Símbolo de la cultura

Fernando Bolívar Galiano nació en Alcalá la Real y vive a caballo entre dos continentes. Es catedrático de la Universidad de Granada, pero buena parte de sus días los pasa en Estados Unidos, donde es el fundador de una ONG

26 mar 2016 / 19:52 H.

Fernando Bolívar Galiano nació en Alcalá la Real, muy cerca del Ayuntamiento, en la calle Bordadores —General Lastres—. El inmueble fue, a principios del siglo XX, una academia, levantada prácticamente en el mismo solar donde nació el escultor Martínez Montañés. La “cuna” cultural le ha hecho que, con el paso de los años, haya centrado su carrera y su vida a las artes. Con cerca de media centuria de primaveras, se licenció en Ciencias Biológicas y Bellas Artes. Además, se doctoró, cuatro años después, con una beca de investigación del Ministerio. “Esto me posibilitó optar, por concurso público, a una plaza de profesor asociado y, con el tiempo, a titular en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Granada”, relata. Desde hace siete años, además, es catedrático y dispone la única plaza que ha conseguido un alumno egresado de las veinticinco promociones de la facultad, hago de lo que se siente especialmente orgulloso. Pero su día a día, no está solo ahí, sino que se compagina con la estadounidense.

Hace casi un año que decidió que era importante dar una dimensión internacional a la corriente cultural que lidera y que se llama “ligalismo”. Está basada en la colaboración entre diferentes culturas y disciplinas, tanto artísticas como científicas. “Tuve la oportunidad de fundar la ONG ‘Ligalismo, INC’, en la capital de Estados Unidos, con el apoyo del prestigioso periódico USA-hispanic perteneciente a la Washington Media Group Corporation, para fines sociales, científicos y culturales”, relata, desde el otro lado del charco. Y para poder dotarla de toda la actividad, energía y contenido, este alcalaíno pasas sus días a caballo entre dos países. “Vivir alternativamente en dos continentes tan distintos supone un esfuerzo en viajes, energía, economía, perfección del idioma, pero compensa por la gran cantidad de contactos, emociones y experiencias que te abren la mente y te aportan una mayor comprensión de la naturaleza humana y de las posibilidades de colaboración y desarrollo personal”, confiesa. Para Fernando Bolívar merece la pena, siempre y cuando se sepan aprovechar las bondades de cada mundo, y ligarlo todo bien. “Es como si fuéramos a hacer la mejor mayonesa. No basta con juntar las cosas, hay que armonizarlas”, bromea.

Esta no es la primera experiencia internacional del vecino de la Sierra Sur. Sus aficiones y estudios poliédricos le han llevado a salir al extranjero numerosas ocasiones. “No existían aún las becas Erasmus y con 20 años ya hice una estancia, con una ayuda europea del Tratado de Roma, de dos meses en Alemania. Después, he realizado varias estancias cortas en Roma, Florencia y Palermo; viajes de estudios en Marruecos e Italia, y frecuentes congresos científicos, cursos y exposiciones en Inglaterra, Hungría, Egipto, Turquía, Portugal, Austria, Nicaragua y Costa Rica”, enumera Bolívar.

El estilo de ida ajetreado y las idas y venidas a un lado y otro del charco no han estado exentas de problemas de adaptación. La comida, el idioma y el horario diferente fueron los aspectos más complicados durante sus comienzos. Se le sumaron otros, que fue descubriendo poco a poco, como era la necesidad de utilizar mucho más el coche y salvar las grandes distancias que caracterizan a Estados Unidos; acostumbrarse a la vida más” individualista” de los norteamericanos, y habituarse a una agenda de actividades festivas y participativas mucho menor a la jiennense, entre otros aspectos. Por otro lado, su estancia en Washington también le ha abierto puertas ya que, a su entender, las oportunidades e iniciativas son mayores que en España. “A todo el mundo se le anima y facilita a emprender nuevos proyectos”, concluye el alcalaíno.

¿Qué es el ligalismo?

Probablemente, la palabra ligalismo es desconocida para la inmensa mayoría de las personas. Es un concepto acuñado por el alcalaíno que pretende expandirse por todo el mundo. De hecho, Ligalismo INC. (abreviatura inglesa por incorporated) es, una ONG que tiene su sede en un lugar privilegiado, la capital de Estados Unidos. Pero no se ha elegido un emplazamiento cualquier en Washington, sino uno muy especial, hasta el punto de que la central se encuentra ubicada en la misma avenida que la Casa Blanca. Es un movimiento cultural y científico que pretende derribar los muros que encorsetan el arte. El nombre, además de ser un guiño a Ferbo Ligali, deriva del término ligar en el sentido de unir. La idea es crear punto de encuentro que entrelace arte y ciencia, con muchas combinaciones, sinergias, por ejemplo disfrutar como se puede combinar música con pintura.

recuerdos de la tierra

Cuando está en Estados Unidos, Fernando Bolívar añora, mucho, la buena comida española, pero su afán por la cultura también le hace soñar con ciertos reencuentros. “Echo de menos las raíces, la música, las fiestas, la historia detrás de cada piedra monumental, las amistades de la niñez, pasear por el centro de la ciudad, ir de tapas, salir con la bici de montaña y echar la siesta al solecito”, enumera el alcalaíno, que deja volar la imaginación mientras escribe estas letras. Sin embargo, en tierras norteamericanas pueden sentir, con orgullo, la buena impresión que guardan de los españoles. “Piensan que somos gente divertida, abierta, alegre, especialmente los andaluces. Aunque a veces nos ven como los descendientes de los conquistadores, con todo lo que conlleva”, relata este hijo de la Sierra Sur, que vive a caballo entre dos continentes.

El alcalaíno esconde mundo de aficiones que se resume en cinco grandes grupos
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Las aficiones del alcalaíno Fernando Bolívar se podrían dividir en cinco grandes grupos, como el mismo relata. La primera de todas son las actividades al aire libre, lo que incluye hacer deporte, viajar y emprender aventuras. Especialmente, le gusta la natación, bicicleta, el tenis, pádel, judo, yoga y el patinaje, sin olvidar el senderismo o la escalada. Estas dos últimas aficiones se pueden sumar al segundo bloque, que es su amor por la naturaleza, principalmente excursiones y actividades para la defensa de los ecosistemas, así como la investigación en seres vivos y en patrimonio cultural. La música y la danza también ocupan su tiempo libre. “Me gusta tocar instrumentos y cantar en grupos de distintos estilos, más clásicos o más modernos: coros, tunas, grupos flamencos, rock, punk, pop country y teatro musical, entre otros”, explica. También es un enamorado del arte visual en casi todas sus expresiones, desde la pintura hasta la conservación del patrimonio. Finalmente, se dedica a las actividades de carácter social, como las ONGs y la defensa de diferentes causas.

historia
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La ciudad fue nombrada en honor a George Washington, el primer presidente estadounidense. El nombre del distrito, Columbia, es el poético de Estados Unidos, en referencia a Cristóbal Colón, descubridor de América. Es llamada comúnmente Washington, the District (el Distrito) o simplemente DC.

la capital
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Washington nació como una ciudad planificada, y fue desarrollada a finales del siglo XVIII para servir como la capital nacional permanente, después de que diversos municipios ostentaran esta posición desde la independencia del país, en 1776; en tanto, el distrito federal fue formado para marcar la diferencia entre la capital nacional y los estados.

cultura
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Uno de los aspectos que recomienda Fernando Bolívar de la visita a la ciudad es conocer los numerosos museos de Smithsonian —el mayor complejo museístico mundial—. Están dedicados al patrimonio histórico, los avances del conocimiento, los países exóticos, el espacio y, así, un sinfín de variantes.

turismo
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En Washington DC, lo más recomendable, a parte del Capitolio, la Casa Blanca, los monumentos de los primeros presidentes, la zona del río Potomac y la calle de las embajadas. La ciudad recibe, todos los años, a cientos de miles del turistas de todo el mundo y sus espacios son fotografiados y escenarios de películas.