La mujer que inspiró a Cebrián
El nombre del pasodoble Ragón Falez es un acrónimo que procede de Rafaela González, hija de un concejal del Ayuntamiento en la que se sostuvo el artista para componer el Himno de Jaén


Casi todos hemos escuchado alguna vez el pasodoble Ragón Falez (año 1935), el más famoso del Maestro Cebrián, que suena habitualmente, cuando hay buenas faenas en las plazas de toros, desfiles, fiestas de moros y cristianos, etcétera. Muchos conocemos que su nombre es un acrónimo que procede de Rafaela González, Ragón, formado con la primeras sílabas del nombre y del apellido y Falez, con la segunda sílaba del nombre y la última del apellido.
Pero pocos sabemos que Rafaela González Ocaña nació en Jaén, sobre el año 1910, que sus padres fueron Manuela Ocaña y Vicente González, concejal de Cultura del Ayuntamiento de Jaén, que regentaba una papelería-librería en los bajos de la casa donde vivían en la plaza de San Francisco, edificio ya desaparecido; él era muy amigo del músico Emilio Cebrián y del poeta Federico de Mendizábal, ambos venían de fuera, los presentó y, a raíz de este encuentro y magnífica combinación de artistas, compusieron el Himno a Jaén.
Rafaelita era una mujer discreta, menuda y atractiva. No se casó y pasó casi desapercibida por esta vida, solo hay algunos hechos que hacen que hoy la recordemos: inspiró al Maestro Cebrián para crear este reconocido pasodoble. Destacan la gran amistad y admiración que se profesaron y un álbum en el que celosamente guardaba sus fotos personales, postales, recortes de Prensa y curiosidades que de su amigo Emilio se publicaban.
Como hija única, pasó gran parte de su vida cuidando a sus padres y, cuando falleció su madre a principios de los 80, se fue a una residencia donde pasó sus últimos años, muriendo muy anciana.
Hoy vamos a conocer la imagen de Rafaelita a través de algunos de esos recuerdos que llegaron hasta mí (al ser su madre prima de mi abuela, Salvadora Cerezo Godoy) y sobre todo por esta magnífica foto presidida por el monumento al poeta Bernardo López, teniendo como fondo la Catedral y la casa donde vivía en la plaza de San Francisco.
De derecha izquierda: el Maestro Cebrián (mano en la chaqueta), Vicente González, Rafaelita González, Federico de Mendizábal y puede que Manuel Alcázar, aunque este último es una duda (fotógrafo), acompañados por un grupo de sonrientes y curiosos jaeneros.
Desde aquí mi pequeño homenaje a estos cinco personajes que hicieron historia en Jaén y en especial a Rafaelita, una gran desconocida que merecía salir a la luz.