Abandono en San Juan de Dios

Desesperación. Esa es la sensación que tienen los vecinos que residen en el casco antiguo de la ciudad, en especial en las zonas que rodean las plazas de San Juan de Dios y la Cuesta de San Miguel. Ya de por sí es una zona elevada y de complicado acceso, en coche, debido a sus cuestas y unas calles estrechas aunque, a pesar de su tamaño, hay quien encuentra aparcamiento.

Pero en los últimos años, el estado de estas calles se ha ido deteriorando hasta el punto de que cada pocos metros hay un socavón, y en algunos mide más de 15 centímetros de profundidad, algo peligroso tanto para viandantes como para las ruedas de los vehículos. No son pocas las ocasiones que el paso de algún automóvil ha provocado que una piedra saltara del asfalto e impactara contra una casa, o incluso contra personas. “Un día estaba en mi casa y vi como una piedra le dio a un turista que pasaba por allí”, señaló Ángeles Estepa, presidenta de la asociación de vecinos de La Magdalena.

Este colectivo lleva años pidiendo una solución a este problema de movilidad y aunque tanto el alcalde, Julio Millán, como el concejal de Mantenimiento Urbano, Francisco Javier Padorno, conocen el estado en el que se encuentra la zona, aún no han visto ninguna medida. “Es verdad que el empedrado de La Magdalena se ha demandado durante muchos años y lo están solucionando; espero que vayan al mismo ritmo porque ya se han producido caídas y gente en silla de ruedas que no pueden pasar, no se transita con normalidad”, destaca Estepa.

Este colectivo reconoce la voluntad por parte del equipo de Gobierno de resolver esta situación, pero hay una cuestión de fondo que lo complica todo. Estas calles se encuentran incluidas dentro de la zona del casco histórico. “Es siempre la misma historia y se necesitan para las obras un determinado material, así que nunca se interviene y el deterioro ya está siendo extremo”, sentencia la presidenta del colectivo vecinal de La Magdalena. Desde el área de Mantenimiento Urbano se apunta que estas obras se van a adecuar con cargo a los fondos DUSI-Feder, dentro del apartado de regeneración urbana. Aunque estas reparaciones no serán las únicas, dado que se incluyen también los trabajos de recuperación de la iglesia de San Miguel, que se encuentra en la lista roja de Patrimonio en riesgo de desaparición.

Mientras tanto, el tiempo transcurre y las calles continúan desgastándose a la espera de que se produzca esa intervención urgente que la asociación de vecinos ya la ha solicitado.