24 may 2020 / 10:01 H.
“Es reconfortante ver que se siguen las tradiciones”
Julia Barranco Martos Gerente de la Panadería y Pastelería San José, de Cazalilla |

En ocasiones, los libros no son los únicos que guardan la historia entre sus páginas. En Cazalilla, la Panadería y Pastelería San José esconde entre sus paredes casi un siglo de tradición. Esta empresa familiar se fundó en torno a 1926-1927 por los padres de Julia Barranco Martos, a quien traspasaron años después (sobre 1956) el negocio. Hoy en día, sigue al frente de la panadería junto a sus hijos, Vicente y Diego López Barranco, haciendo que su negocio se haya convertido en uno de los más importantes para el municipio de Cazalilla.

Son muchos los años de esfuerzo y dedicación los que esta mujer y su familia han dedicado a un oficio que, cada día, completa el menú de cada mesa de sus vecinos más cercanos y de otros un tanto más lejanos. Esto último se debe a que su empresa ya no solo vende y reparte pan por las calles y casas de Cazalilla, sino que hace algún tiempo se expandieron por otros pueblos de alrededor, como Villanueva de la Reina (donde cuentan con un despacho de pan) y Espeluy (donde van cada mañana a repartir). Y, con esto, declaran que ya tiene suficiente, por lo que no tienen previsto expandirse por otros territorios de la provincia. “Ha sido un trabajo muy sacrificado, tanto en el aspecto físico como en los horarios, pero es reconfortante ver que se siguen las tradiciones”, expresa Julia Barranco, quien recibió recientemente un reconocimiento por parte del Ayuntamiento de Cazalilla por la trayectoria y dedicación de su familia en la panadería y su trascendencia en el comercio local. Algo que, de hecho, ha vuelto a quedar reflejado durante las pasadas semanas, ya que esta empresa no dejó de trabajar. Tomaron todas las medidas de seguridad necesarias e hicieron posible que no faltara el pan en ninguna casa.

Para Cazalilla, y según comentan desde el entorno familiar de Julia Barranco, los comercios locales son los que dan vida al pueblo. De hecho, detallan que su panadería es una de las tiendas con más afluencia, lo que convierte a su calle en una de la que más tránsito tiene en todo el pueblo. Asimismo, aseguran que negocios como estos son los que permiten que en los pequeños municipios siga habiendo oportunidades de crecer y luchar contra los problemas que sufren los pueblos de la “España vaciada”.

“El coto es un foco económico para el municipio”
Antonio López Presidente del Club de Pesca Guadalentín, de Pozo Alcón |

Hay pocos deportes que puedan practicar hijos, padres y abuelos juntos, pero la pesca es uno de ellos. De hecho, Antonio López, presidente del Club de Pesca Guadalentín de Pozo Alcón, explica que esta actividad es mucho más de lo que parece a simple vista. “No es solo el pescado, son los viajes en familia, con amigos, las comidas en restaurantes, el hospedaje en alojamientos... la plusvalía que tiene es importante para el municipio, así como los puestos de trabajo que se generan alrededor de ella: el guarda del coto, las tiendas especializadas...”, concreta este poceño para defender a la pesca como una actividad que ayuda a arraigar la población en su tierra.

En este sentido, expone que este sector adquiere gran importancia en Pozo Alcón gracias a los dos cotos de pesca que se encuentran en el municipio: el Peralta y el del embalse de La Bolera. Sobre el primero de ellos, López explica que la concesión administrativa de este corresponde al Ayuntamiento poceño, aunque su club colabora estrechamente en la gestión del mismo. El coto Peralta es, por extensión, el más largo de Andalucía y la calidad de sus aguas sumada al rico entorno natural hacen que sea todo un atractivo para los aficionados a la pesca no solo del territorio jiennense, sino también de provincias vecinas. “El coto es un foco económico para el municipio, ofrece una zona recreativa y un entorno impresionante donde se encuentra el famoso nacimiento del Peralta, que es una de las maravillas de la provincia”, asegura López. Con ello, insiste en que la pesca es una potencia en Pozo Alcón, tanto que, al año, se suelen dar unos 8.000 permisos (en el ámbito local hay mucha afición, pero también llegan muchos pescadores desde otras zonas).

López sostiene que por delante solo queda un año “magnífico”, pues ya son muchos los aficionados que han vuelto a coger sus cañas para practicar este deporte. Algo que, además de como presidente del club, ha podido comprobar desde el mostrador de su tienda Pesca y Tiempo Libre. En esta línea, confiesa que todos los esfuerzos y luchas por la defensa del sector se deben a su deseo de que su hijo pueda vivir honradamente de la pesca, como él hizo, sin tener que abandonar su pueblo para buscar trabajo fuera.