“Ratones y Mochuelos” de hoy

07 feb 2016 / 10:27 H.

Leyendo un fragmento del libro de Pío Baroja, “El Árbol de la Ciencia”, he conocido la situación de Alcolea, donde dos partidos políticos, Ratones y Mochuelos, se reparten el gobierno y se aprovechan de su puesto para beneficiarse y, dicho bruscamente, saquear la localidad. Los ciudadanos ven necesario su gobierno y niegan la importancia de estos robos a la comunidad. Al leer esto me ha parecido innegable la triste comparación con los actuales PP y PSOE que, hasta las pasadas elecciones, se han repartido el gobierno de nuestro país. Estos, al contrario que los partidos protagonistas de este fragmento, no roban de forma descarada, pero sí es cierto que aunque no todo el partido sea corrupto, una parte de ambos se aprovecha descaradamente del puesto que ocupa para beneficiarse a nuestra costa. Es cierto que este bipartidismo se está acabando con la aparición de nuevas fuerzas emergentes, como Podemos o Ciudadanos, aunque en mi opinión no son más que otros dos partidos posiblemente camuflados en chicos jóvenes pidiendo votos para realizar ideas que en la mayoría de los casos son aparentemente imposibles, siempre desde mi punto de vista.

Dice el protagonista del fragmento que podía estudiar en Alcolea una serie de comportamientos inapropiados, otro reflejo de nuestra actual sociedad. Se nos llena la boca llamando corruptos a los políticos cuando los primeros ladrones somos nosotros. Estos comportamientos de los cuales juzgamos a los políticos los estamos poniendo en práctica cuando, haciendo uso de nuestra picaresca, intentamos estafar al Estado con trucos tan comunes como defraudar a Hacienda o , en el caso de los empresarios, cuando cobran en negro para no tener que declarar ese dinero. Nos robamos a nosotros mismos y tenemos la cobardía de echarle la culpa a los de siempre, los políticos. Quizá un presidente esté siendo honrado y no le quede más remedio que aguantar los insultos de los que probablemente estén defraudando a la Hacienda pública el doble de lo que ellos dicen que roba. Quizá la culpa de que mucha gente joven que a diario lucha por una beca porque de verdad la necesita, esté en sus hogares privándose del privilegio que hoy en día se está convirtiendo estudiar no sea de otra persona que de nosotros mismos y de nuestro egoísmo que nos invita a pedir una beca aunque quizá luego vayamos vestidos de marca y con el mejor móvil del mercado. Y es que no todo termina aquí, sería raro que una persona no conociese a un familiar, amigo, vecino, etcétera, que no esté aprovechándose de alguna ayuda. Quizá deberíamos solidarizarnos un poco más con nosotros mismos y abrir los ojos y darnos cuenta que todas estas becas, ayudas e impuestos que a veces tenemos tantas ganas de solicitar o esquivar, según nuestra conveniencia, no sean otra cosa que la cuerda de huida a este pozo que es la crisis.