Villancico de la Sierra Sur

No hay mejor manera de conjugar estas canciones que con los retablos renacentistas, pues en esta época los cánticos de los niños compartían las calles con los mensaje del Niño de Belén

22 dic 2019 / 10:07 H.

No hay mejor modo de conjugar el villancico que con los retablos renacentistas. En las noches de Navidad de muchas iglesias del sur de Jaén, las canciones o villancicos cantados por capillas de cámara o por los coros del Niños del pueblo compartían con las calles y los cuerpos del retablo el mensaje salvador del Niño de Belén. Por el banco de este frontal evangélico, pondría este romance de las gentes del Castillo de Locubín anunciando la Adoración de Pastores, con música romanceada navideña al estilo del célebre canto popular de San Antonio de Padua: Es el ángel san Gabriel,/El que anunció a los pastores,/Que había nacido el Mesías,/El amor de los amores./Todos nosotros contentos,/Con júbilo y con bondad,/todos llevamos regalos/al Cordero Celestial./Un pastor en su rebaño,/veía gente pasar,/Y, conforme iban pasando,/les pregunta dónde van./-Vamos todos a Belén,/Dicen que ha nacido un Niño,/Y le vamos a adorar/Con muchísimo cariño./El pastor alza el ganado,/Y marcha para el portal,/Y con la flauta que lleva/no para de tocar./Cuando llega al portalillo,/se quedó como pasmado,/ al ver entre la humilde paja/aquella vara de nardo./Le dicen Niño precioso,/ medita mis pensamientos,/Que eres un ángel divino,/Que viene del firmamento./ anunciado por profetas,/Se tenía que presentar./El hijo de Dios al mundo/guiando a la humildad./María estaba contenta,/ y San José mucho más//Por la persona del Ángel/ que se lo vino anunciar./Para madre de un cordero/ el mismo rey celestial,/ que nos enseña el camino/ dándonos fraternidad./Niño Jesús de mi vida,/Cariño y amor del bien,/Un lucero misterioso/ que ha encendido nuestra fe./Ha venido en la miseria/Por dormitorio un portal,/Este cuerpo tan divino/¡Que frío, qué frío está!/María alegre estaba,/ Muy pensativa esperando/ las palabras que del cielo/le venían anunciando./El ángel le dijo que venga,/por obra del celestial/ tienes que ser la madre/ del rey de la humanidad./María con alegría,/ le dice con ansiedad/ si es por obra de Dios PADRE,/ cúmplase la voluntad.

En la predela, con música de campanilleros de la campiña cordobesa, se pondrían estas escenas cantadas por los auroros, los coros de adultos con instrumentos de percusión y viento (carracas, guitarras, violines, objetos estriados, castañuelas, y panderetas...). En el primer cuadro, María como una paloma se aparecería a los españoles: Es María la blanca paloma/Que un día en España/ la vieron volar/ en el centro de una hermosa nube/ vino a Zaragoza.

en carne mortal/ y Santiago como lo sabía/ cayó de rodillas/ al pie del pilar.

No olvidaría cantos rocieros con timbales, dulzainas y guitarras al ritmo de sevillanas: Al atajo las carretas, / que ya está la noche encima (bis)/Ole, ole, ole/Ese cachito de cielo, / que viene por la marisma, / y la divina Pastora que está con el Niño/Ole, ole, ole, ole. /Cuando la Virgen está ronca, / yo le canto esta nana, /Nanita, nanita, nana, /Que mi niño se duerma/ por sevillanas.

O esta variante popular del villancico de los Reyes Magos: En Oriente hay una estrella/que a los Reyes Magos guía/ y en el portal de Belén/ nace el hijo de María. /Dale la zambomba, /dale al cascabel/ que está noche nace/ Jesús en Belén. Y, acordándonos que en medio de la predela suele colocarse un Niño Jesús de Pasión, a la manera de Martínez Montañés: En el portal de Belén, /Hay un clavel encarnado/Que, por redimir al mundo, / se ha vuelto lirio morado.

Que nos evoca los pequeños belenes napolitanos colocados, en este caso pintado en el extremo de la predela: En un portalito/ de cal y arena/ nació Jesucristo, / por la Nochebuena

En torno al tabernáculo central, se colocarían varios cuadros de villancicos, con música tradicional del villancico de la marimorena y escenas de María en la calle de la izquierda. En el primer cuadro con contexto de las huertas castilleras:

La Virgen estaba lavando/Debajo de una higuera/Y los hilillos bailaban/ al son de la lavandera. / En el segundo cuadro, con otra escena doméstica: La Virgen se está peinando/debajo de una noguera/ y los pechos son de oro.

Y el pelo de primavera. En el cuadro tercero, la naturaleza cantaría hasta a la propia María: La Virgen se fue a lavar/ sus manos blancas al río, / y el sol se paró a mirar/ y el agua perdió su brío.

El Tabernáculo central, recogeríamos la escena del Portal de Belén con este original villancico acompañado de un solemne y pausado canto al son de zambombas, panderos, violines y triángulos: En la Noche Buena, /Con gran alegría, todo el mundo canta, /al Niño Mesías/todo el mundo adora/ al Niño Mesías. /Redentor del mundo, / Al Niño veréis, /le dan sus calores, / le dan sus alientos/ la mula y el buey. /Cantad, cantad, pastores, /Cantad al ver al Niño, /

Soñad con ver al Niño, /Venid al Portalillo. /Cantemos al Niño, /Cantemos a Dios, / Cantemos al Niño/ la dulce canción (bis)

En la calle de la derecha, la conocida escena de la Huida a Egipto, se contextualiza en los montes de la Subbética: La Virgen va caminando/Por una montaña oscura/ del vuelo de una perdiz/ se le ha espantado la mula. O con la llegada a la posada que la convierten el cantante en un palacio real o una casa señorial de los hidalgos renacentistas: Gracias a Dios, que llegamos/a este palacio real/ donde habitan las palomas/ con las plateás. O, se hace el villancico jaenero con estos versos: Entre olivares y cantos, /lo mismo que en Israel/entre olivares y cantos, / lo mismo que Israel, / el Niño de Dios debiera/ haber nacido en Jaén.

En el dintel del retablo cambiara el Pantocrátor o la escena del Calvario, con este villancico, síntesis de la figura de Cristo: Por lo más alto del cielo, / ya mi Dios hecho pastor, / y las hondas son de seda/ y el cayado de pastor.

Las columnas de las calles y los cuerpos, las revestiríamos con los versos de la canción andaluza de sabor navideño e invernal: A la una canta el gallo, / a las dos el perdigón/ a las tres la tortolilla/ y a los cuatro cantos yo. O con estos versos de música y letra de nana: Ya se acerca la nana sombría, /ya se esconden los rayos del sol, /Ya de estrellas se cubren los cielos, / ya la luna su disco asomó.

No faltaran algunos adornos de angelotes con estas canciones en sus estelas: Los pastores de Belén/daban saltos de contentos/ al ver que los angelitos/tocaban los instrumentos.

Y al salir de la iglesia, me imagino los niños del coro cantando canciones entre jocosas y navideñas: María, abre las puertas/ que te traigo el aguilando/ una batata cocida, / sopla que viene quemando.

Fin.