A punto de perder su piso un anciano que sufrió una estafa

Acusa al promotor que lo engañó de quedarse el dinero y no cancelar una hipoteca

20 abr 2018 / 09:26 H.

Antonio Rubio, un jubilado jiennense de 82 años, está a punto de perder su piso como consecuencia de lo que considera “un engaño”. Este anciano sufrió una estafa por parte de Mario A. M., un promotor inmobiliario que fue condenado por ello a un año de cárcel el pasado 2 de noviembre. La víctima le entregó 140.000 euros para pagar la vivienda, ubicada en la calle Maestra. Sin embargo, el constructor no utilizó ese dinero para cancelar el crédito hipotecario que tenía contratado con la antigua Caja de Jaén —hoy Unicaja— para financiar la edificación del inmueble: “Ahora, el banco dice que hay una deuda y quiere ejecutar la hipoteca”, denuncia Juan Rubio, el hijo de la víctima. “Mi padre se va a ver en la calle con 82 años”, añade. Para tratar de evitarlo, el anciano se concentra todos los miércoles ante la puerta principal de la sede de esta entidad financiera en la capital: “Solo queremos que le reclamen el pago al verdadero deudor, no a mi padre, porque está acreditado y demostrado que él pagó todo el dinero a este hombre y que lo engañó cuando le dijo que el piso no tenía cargas”, explica Juan Rubio.

Mario A. M. fue condenado el pasado 2 de noviembre por la Audiencia Provincial como autor de un delito de estafa. Según recogió la sentencia, que todavía no es firme porque esta recurrida en el Supremo, engañó a Antonio Rubio. Se aprovechó de la avanzada edad de Antonio Rubio, de que no sabía ni leer ni escribir y de que no entendía de bancos. Consiguió que le entregara 120.000 euros a cambio de una vivienda que no le entregó. “Lo estafó completamente y lo dejó en la indigencia. Perder ahora el piso donde vive sería una estocada para él”, relata Juan Rubio. Cuando se produjeron estas operaciones inmobiliarias con Mario A. M., el anciano estaba volcado en el cuidado de su esposa, que acabó falleciendo tras una larga dolencia, y de su hijo, también “gravemente enfermo”. “Mi padre se fiaba de él a pies juntillas. Le ofreció venderle el piso para que pudiera cuidar de mi madre. Solo estaba interesado en sacarle el dinero, como así lo han demostrado los tribunales”, concluye Juan Rubio.

Embargo y dos intentos de desalojo

Juan Rubio entiende que la entidad financiera quiera cobrar el dinero que le pertenece. No obstante, denuncia que se están equivocando de deudor: “Mi padre entregó todo el dinero al promotor, que es el que tiene la deuda. Es a él al que tienen que reclamarle”, explica. El banco ha pedido a la Justicia el embargo y ha solicitado en dos ocasiones el desalojo.