A los gorriones no les gusta cómo viven los jiennenses

El pájaro más urbano se va o se intenta cobijar en zonas muy concretas

24 mar 2016 / 09:20 H.

A los gorriones no les gusta cómo viven los jiennenses. Por eso, cada vez, se ven menos en la capital. Todavía hay bastantes, pero cada día están más localizados en calles o barrios más concretos. Seguro que muchos padres jiennenses han pensado alguna vez que ahora resulta mucho más difícil que su hijo llegue a casa con un gorrión en la mano que los que cogían ellos y les llevaban a sus padres. El pájaro se mueve y se puede hallar en muchos lugares, pero estadísticamente resulta más fácil verlo en la calle Baeza, en la Luna o en todo el casco monumental que en el barrio del Bulevar. De hecho, allí, salvo algunos que aguantan en los parques, todos los que se ven son forasteros o, lo que es lo mismo, no viven allí.

Londres es la primera gran capital que se ha quedado sin gorriones en su casco urbano. La mayoría de las ciudades sigue sus pasos. Jaén, también, aunque de manera mucho más lenta que otras. Los expertos consultados afirman que la principal causa de su desaparición está vinculada con la arquitectura. José Luis Castillo es el coordinador de la Agentes de Medio Ambiente en la provincia: “Habría que hacer un estudio detallado para ver el censo, pero la desaparición de la teja como elemento constructivo está muy relacionada con la bajada de población o su éxodo. Ahí es donde siempre han anidado y, si no tienen ese espacio, su natalidad se resiente”.

No obstante, Capilla Jiménez, otra agente forestal, ofrece otra clave: “En las zonas del extrarradio, que también son residenciales, sí que existen muchísimos”, algo que plasma el pensamiento de muchos expertos, que afirman que estos pájaros se concentran en el casco antiguo y en la zona sur —por el tiempo de vivienda— y se van de la zona norte e, incluso, del centro urbano. Por otro lado, la importante presencia de palomas en algunos parques, como es el de la Concordia, también las ha complicado mucho su existencia, ya que tienen que competir con ellas por la comida en un entorno en el que, precisamente, resulta más complicado hallar restos de alimentos en las calles porque los servicios de limpieza se afanan para que no haya. El tráfico y los ruidos que generan también les han hecho que se muden al extrarradio o a la zona sur de la ciudad. Está claro que los gorriones se separan, poco a poco, de los jiennenses.

Un estudio asocia su huida a los móviles

Existe un estudio, elaborado por los biólogos Alfonso Balmori y Örjan Hallberg, que vincula la caída del número de gorriones en la ciudad de Valladolid a la presencia de antenas de teléfonos móviles. El informe asegura que estos pájaros huyen de los campos electromagnéticos que generan las antenas y los repetidores que se instalan en los cascos urbanos para dar cobertura a los móviles o, lo que es lo mismo, para que pueda viajar la voz en las llamadas y el constante flujo de datos que necesita la señal de internet. Tanto Alfonso Balmori, como Örjan Hallberg coinciden en que la presencia de aves resulta mucho menos cuanto más potente es el campo electromagnético para sustentar la señal de telefonía en la ciudad.

La Sociedad Española de Ornitología (SEO BirdLife) avisa de que los gorriones están desapareciendo de los grandes ciudades españolas debido a cambios en las estructuras urbanas que lastran su reproducción o que los expulsan a otros lugares.