Manos Unidas: nueva campaña en marcha

En este año Jubilar de la Misericordia, el papa Francisco nos hace la propuesta de reflexionar sobre las obras de misericordia corporales y espirituales, despertando así nuestra conciencia, muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, entrando en el corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina. Estas palabras del Papa resuenan en el lema de la campaña de Manos Unidas para este año, ya que darle de comer al hambriento es lo que plantea: “Plántale cara al hambre: siembra” El motor fundamental de la misión de Manos Unidas es que las personas vivan, y vivan dignamente. Ser nutrido es fundamental para que cada persona pueda mantener y hacer crecer su vida individual y social, en todas y cada una de sus dimensiones.

En la actualidad, el problema del hambre resuena escandalosamente en todos los rincones del mundo, precisamente porque, teniendo la capacidad para producir alimentos hasta el derroche, todavía nos vamos a la cama dejando que 805 millones de personas pasen hambre. Asegurar a todas las personas del planeta, sin distinción, una alimentación adecuada, en todos los sentidos, es un reto que deberíamos haber conseguido ya. ¿Qué está pasando? ¿Por qué no somos capaces de construir soluciones definitivas? Todos somos responsables de esta situación, pero no siempre somos conscientes. Desde su capacidad como asociación de la Iglesia en España para la promoción del desarrollo del países pobres, quieren poner más empeño en acabar con el hambre, porque creen firmemente que es posible. En los últimos 8 años han trabajado poniendo el acento en diversos aspectos fundamentales para asegurar el desarrollo de los pueblos más pobres.

Reconociendo que en el mundo han crecido las posibilidades para que todas las personas puedan vivir dignamente, sin embargo constatan que la globalización no ha caminado hacia una mayor justicia social, sino que ha prevalecido la indiferencia y la exclusión, la corrupción y el desinterés por los más vulnerables. Ante la realidad, quieren contribuir a la transformación del mundo desde el seguimiento de Jesús, quien se compadecía de tantos porque no tenían qué comer (Mc 8,2). Este año presentan su Campaña 57. Es a la vez el primero de los tres años de una Campaña Trienal cuyo objetivo general para 2016-2018 es trabajar para disminuir el hambre en el mundo y reforzar el derecho a la alimentación de las personas más pobres y vulnerables del planeta. Este objetivo se concreta en tres líneas de trabajo que son:

—Acompañar a los más pobres y reforzar el derecho a la alimentación de los pequeños productores.

—Contribuir al cambio a sistemas más justos.

—Educar para una vida solidaria y sostenible.

Cooperamos unos con otros compartiendo estas “semillas de misericordia” que Dios pone en nuestras manos y nos hacemos responsables unos de otros como verdaderos hermanos. Todos estamos necesitados de misericordia... ¡Dejémonos sembrar y sembraremos!