Remigio del Mármol

La huella del escultor está relacionada con Priego de Córdoba, pero en Alcalá la Real se conservan algunas obras como por ejemplo la Fuente del Paseo de los Álamos que forma parte del municipio

19 ene 2020 / 11:58 H.

Existe en nuestro en las zonas limítrofes de cualquier territorio elementos, personas, o actos que son difíciles de enmarcar en una determinada ubicación. Entre ellos se encuentran artistas desconocidos de nuestro entorno provincial que han pasado desapercibidos por muchos estudiosos. Se centra el fenómeno en unas tierras que compartieron demarcación geográfica con las provincias o reinos linderos. Sucede a Santiago de la Espada y tierras de Murcia, lo mismo acontece entre tierras de la Campiña de Jaén y Córdoba; o las de tierras de Sierra Mágina y los pueblos granadinos orientales, o entre Campotejar y Noalejo. Este es el caso de Remigio del Mármol, (1758-1815) un escultor nacido en Alcalá la Real y que desarrolló, según los datos conocidos, su obra en pueblos de la Subbética. Sin embargo, nuevos estudios permiten reconocer la expansión de su producción artística y la presencia de este personaje entre los pueblos jiennenses y cordobeses, ya que la Abadía de Alcalá Real englobaba a muchos de ellos y les permitía un campo de trabajo por e investigar otros pueblos. Sus padres intercambiaron vecindad entre Priego y Alcalá la Real, porque precisamente en la ciudad de Alcalá la Real recibió las aguas bautismales un dos de octubre de 1758 en la parroquia de Santo Domingo de Silos, además de que otro miembros de la familia del Mármol también mantuvo su vivienda en la ciudad de la Mota, por la parte de su madre prieguense de la saga de los Cobo-Rincón se relacionó con el mundo cultural y la formación artística gracias a ser maestro de protocolo de los servitas, y como dice su crítico de arte Marín Molina. Al ser Maestro de Servicios y Ceremonias de la Orden Carmelita, el alto dominio de los textos bíblicos, además de los libros de su biblioteca personal, pertenecía también a una prestigiosa familia prieguense los Cobo-Rincón, y como ideólogo intelectual, esteta y filósofo, le permitieron trasladar sus visiones personales a sus espacios estéticos, como el complejo de la Fuente del Rey. Es verdad que su huella quedó relacionada con gran parte de la construcción del complejo escultórico y monumental de la Fuente del Rey de Priego de Córdoba, pero no podemos olvidar que en Alcalá se conserva alguna obra como la Fuente del Paseo de los Álamos. Y no nos extraña que la investigación pueda descubrir nuevas aportaciones al mundo del arte de Remigio del Mármol. Se sabe que tardó en alcanzar la autonomía artística pues, en sus primeros años, estuvo enrolado en varios talleres de esta ciudad cordobesa, entre ellos el de su maestro Francisco Javier Pedrajas. Con él debió participar en varias obras que su maestro realizó para los retablos de la iglesia de Consolación, Dominicas y san Juan.

Además, en el año 1780, se encontraba en Alcalá la Real, donde tuvo que pasar un mal trago de su vida. Pues Juan de Pedrajas, un familiar de su maestro y él fueron acusados por la Justicia, el corregidor don Joaquín Saura y Saravia, sobre la muerte del vecino castillero Vicente Collado, lo que nos indica que debieron acudir a realizar un retablo para las iglesias y ermitas de Alcalá la Real y Castillo de Locubín y tuvo que surgir una reyerta entre el vecino castillero y los contratistas. Entre los meses de julio y agosto fueron apresados, tanto Remigio como su maestro se vieron obligados a dar escritura de poder a los procuradores alcalaínos y sus agentes de Granada para que los representara en la Chancillería de Granada a la hora de defenderlos. Parece que el autor del asesinato fue Juan de Pedrajas que se ausentó de la ciudad de Alcalá y le acompañaron a la acción como encubridores su discípulo Remigio, otro prieguense José Ortiz y los maestros de obras castilleros José Manuel Contreras y Cristóbal Contreras. Todos ellos fueron apresados y tuvieron que salir en su defensa y dar fianza a la Justicia varias personas relacionadas con el mundo de la retablista como el artista alcalaíno Francisco Paredes y los carpinteros Francisco Palomino y Juan de Aguayo.

Corresponde este acontecimiento alcalaíno a su primera etapa formativa y en contacto con el taller de Francisco Javier de Pedrajas, con el que comparte ese momento de la configuración del barroco andaluz, cuyo centro neurálgico fue Priego de Córdoba, donde bebió de las fuentes de otros maestros como Juan de Santaella, los hermanos Sánchez Rueda y José Álvarez Cubero. Es un momento artístico en el que este barroco singular se incardina con estilo rococó, la originalidad de cada artista y la transición al neoclásico. Posteriormente a este acontecimiento en la ciudad de la Mota, hasta 1790 consiguió desvincularse de su maestro creando su propio taller. e intervino en el Sagrario de la Asunción de Priego, portada y torre de la iglesia del Carmen, y retablo de la Caridad de Priego, Artista que dominaba perfectamente el arte de esculpir la piedra, fácilmente trabajó otros materiales como el yeso y la madera como escultor, retablista, arquitecto, imaginero, pintor, y hasta urbanista, ya que fue maestro de obras de la ciudad de Priego. Hasta 1803, se inicia una nueva etapa de su vida siendo reclamado por varias ciudades para acabar obras proyectadas del barroco y otras de estilo neoclásico. Entre ellas, los sayones del paso de Jesús de la Columna, y los retablos de los Servitas de Iznajar, los neoclásicos del Sagrario de Priego y los diseños de esculturas de la Fuente del Rey. La última etapa que acabó con su muerte, entre varios otros retablos de iglesias de Priego, y las fuente públicas y privadas de esta ciudad, de nuevo trabajó para tierras alcalaínas con la fuente de los Álamos de Alcalá la Real, lo que manifiesta que no perdió sus vínculos con la ciudad que le vio nacer. Es verdad que su producción artística se entronca en esta escuela prieguense, pero ningún tratadista olvida que Remigio del Mármol fue vástago de una escuela barroca andaluza singular que algunos remontan a tiempos de Pablo de Rojas, continuó con Hurtado Izquierdo y tuvo sus mejores representantes con sus maestros ya comentados y su discípulo José Álvarez Cubero, Una escuela que en el círculo alcalaíno de su abadía dio al Arte importantes artistas imagineros y retablistas de la Escuela Andaluza Barroca.