Un “secreto” para fijar población

El turismo se ha convertido en un sector fundamental para la vida en Cazorla

07 jun 2020 / 11:55 H.

La potencialidad turística de la provincia de Jaén es innegable, máxime en aquellas zonas que colindan o están íntegramente incluidas en uno de los cuatro parques naturales del territorio. Este es el caso del municipio de Cazorla, donde el turismo se ha convertido, además, en uno de los “secretos” para combatir la despoblación que sufren gran parte de las poblaciones jiennenses.

Las experiencias de turismo activo que se pueden disfrutar en el entorno único del Parque Natural de Cazorla, Segura y Las Villas son todo un atractivo tanto para los visitantes procedentes de los pueblos de la provincia como aquellos que llegan desde otras zonas de España o del extranjero. Esto favorece que muchos jóvenes decidan emprender en este sector que, aunque ya haya crecido significativamente en los últimos años, aún le queda mucho potencial por exprimir. Así, ya sea mediante empresas de actividades de turismo activo o alojamientos hoteleros o rurales, en Cazorla este campo sigue apuntando alto para los emprendedores.

Muy ligado al turismo está, por supuesto, el sector de la hostelería. En este municipio jiennense no solo se propone conocer un entorno natural virgen, sino que también ofrece al visitante disfrutar de una cocina con alma jiennense. Uno de estos ejemplos se puede encontrar en la Taberna Lusco o el restaurante Macorina. Pilar Molina Expósito dirige estos establecimientos junto a su marido y chef Alan Triñanes, y cuenta como ambos escogieron, hace unos 6 años, a Cazorla como el lugar perfecto para abrir su negocio. Él, natural de Galicia, venía de Sevilla y ella, jiennense de nacimiento, de Dubái, y Cazorla les pareció “el mejor pueblo” para probar suerte. “Es un lugar con un encanto brutal. Es muy turístico y la acogida que tuvimos fue muy buena”, recuerda Molina. Con dos locales muy distintos, uno con una cocina que mezcla lo mejor de la tradición gallega con la jiennense (Lusco) y el otro los sabores de Asia y Sudamérica con los españoles (Macorina), la pareja se ha convertido en todo un referente gastronómico en Cazorla y la provincia, siendo parte de Degusta Jaén y de la guía Oleotour Jaén, ambas marcas de la Diputación Provincial.

Sobre su experiencia tras llevar años abiertos en Cazorla, Pilar Molina declara: “Nos sentimos muy bien aquí. Cazorla te lo da todo, así como su gente y el entorno. Es una tierra de oportunidades”. Y, en este tiempo, la cocina del chef no ha pasado para nada desapercibida. De hecho, ganaron recientemente el concurso AOVE Blogger (de Tierra Adentro) y, en diciembre, Alan Triñanes consiguió el premio al mejor chef Degusta Jaén.

Reconocimientos que invitan, aún más, a conocer estos establecimientos y la cocina que proponen desde Cazorla. Por lo que, aunque el plan de ir de “mochilero” por la sierra con un bocata preparado en casa sea muy tentador, quizás sea hora de probar otras tentaciones y dejarse caer por uno de los bares y restaurantes del municipio para comprobar que la belleza de Cazorla también se saborea.

“Me di cuenta de que este era un mercado naciente”
Antonio Lucio Carrasco Gómez Gerente de Alma Gaia, de Cazorla |

Una consultora y una educadora ambiental, dos centros de interpretación y una tienda de material de montaña. Alma Gaia es la clara excepción al dicho de “el que mucho abarca, poco aprieta” pues trabajan con total dedicación desde que, a mediados de los 90 dieran vida al primero de sus proyectos.

Su “primogénito” fue la consultoría ambiental y, en 2005, abrieron su primera tienda de productos y material de montaña en la capital jiennense, que después pasaría a tener otras dos sedes en Úbeda y Cazorla. Poco después llegaron los centros de La Casa de la Luz (en Cazorla) y el Centro de Interpretación de la Cultura de la Madera (en Vadillo Castril). Entre todos, Antonio Lucio Carrasco detalla que tienen a 8 personas trabajando con un contrato fijo, aunque en verano suelen ampliar la plantilla en tres personas más. Sobre el territorio donde más trabajo tienen, Carrasco asegura que se centran, mayormente, en el municipio cazorleño, un lugar del que se quedó prendado cuando fue a trabajar en los 90 en el proyecto de reintroducción del quebrantahuesos. “Yo no conocía el pueblo, pero en su día me di cuenta de que era un mercado naciente y que estaba creciendo muy por encima de los pueblos de alrededor”, explica a la vez que recuerda que, por entonces, se quedó viviendo cuatro años en plena sierra, pero siempre pasaba por el pueblo cuando viajaba hacia la capital (de donde es natural). Y fue precisamente el atardecer que solo se puede contemplar desde Cazorla, lo que le hizo darse cuenta de que le gustaba tanto aquello que necesitaba quedarse allí. “Si pudiera elegir cualquier lugar del mundo para vivir, me quedaría con Cazorla. Es un sitio magnífico”, insiste.

Sobre el futuro de Alma Gaia comenta que están inmersos en un nuevo proyecto con el que están buscando inversión para un pequeño transporte, un autobús eléctrico (para que sea un vehículo respetuoso con el medio ambiente), con el que poder transporta a los visitantes del centro de Vadillo Castril hasta el centro de cría del quebrantahuesos.