Llamadas que curan heridas en lo más profundo del alma

El número de llamadas a El Teléfono de la Esperanza se incrementa en épocas donde los reencuentros familiares y el cariño predomina en la calle, como durante la Navidad o Semana Santa, por ejemplo

28 abr 2019 / 11:07 H.

Qué hay mejor que unas palabras llenas de bondad para curar todos —o al menos casi— los males? Nada. El Teléfono de la Esperanza es una organización no gubernamental que se dedica a eso, a escuchar y paliar la soledad, en este caso, de los jiennenses que marquen su número a cualquier hora del día. Están ahí para ayudar y, en numerosas ocasiones, desde la entidad aseguran que el mayor problema que se encuentran en los usuarios que dan el paso y llaman allí es lo que se conoce como “la soledad no deseada”. Además, en época de celebraciones familiares y reencuentros —como puede ser Navidad o Semana Santa—, las atenciones que les son requeridas se multiplican como consecuencia de la magnitud que adquieren vacíos, traumas, insatisfacciones y soledades. Una labor que merece un reconocimiento, por lo que el jurado decidió que El Telefono de la Esperanza es la organización que se hace con el Premio Jiennense del Año en la categoría Valores Humanos por su implicación con la sociedad y su labor altruista en favor de los que necesitan que los escuchen y, al menos, algo de compañía al otro lado del auricular del teléfono.

El perfil de los usuarios son personas que están entrando o saliendo de depresiones y, sobre todo, mujeres de entre treinta y tantos a cincuenta y tantos años de edad. No obstante, el número de hombres que recurren a El Teléfono de la Esperanza ha crecido en los últimos años. Los problemas que se trasladan son variopintos. La crisis económica incrementó en su momento el número de llamadas, pero no faltan las historias de separaciones, problemas con los hijos y las que están consideradas como las peores soledades: las que se sienten aun estando acompañados. En este sentido, parece casi inverosímil que encontrándose el mundo en plena era de la comunicación, haya personas que se sienten solas. Por todo esto y mucho más, una nutrida representación de la sociedad jiennense decide premiar la labor de una organización que vela, las 24 horas del día, por curar esas heridas del alma que, aunque no se vean, hacen mucho daño en lo más profundo de los corazones.

“Para mí es lo más que nos den este premio”
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“Era mi ilusión que nos dieran el Premio Jiennense del Año”, asegura la presidenta de El Teléfono de la Esperanza, que continúa: “Primero, porque es un reconocimiento de la ciudadanía de Jaén a un trabajo que es algo solitario y, en segundo lugar, porque era mi meta, darnos a conocer y que nos conocieran”. Asimismo, y hablando siempre desde la perspectiva personal, cree que el premio es “lo más”. “Da mucha alegría que reconozcan tu trabajo y mucha más que lo hagan en tu tierra”, indica la presidenta de la entidad.