde tuve la posibilidad de escuchar a los docentes, escuchar sus necesidades y fue una etapa de la que me siento orgulloso. Otra etapa que me causó un impacto positivo fue la Jefatura del Servicio de Becas y Ayudas al Estudio, donde pude comprobar cómo funciona realmente el principio de igualdad de oportunidades y poder gestionar las becas para que su proceso educativo no se vea interrumpido. Recuerdo y conservo comunicaciones de familias de alumnado y fue una labor social de la que me sentí, realmente, satisfecho. Posteriormente, por resumir, la Dirección General de Ordenación Educativa, donde tuve el honor y el privilegio de poder escribir en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía los materiales educativos del alumnado y los principios y valores de la educación y, ahora, estoy al servicio del Ministerio de Educación.
—Un paréntesis: también escribió en Diario JAÉN...
—Tuve la suerte de escribir algunos artículos de Opinión y el director, Juan Espejo, me propuso escribir una columna en Contraportada, que me generó gran ilusión y fue una experiencia muy bonita, que me dio grandes satisfacciones y de la que siempre estaré agradecido.
—Empieza el curso escolar como nunca, quizás, imaginó. Ya tiene que pensar, incluso, en clave nacional. ¿Cuáles son los principales retos que afronta?
—Los principales retos empiezan por conocer las necesidades que me planteen los distintos sectores de la comunidad educativa. Es más, son retos que creo que no deben de concretarse hasta que no se ejerza la labor de escucha. Estoy dispuesto a pasear mucho, a entrar en despachos de administraciones públicas y privadas, a escuchar a todo el mundo en todos los niveles... Sin embargo, hay retos que están claros y el primero de ellos consistirá en continuar la apertura de la Secretaría de Estado a la ciudadanía, a los agentes sociales y todo a aquel que quiera hacer propuestas constructivas por la educación. Mantener e incrementar la comunicación y el diálogo será el primer objetivo. Luego hay otros más, como atender el bienestar del alumnado y el profesorado. Hablo de estudiar ratios más favorables, equipamientos de aulas, dar cabida a las tecnologías novísimas con sus posibilidades como las que ofrece, bien moduladas, la inteligencia artificial, abrir centros infantiles donde se necesiten, responder las reivindicaciones de las familias y, por supuesto, coordinarme con los ministerios correspondientes para que el presupuesto atienda las exigencias propias de la sociedad. Yo vengo del aula, conozco las condiciones en las que trabajan los profesores y el reto está en que puedan desempeñar bien su labor, que mi trabajo sea para hacer más fácil el de los demás.
—¿Se ha reunido ya con la ministra Pilar Alegría?
—Sí, de forma informal, cuando me propuso el nombramiento, y estoy de acuerdo totalmente con la directriz y la orientación que le ha dado al Ministerio.
—Entramos de lleno en el terreno. ¿Cómo considera que debe ser la nueva Prueba de Acceso a la Universidad?
—Debe ser útil, competencial y orientadora, es decir, tiene que ser un estado de comprobación de que el alumnado tiene las competencias necesarias para afrontar con éxito la época universitaria. Debemos pasar a un examen en el que el peso de lo memorístico vaya bajando y se pongan en valor otras aptitudes que demuestren que el estudiante sabe combinar informaciones, elaborar textos, plantear hipótesis, aventurar situaciones y, en definitiva, habilidades. A partir de ahí tendrá la Universidad alumnos con competencias suficientes, curriculares y destrezas organizativas y personales que le ayudarán en su día a día.
—Su antecesor sentó las bases para la transformación de la profesión docente. ¿Cómo ve el oficio actualmente?
—Necesitado de apoyo social y de las administraciones públicas, además de imbuido y silenciado de su hermosa responsabilidad, como es formar a ciudadanos. Tienen que ser reconocidos por la sociedad, porque son la joya de la corona, lo más valioso que tiene el sistema educativo.
—¿Qué opinión tiene de la educación pública actual de la comunidad andaluza?
—Está pensada para todos y para cumplir el principio de igualdad y equidad, por lo que tiene que ser sostenida por todas las administraciones. Me preocupa que se cierren unidades o centros completos, hay que apoyar la educación pública, porque es de todos y para todos, es lo que garantiza la igualdad en el sistema social y que todo el mundo, con independencia de su nivel económico o su lugar de origen, pueda acceder a ella. Trataremos de sostenerlo desde el Ministerio de Educación.
—Hay quienes abogan por cerrar centros en núcleos poblacionales reducidos por criterios de socialización...
—Los recursos públicos se tienen que optimizar y aplicar la eficiencia en la Administración, pero la educación vertebra las comunidades, construye pueblos y ciudadanías, por lo que mantener centros públicos es estratégicamente oportuno y territorialmente cohesionado, por lo que haremos siempre el esfuerzo en ese contexto de la eficiencia de mantenerlos siempre abiertos.
—¿Está bien financiada?
—Ningún sistema que garantice los derechos públicos estará siempre suficientemente financiado, porque suele haber necesidades sistemática o urgentemente que surgen día a día. Un ejemplo está en la migración, que hay que resolver de forma eventual.
—¿Qué papel debe ocupar la educación privada?
—Tiene su papel desde 1978, no sólo por mandato constitucional, sino por oferta social. Está llamado a dar libertad de elección a las ciudadanías, pero debe estar siempre en coordinación con la pública, nunca en competencia, porque es complementaria.
—¿Cuáles son las armas que hay que usar para luchar contra el abandono en las aulas?
—Más que armas, condiciones, que pasan primero por las familias. En las etapas de Primaria, se combate con la convicción y el apoyo social, porque las familias tienen que ser conscientes de que la mejor herencia que les pueden dar a sus hijos es la educación. Es importante un sistema de observación y vigilancia para que los centros educativos consigan la fidelización del alumnado y que vean los colegios como su segundo hogar. Hay que apoyar a las familias para que así sea y procurar que nadie se quede sin el derecho de la educación.
—¿Qué opina de los reducidos índices de lectura?
—Lógicamente, la lectura hay que potenciarla, no sólo en Andalucía, sino en el resto de España. Tenemos que hacerla atractiva y conciliarla con las redes sociales y con las nuevas formas de comunicación y, sobre todo, hacer ver a los jóvenes que la expresión y la riqueza del lenguaje se adquiere en la literatura, la poesía, en la literatura clásica... y que el lenguaje es el mejor instrumento para entender el mundo y poder interactuar con él. Es un reto el que tenemos, con animación a la lectura, bibliotecas escolares y todas las herramientas que hagan ver el lenguaje como la expresión del pensamiento. Tenemos que conseguir que los planes de lectura se incrementen y se universalicen para hacerla atractiva a través de estrategias bien pensadas.
—¿Qué papel jugará la provincia de Jaén en sus políticas?
—Procuraré siempre atender a Jaén y a tener una mirada especial que, por supuesto, no supondrá un trato discriminatorio con respecto al resto de provincias, pero sí una mirada cariñosa, especial y una escucha atenta.