Viajes que engrandecen

Andrés Javier Martínez de Santamaría es un bailenense que, desde muy joven, tenía claro que quería viajar, independizarse y aprender todo lo que el mudo ofrece. De momento, lo ha logrado y, ahora, vive en Ámsterdam

16 abr 2016 / 19:15 H.

Andrés Javier Martínez Santamaría es de Bailén y estudió Economía en la Universidad de Granada. Durante su formación, que concluyó en 2008, disfrutó de una estancia Erasmus en Nottigham (Reino Unido) en “The University of Nottingham”. Ahí, empezó un largo periplo por alrededor del mundo y que, ahora, le ha llevado a los Países Bajos. Antes de eso, cursó un master en Comercio Exterior en la Universidad Carlos III de Madrid. Finalmente, cursó la beca Extenda de comercio exterior, promoción 2011-12, con destino Oficina Comercial de España en Nueva York (Estados Unidos). Ahora, trabaja como analista financiero para la cadena de aprovisionamiento en Centroamérica en Unilever desde septiembre de 2014, en Rotterdam (Países Bajos). Llegó para cursar la segunda fase de la beca Extenda, en enero de 2013, y estuvo ocupado en Ghenova Ingeniería, SLU en Rotterdam, hasta junio de 2014. El bailenense vive en Ámsterdam, a pesar de que trabaja en Rotterdam. Esto significa que tiene que ir todos los días en tren, lo cual le lleva una hora “de puerta a puerta”. “Me marché de Bailén a los 18 anos, en 2004, cuando comencé los estudios en la Universidad en Granada. Podía haber estudiado en Jaén, sin embargo, siempre quise independizarme y cuando tuve la ocasión, no lo dudé”.

“Me encanta viajar, así que, siempre que tengo una oportunidad, suelo escaparme. De normal, lo hago cada dos o tres meses y siempre trato de visitar a algunos de los amigos que he conocido durante mis estudios o en trabajos anteriores. Muchos de ellos están en la misma situación y han tenido que emigrar, ya sean españoles o no, y siempre es bueno reencontrarse con ellos y contarnos nuestras experiencias”, relata Andrés Javier Martínez Santamaría. A pesar de que su proceso de adaptación es bueno, “desafortunadamente”, como él mismo dice, se le resiste aun el neerlandés. “He estado apuntado a varios cursos de idiomas pero como trabajo en inglés y la gente aquí lo habla tan bien, siempre suelen cambiar el idioma para ayudarte y, de esta manera, es difícil encontrar la motivación”, bromea.

Este jiennense en la diáspora es de la opinión de que todos los españoles que viajan al norte de Europa, como es su caso, siempre se quejan de que lo más complicado del proceso de adaptación, al principio, es tiempo, la comida y la “frialdad” del carácter de los europeos del norte. “Después, te das cuenta de cosas que si bien son diferentes no te disgustan tanto”. Destaca que lo que más cuesta cuando sales es romper con tus propias costumbres y darte cuenta de que hay muchas formas de vivir la vida. Por ejemplo, después de estar en el Reino Unido y Polonia vivió en Johannesburg (Sudáfrica) y Nueva York (Estados Unidos). En Sudáfrica, lo que más le impactó fue ver cómo puede, perfectamente, ser una ciudad europea por el grado de desarrollo económico y de infraestructuras que tiene. Sin embargo, la diferencias sociales son “brutales”. “En Nueva York, en cambio, tuve la suerte de hacer amigos locales muy rápido que me ayudaron a ver la ciudad desde un punto diferente al típico turista que la visita, algo que disfrutó como un niño”, relata el bailenense.

En cuanto al día a día de este emigrante, comienza a las siete de la mañana. A las nueve entra a la ofician y sale a las cinco y media de la tarde, pero no llega a casa hasta pasadas las siete. Después, suele correr con su vecino, en Westerpark , un parque precioso en Amsterdam. Una cotidianeidad que bien podría ser como la que tuviera en Jaén si no fuera porque echa de menos a la familia. Pero cuando necesita una dosis de cariño, de sol y de comida de la tierra no duda en “bajar”.

un Balón en la mano

Una de las experiencias de Andrés Javier Martínez que suele sorprender a quien no lo conoce es que jugó a balonmano en un equipo de Rotterdam. Estuvo federado en Bailén hasta los 18 años, y donde competía con el equipo local. Pero esta no es su única afición. Le gusta hacer lo que a cualquier persona de su edad, salir los fines de semana. “Aquí tenemos que aprovechar los pocos días buenos que tenemos, así que cuando nos toca uno siempre organizamos algo, ya sea un picnic en un parque o alquilamos un barquito entre los amigos y nos damos un paseo por los canales de Amsterdam”, explica. Organizan muchas cenas en casa de amigos, por el mero hecho de “no comer solos”, o también salen a hacer “brunch”. A su entender, lo mejor que tiene los Países Bajos es la facilidad para conciliar la vida profesional con la personal, por lo que siempre se pueden preparar actividades diversas.

un sueño realizado

Este bailenense hace lo que puede para viajar y conocer nuevos países, además de incrementar su experiencia académica y profesional, y compartir momentos inolvidables con sus amigos. A los 16 y 17 años participó en intercambios de verano en Glasgow (Escocia) y Norwich (Inglaterra). La diferencia cultural le encantó y desde ese momento siempre supo que quería vivir una experiencia internacional, ya fuera durante sus estudios o por trabajo. Su sueño, al final se ha hecho realidad. Ha tenido estancias en Reino Unido y Polonia, además de trabajar en Johannesburgo (Sudáfrica) y Nueva York (Estados Unidos), dos mundos completamente diferentes. Y su periplo por el mundo no se va a quedar ahí, ni mucho menos. Tiene intención de viajar todo lo que pueda, conocer más culturas y expandir sus conocimientos.

En busca de las oportunidades laborales que no ofrece españa
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Una de las cosas que no echa de menos de menos el bailenense es la “falta de oportunidades laborales” que, a su entender, hay en España y en la provincia de Jaén. “También considero que en España se nos enseña para trabajar para otros y no se incentiva el emprendimiento empresarial”, denuncia. Por eso, lo que más le gusta de vivir en los Países Bajos es ver la importancia que la gente le da a poder conciliar la vida laboral con la personal. “La gente confía mucho en el sistema, por lo que el ser pillo esta muy mal visto”, bromea. Por otro lado, Andrés Javier Martínez considera que viajar abre la mente y hace al emigrante, en sus palabras, mucho más tolerantes. “Sin embargo, también me gustaría destacar que el marcharse conlleva un esfuerzo importante, por lo que no hay que olvidar que antes de tomar la decisión de emigrar hay que estar bien preparado”, recomienda el bailenense a todos aquellos que tengan pensado abandonar su tierra para labrarse fuera n futuro profesional mejor.

embajadores
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El bailenense explica que la provincia es conocida por compañeros que han hecho su intercambio en universidades andaluzas o la misma Jaén. También ha dado con personas que están interesadas en oleoturismo, por lo que siempre tiene que explicar de dónde es y matizar que es una provincia situada entre Córdoba y Granada.

traslados diarios
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Andrés Javier Martínez vive en Ámsterdam, a pesar de que trabaja en Rotterdam. Esto significa que todos los días coge un tren para ir y volver a su vivienda, por lo que en trayectos pierde cerca de dos horas y media diarias. Esta circunstancia es más que habitual en ciudades grandes de Europa y de España.

tiempo libre
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Para el bailenenses, es muy importante que en los Países Bajos se den facilidades para conciliar la vida laboral con la familiar. Siempre dispone de tiempo libre para organizar actividades con sus amigos y entre ellas nada más típico que un paseo en bicicleta por las calles de Ámsterdam, la ciudad en la que ahora vive el jiennense.

turismo
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Ámsterdam no cuenta con grandes monumentos y al pensar en ella pocas imágenes se vienen a la cabeza pero, según relata, cuando recorres sus canales rodeado de bicicletas, se da cuenta de sus diferencias. Es una de las ciudades con más ambiente de Europa, tiene un turismo muy joven y eso se nota en la noche.