En el norte de Inglaterra

Joaquín Bueno Amaro lleva tres años en Newcastle, donde investiga el dialecto característico de los habitantes del lugar a través de su doctorado, el cual le ha permitido regresar a una ciudad que lo enamoró en su Erasmus

22 sep 2019 / 12:32 H.

Pasado Londres, Manchester o Liverpool está la última frontera de Inglaterra, en el lugar donde hace siglos se encontraba un fuerte que acompañaba la emblemática muralla que el emperador Adriano mandó a construir en el Siglo II después de Cristo, Newcastle. Allí se encuentra el jiennense Joaquín Bueno Amaro. Lleva tres años seguidos en esta gran ciudad británica, aunque fue un tiempo antes cuando se enamoró de ella hasta el punto de querer regresar lo antes posible. “Llevo 4 años en total —1 año primero y luego 3 consecutivos—. La primera vez que vine fue en septiembre de 2013 hasta junio de 2014 para hacer mi Erasmus aquí. Fue un año inolvidable: la ciudad, la gente, la hospitalidad, y el acento me enamoraron. Después de terminar el grado y el Máster de Profesorado en Jaén, estaba deseando volver, pero para trabajar”, sostiene Joaquín Bueno sobre la razón que le hizo querer regresar a Newcastle.

Su vuelta estuvo motivada con el trabajo, ya que regresó en 2016 como auxiliar de conversación de español en un instituto en una ciudad cercana, Sunderland. Un año después logró hacer el doctorado en sociolingüística en Newcastle University. “A eso me dedico desde entonces. También he trabajado como profesor de español en una academia ocasionalmente y ahora en mi posición de doctorando también soy profesor en la universidad”, señala. Además de lo mucho que le gusta la ciudad, la gran oferta de ocio que tiene y los buenos amigos que ha hecho allí, fue una característica en el idioma del lugar lo que le hizo tomar la determinación de volver a Newcastle. “Mi objetivo principal era seguir investigando el dialecto tan característico de aquí y así fue como solicité el doctorado, en el que estudio cómo hablan los adolescentes de la zona y cómo se sienten respecto a su dialecto y los estereotipos que acarrea. El acento de esta zona de Inglaterra es bastante diferente a lo que estamos acostumbrados a escuchar. Es como el Cádiz de Inglaterra en ese sentido. A todos los que venimos nos cuesta adaptarnos al principio, pero acabamos hablando como ellos”, matiza.

De hecho, no solo es característica la pronunciación y el dialecto que hay en Newcastle puesto que Joaquín se encuentra con un “problema” que no deja de ser una anécdota, pero qué, en según que ámbitos puede ser mejor o peor ya que es lo primero que conocen de él al presentarse. “Es muy complicado conseguir que pronuncien bien mi nombre porque no es común aquí. Me han llamado de todo: Cuacuin, Wacking, Yoking, Yoacuin, etcétera. Para evitar tanto lío, muchas veces me presento como Joe. Pero cuando quiero que sepan mi nombre bien, como por ejemplo en el ámbito de la universidad, siempre me presento como Joaquín, como Joaquín Phoenix, el actor, y Bueno como Kinder Bueno. Y suele funcionar”, sostiene sobre esta curiosidad.

Y es que durante los últimos tres años Joaquín ha hecho su vida allí, aunque no descarta regresar en algún momento a España y volver a sus raíces. “Soy muy feliz aquí y siempre me han acogido muy bien. He conseguido adaptarme a su cultura sin perder mis raíces y no me he llegado a sentir especialmente nostálgico de no estar en casa. La calidad de vida es muy buena, el trabajo nunca falta, la forma en que funciona todo parece más justa, y se valora mucho el esfuerzo. Sin embargo, hay otro tipo de calidad de vida en España que no se mide con dinero: el tener a la familia cerca, sobre todo”, explica sobre Newcastle, un lugar al que invita a todos a conocerlo puesto que cuenta con muchas oportunidades, paisajes preciosos, mucho verde y una playa de arena fina y agua congelada por descubrir.

Adaptarse a otra vida

Joaquín Bueno afirma que la vida en Newcastle con respecto a España es diferente, aunque señala que es mucho más parecida de lo que el resto de personas pueden pensar. Sin embargo, destaca que la organización es una de las claras diferencias ya que comen y cenan antes, lo que permite tener la tarde-noche más libre para hacer planes, lo cual le hace tener la sensación de que se aprovecha más el tiempo. También ha tenido que adaptarse a todo tipo de clima, ya que el frío y la lluvia no pueden ser un impedimento para hacer planes o, como reconoce, siempre estarían encerrados. Además, observa que los jóvenes tienen muchas más oportunidades laborales. “La gran mayoría empieza a trabajar a los 16. Lo que más choca es que en la gran mayoría de los casos la carrera no limita, y todas las empresas tienen un periodo de formación para adaptarte. De hecho, la universidad se ve como algo opcional”, explica.

Abrir miras al mundo

Uno de los aspectos más destacados de vivir fuera es que a Joaquín le ha servido para abrir su mente al mundo y enriquecerse a través de todo lo que aprende lejos de Jaén. “Lo mejor es el abrir miras y lo mucho que enriquece vivir fuera. Yo ahora soy medio jiennense, medio Geordie apelativo para la gente de Newcastle—, con lo bueno (y un poco de malo) de cada lado. También no sé si la cantidad de oportunidades de crecimiento académico y profesional que me han dado aquí podrían habérmelas dado igual en España y eso se aprecia mucho. El estar fuera te hace valorar mucho más lo que tienes en casa: los paisajes, la comida, y la cultura”, sostiene. Y es que para el jiennense, la oportunidad de estar lejos de casa y conocer otras culturas ha sido muy relevante para crecer a todos los niveles y aprender más del mundo que le rodea.

Un guía turístico perfecto para mostrar los rincones más insólitos
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Cuando cambias de ciudad y de lugar para vivir también te gusta hacer viajes y conocer otros sitios. En este caso, a Joaquín le encantó Edimburgo, que se encuentra a poco más de hora y media en tren desde Newcastle. En su caso, durante su época de Erasmus, uno de los viajes que siempre hacia junto con los familiares y amigos que le visitaban era hasta esta ciudad. Siempre utilizaban el free tour y, lo cierto es que se lo aprendió de memoria y a la perfección, hasta el punto de que cada vez que tenía visitas él mismo les hacia un recorrido por los rincones más bellos de Edimburgo. Sin embargo, dos amigas suyas de Jaén se empeñaron en que si se encargaba de hacer el tour él mismo tenía que vestir como se debe, tenía que hacer de guía pero con falda escocesa. Una anécdota más de los recuerdos y compañeros, amigos y familiares que visitaron durante ese año, y ahora también, a Joaquín y que le ayudan a recordar de donde viene, su cariño por España y que le hace más fácil continuar su vida en el norte de Inglaterra.

Calor familiar
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Los padres de Joaquín Bueno han estado varias ocasiones a Newcastle para conocer la ciudad y pasar tiempo con él, pero esta visita fue aún más especial porque los acompañó su abuela, que montó por primera vez en avión y salió al extranjero. Allí probaron el típico fish and chips y disfrutar de los mejores lugares de la ciudad.

Sin temor al frío
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Este es el grupo de amigos de Joaquín en Newcastle. La ciudad es conocida por ofrecer una gran variedad de ocio y de fiesta, motivo por el que mucha gente del resto de Inglaterra viaja con el único objetivo de acudir hasta allí. Además, le ha tocado adaptarse al frío puesto que allí nadie sale con abrigo y no hay roperos.

Entre grandes amigos
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Este es el grupo de amigos de Joaquín que forma parte del doctorado en Newcastle University. En esta ocasión, Joaquín les dio a probar Tierras del Marquesado, el aceite de Carchelejo (de donde renacen sus padres). La mayoría de sus compañeros son italianos y tienen un “pique” por decidir quien hace mejor aceite.

Amistad duradera
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Aunque ya no trabajen juntos este vínculo no cesa, por lo que la amistad nunca falla. Ellas eran las compañeras de trabajo en el instituto donde Joaquín impartió clases durante un tiempo. Las tres eran profesoras de español y mantienen el contacto y la relación puesto que hay amistades que son para siempre.