Un eje vertebrador

La historia de Jaén en los últimos 150 años no sería igual, ni se entendería, sin lo que supuso la entrada y el desarrollo del ferrocarril. Entre los retos a los que se enfrenta está la financiación, deficiente, y la desaparición de servicios

26 mar 2016 / 19:52 H.

Jaén ha estado íntimamente ligado al ferrocarril desde su aparición a finales del siglo XIX. Nuestra historia durante los últimos 150 años no sería igual, ni se entendería sin lo que supuso la entrada y el desarrollo del tren en nuestro territorio. El ferrocarril llegó de la meseta a la provincia, en concreto a Linares, en 1874 de manos de la antigua compañía MZA en su afán de unir Madrid con Andalucía y, sobre todo, por la necesidad de llegar con el tren a los yacimientos y explotaciones mineras del entorno de la comarca linarense. En 1893 la compañía de Andaluces escoge también Linares como punto final de la construcción de la Línea de Campo Real a Linares Zarzuela, pasando por Jaén y Espeluy. Del trazado original de esta línea solo queda hoy el tramo que va de Jaén capital a Espeluy; de aquí a Linares se cerró en los años 60 del siglo pasado, y de Jaén a Campo Real es actualmente una vía verde, la del Aceite, cerrada al tráfico ferroviario en el año 1985. En 1899 la Compañía de los Ferrocarriles del Sur construye una Línea que va desde Linares hasta Almería y Granada. Para centrar el panorama ferroviario provincial se debería hablar de un gran proyecto fallido que arranca con Primo de Rivera, es el Baeza a Utiel, del que en la provincia de Jaén solo llegó a contar con las obras de infraestructura y los edificios de lo que hubieran sido las estaciones de viajeros y algunos edificios auxiliares. Por un informe negativo del Banco Mundial nunca se llegó a montar vía por este trazado, salvo en la vecina Albacete. Incluso se realizaron obras para una línea que iba desde Marmolejo a la provincia de Ciudad Real, de la que queda aún algún vestigio, pero que quedó como un sueño imposible.

Hablar del tren en Jaén necesita mencionar su red de tranvías. Los hubo de Linares a La Carolina y de Linares a Ubeda y Baeza. Observamos pues que el tranvía no es algo novedoso como el que no circula en la capital.

Podemos asegurar que Jaén fue enclave esencial para el ferrocarril, tanto nacional como andaluz. Hubo una verdadera época dorada, desde principios del siglo XX hasta la década de los 80 del mismo.

Mención especial es el papel que tuvo en nuestra nefasta contienda civil, donde fue punto esencial en el tráfico de tropas y suministros. De aquel momento nos queda un genial poema de Miguel Hernández “Hijos del Hierro” dedicado a los ferroviarios de la estación de Baeza.

Con la llegada del PSOE al poder, los fastos de la Expo del 92, y una política claramente contraria al ferrocarril convencional en aras de la carretera y la alta velocidad, Jaén cayó en picado. Primero fue el cierre del Linares a Campo Real, ruta que discurría por grandes pueblos hasta llegar a Puente Genil. Una nefasta planificación, una mínima, incluso nula, inversión para mantener la línea y la supresión de trenes, la hizo inviable. Así, en diciembre de 1985, por decreto, se puso fin a 100 años de existencia, dejando a toda la comarca de la campiña y de la Sierra Sur sin ferrocarril.

La apertura de la alta velocidad, con la inauguración en 1992 de la línea Madrid-Sevilla, fue otro punto de inflexión para Jaén; y por supuesto para toda Andalucía Oriental. Se eliminaron trenes a un ritmo endiablado.

Hay que recordar que por nuestra provincia, en los años 80, llegaban a circular casi 200 diarios, entre viajeros y mercancías; actualmente apenas llegamos al medio centenar. La apuesta por la alta velocidad trajo consigo un efecto añadido, la cada día menor inversión en el mantenimiento de las líneas convencionales. Esto, sin lugar a dudas, hace bastante difícil asegurar un futuro halagüeño.

Las líneas que atraviesan, cual venas, nuestra provincia se diseñaron con cánones constructivos de hace más de cien años, y en su mayoría así siguen.

Cierto es que se hicieron renovaciones en los años 60, pero no afectaron tanto a los trazados como a los materiales de la vía.

En los últimos años la inversión ha sido deficiente, una doble vía de Vadollano a Linares Baeza en mitad de un trazado de vía única. Un By Pass en Espleuy para que los trenes que van de Jaén a Madrid no tengan que hacer parada en Espeluy; y unas obras inacabadas entre Linares y Torrubia y Las Infantas a Jaén, que si alguna vez se finalizan modernizarán algo la vía hasta la capital. Y a la falta de un proyecto y una apuesta hay que sumar la desaparición de trenes; a día de hoy no hay conexión alguna con nuestra vecina Granada, solo dos trenes por sentido hasta Almería.

Solo un tren hacia el Levante y las conexiones de Media Distancia a Madrid y Sevilla. Con la desaparición de trenes, y la supresión de paradas en muchas estaciones, es lógico que no se haga atractivo al viajero subir a un tren. En Jaén eso es más que notorio. Durante más de un siglo el ferrocarril era un eje vertebrador de la provincia, en lo social y en lo económico.