¿A qué sabe el buen aceite?

Cada vez más cooperativas y almazaras buscan nuevas fórmulas para impulsar el turismo del olivar y del aceite de oliva

16 ene 2023 / 09:03 H.
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Que este año la situación en el campo no es la más halagüeña ya es de sobra conocido por todos. A día de hoy, la recolección de esta campaña a duras penas se acerca a las 100.000 toneladas y ello deja en claro que el mundo del olivar tiene que reinventarse y cambiar su punto de vista. Y en ello está, en una tierra cultivada por un mar de olivos que inunda casi cada rincón dr la provincia, las almazaras y agricultores se acercan a nuevas formas de lograr que el atractivo y rentabilidad del aceite de oliva sea provechoso. Para ello, son cada vez más los que apuestan por el oleoturismo o convertir sus aceites en un centro en el que personas puedan catar aceites, es decir, aprender sobre ellos, su olor, su textura y sabor con el objetivo de llevar ese aprendizaje a una práctica basada en conocer más de cerca el Aove, los mejores aceites de oliva virgen extra.

Y es que, aquellos que saben apreciar los pequeños placeres de la vida, seguro que ya han reparado en los infinitos matices que brinda el aceite de oliva. Los hay frutados, picantes, frescos, herbáceos, dulces, sutiles, intensos, etcétera. En definitiva, cada cual es un mundo en comparación con el resto. Y todos ellos conforman un ecosistema en el que todos tienen su lugar y hueco porque aportan puntos distintos.

Su carácter, aroma, sabor, textura y color dependen en gran medida de la tierra en la que crecen los olivos que forjan su esencia, pero también de la variedad y tratamiento de su fruto. Es, por tanto, una situación muy particular y especial y que permite que el mundo del aceite de oliva encuentre una nueva forma de darse a conocer y de llegar al público puesto que, el propio hecho de aprender a catar aceites de oliva o saber sobre ellos y enseñar a otros se ha convertido en un mundo aparte, en una manera de ganarse la vida y sacar otra productividad de un mismo producto.

Para captar todas las potencias del Aove hay que fijarse en todos sus componentes: pasando desde su aspecto visual, su color ya sea más verdoso o amarillento, pasando por aspecto más limpio, líquido o denso. Es cierto que aquellos a los que se les enseña el arte de catar aceites, se les pone por descontado un vaso de un color especial que haga que estos puntos no sean perceptibles a simple vista para evitar que haya un juicio previo al hecho mismo de catar el sabor en boca, pero eso no quita que sea necesario conocer estos aspectos con el objetivo de saber más sobre los aceites que se están descubriendo.

Y este tipo de actividades son cada vez más solicitadas y llegan a un mayor número de almazaras que se dedican a aspectos como este con el objetivo de dar una vuelta, un giro a la vida útil del aceite de oliva y lograr que este oro líquido tan bien avenido para la provincia tenga nuevas formas de llegar al público y de lograr que los productores de Aove encuentren nuevas herramientas con el mismo. No es fácil este cambio, y todavía está en plena implantación puesto que cuesta mucho que estos avances sean bien recibidos. No todos los productores ni almAzaras están de acuerdo con según que cambios y esto hace que actividades como el oleoturismo o las catas de aceites de oliva estén en plena expansión y, en muchos casos, estén todavía por descubrir puesto que not doso utilizan estas herramientas en su día a día.

Y es que la revolución es tal que ya ni siquiera es que se pueda llevar el aceite a nuevas vidas desde lo tangible, no, es que ya llega hasta el propio metaverso. Una tradición milenaria que ahora vive una nueva revolución con el turismo especializado en el oleoturismo que incluso se lanza a las nuevas tecnologías: ya es posible varear olivos en realidad virtual. Y esta es una realidad que es posible gracias a empresarios y productos de Aove que se dan cuenta de las necesidades por expandir mercado y que cuando la cosecha falla existen nuevas formas de revitalizar y dar un nuevo sentido al oro líquido jiennense.

Cooperativas como Picualia le dan sentido a estos cambios y a novedades que, a pesar de ser inesperadas, ofrecen muchos caminos y novedades para aquellos enamorados del aceite de oliva y que tengan ganas de conocer más sobre este tipo de proyectos. Por ello, el turismo del olivar va innovando, cambiando poco a poco y logrando que se llene de vanguardia con iniciativas como el vare de olivos en realidad virtual. Una nueva manera de llegar al campo y lograr conquistar incluso a las nuevas generaciones, que son aquellas más integradas con el mundo virtual y todo lo referente al metaverso que están tan reconocido en estos días.

Así las cosas, el oleoturismo ha crecido en las últimas décadas y, más en concreto en los últimos años, logrando que sea un sistema que cada día crece más y que permite que la actividad aceitera se diversifique. En definitiva, esta es una actividad de interés especial que llega a un tipo concreto de personas, que quieren aunar el turismo con su cariño por el Aove y quieren saber más acerca del oro líquido. Esto ha permitido que este campo de trabajo crezca y es que, a día de hoy, son 171 almazaras las que tienen en su línea de trabajo el de llevar planes de oleoturismo con el objetivo de diversificar y ofrecer otras opciones y proyectos. Este ocio alternativo ha crecido en pocos años puesto que hace tan solo cinco años ni siquiera había 100 almazaras dedicadas a este aspecto lúdico, con lo que la situación cambia y crece con el paso de los años.

Además, bien es cierto que no existen visos ni ideas de que la situación cambie, con lo que el objetivo sigue e tienen ganas de conocer lo que rodea a la producción de este oro líquido. Así, numerosas cooperativas jienenses de la zona crecen en este tipo de mercado y llegan cada vez más a un número de turistas que también va creciendo e interesándose más por estos proyectos que llegan hasta lo virtual con la necesidad clara de mejorar y dar con los cambios necesarios. Partiendo de la premisa de acercar una tradición milenaria al público más interesado, las almazaras trabajan en los últimos años para crear verdaderas novedades en lo que respecta a generar y crear rutas de oleoturismo que merece la pena visitar para conocer los rincones de las mismas y aprender todo lo posible en lo que se refiere al mundo del Aove dentro de Jaén.

La oferta cultural que ofrece el oleoturismo de Jaén es tan variada como atractiva y muy dispar, puesto que hay tantas opciones como almazaras o empresas que trabajen en relación con este apartado. Desde visitas a almazaras clásicas, aquellas que trabajan de una forma más orgánica y que cuentan con una trayectoria de muchos años, junto a aquellas que están en la vanguardia de la tecnología y que buscan en lo novedoso la forma de aportar algo diferente al sabor de su Aove y también para llegar al gran público, pasando por alojamientos turísticos para vivir en persona la actividad que se desarrolla. Y es que, son muchos los turistas que, precisamente, buscan en este último encanto el relajarse y vivir un nuevo momento. Son muchos los visitantes que buscan vivir unos días en la aceituna, saber cómo se trabaja y se vive en el campo para conocer más acerca del aceite de oliva, sus propiedades y tener en cuenta la forma en la que viven aquellas personas que tratan de cerca este sector y que hacen de su vida un porvenir diario entre olivos. Un proyecto que, en general, crece a pasos agigantados en un mar de incertidumbre.

Jaén