Maestro de profesión y cronista oficial del municipio de Génave e investigador de corazón, Manuel Rodríguez detalla algunos de los momentos más interesantes y algunos de los sucesos más importantes que ha conocido durante sus investigaciones. Desde que era muy joven, siempre se interesó por la historia de su municipio, por las cosas que habían pasado allí porque, tal y como defiende, todos deben conocer su pasado para entender mejor lo que sucede ahora. En estos momentos, ya jubilado y retirado de su profesión, de la que admite que todavía siente añoranza, tiene por objetivo conseguir que el mayor número de personas de su pueblo conozca todo lo que el ha averiguado y atesorado durante este tiempo, bajo la premisa de que ninguna de esas historias queden olvidadas y sus vecinos tengan la oportunidad de conocer todo aquello que él ya sabe.

—¿Cómo es su relación con su municipio, con Génave?

—Yo me he criado aquí en Génave. Nací aquí y me he desarrollado y he cumplido con mi labor profesional, ya que he sido maestro, concretamente, durante 39 años.

—¿Cómo ha sido su labor como maestro dentro de Génave durante cerca de cuarenta años?

—Desde el principio fui un maestro que pensaba que había que hacer cosas por los niños del pueblo. Conseguimos logros muy importantes, como por ejemplo, convertirnos en el segundo colegio público rural de la provincia y atendimos a los jóvenes de cuatro pueblos diferentes como si fuese un colegio grande a través del movimiento de sus maestros. Eso funcionó bastante bien durante más de veinte años.

—También dedica su tiempo a investigar, en concreto sobre la historia de Génave.

—Me gusta la investigación, sobre todo la relacionada con mi municipio. Génave es un pueblo muy chico pero cuenta con una historia que es muy curiosa, realmente he llegado a conocer y tener unos resultados que son alucinantes. He investigado sobre muchos temas, desde la patrona de la Virgen del campo, pasando por los movimientos migratorios que se hicieron desde los años 40 hasta finales de siglo, he encontrado los orígenes del pueblo en 1554. Todo lo que tiene que ver con Génave lo he tratado de estudiar. También he buscado mucha información sobre cómo se vivió la Guerra Civil en el pueblo, la cual fue apasionante.

—¿Sobre qué está estudiando o investigando actualmente?

—Pues ahora estoy haciendo investigaciones sobre las quintas del municipio. En realidad, sobre montones de cosas relacionadas con el pueblo. Todo lo que encuentro me lo traigo y me dedico a investigar sobre ello. Además, estoy trabajando para recopilar documentos antiguos.

—¿De dónde viene ese afán por investigar tanto y conocer todo lo referente a su municipio?

—Pues porque aquí se vive muy bien, pero uno tiene que complicarse la vida. Además de haber sido maestro, dedicaba mi tiempo a esto y a otro montón de actividades porque el tiempo es muy valioso y no se puede perder. Yo, a lo largo de mi vida, he hecho prácticamente de todo. Soy músico, levantamos la banda de música de aquí, de Génave, participo mucho en las fiestas y colaboro en todo lo que puedo, sobre todo en sus actividades culturales y mira que es cierto que el pueblo es chico, pero tiene una serie de actividades que los municipios de alrededor no, lo que para nosotros es todo un orgullo.

—¿Por qué ese interés por aportar tanto al municipio, por ayudar en sus actividades y hacer que exista una oferta cultural tan amplia?

—Hay que tratar de aportar a la tierra y conseguir que las personas que viven en el municipio vivan bien y a gusto. No siempre se ha pensado que estamos, no condenados, pero vivimos en una zona muy desfavorecida, hemos tenido diferentes intervenciones de las administraciones que, en ocasiones, no han sido buenas. Y en momentos he sido muy crítico porque los que vivimos en esta zona somos lo importante y hay que facilitar las ayudas y las formas de conseguir que las personas puedan vivir bien dentro de sus pueblos. Hay que pensar en los pueblos pequeños y en su gente. Aquí en Génave podríamos decir que cerca del 75% son personas mayores, población envejecida.

—¿Cómo se puede lograr que eso se revierta y la gente joven apueste por quedarse dentro del municipio de Génave y de otros pueblos pequeños que están perdiendo a su población más juvenil?

—Es que trabajo no hay. Yo no soy amigo de las ayudas, bien es cierto, pero creo que algo siempre se debe hacer para incentivar, pero lo cierto es que al final todo eso termina en ir a otras ayudas. Esto es un problema que siempre hemos padecido en la zona. El problema es que un ayuntamiento tan pequeño no puede hacer tanto, lo máximo que se puede hacer pienso que son iniciativas particulares, que son interesantes y que han asentado un poco a la población, pero falta algo distinto y que sea diferente.

—¿Qué tipo de iniciativas deben ser las que se impulsen en ese caso?

—Pienso que lo primero que se debe de hacer es facilitar la estancia en esta zona y que las iniciativas deben ser de origen privado. El problema es saber qué tipo de iniciativa privada puede haber teniendo en cuenta que nos encontramos un poco lejos de todo, que ni siquiera pasa la carretera general por aquí. Al final sí que es cierto que existen ideas, se hacen cosas, pero se debería hacer algo diferente y que tenga su significado para que traiga riqueza al municipio. Estamos un poco aislados.

—Como cronista e investigador que ha hecho mucho por conocer las historias que forman parte de Génave. ¿Los vecinos suelen agradecer sus aportaciones?

—No te puedes ni imaginar. Yo intento por completo transmitir la idea y el mensaje de que es necesario conocer el pasado, que la gente conozca lo que pasó, soy muy pedagógico en ese aspecto. Mira que yo soy enemigo de las redes sociales, pero al final he terminado en Facebook y desde aquí me dedico a subir información sobre la cultura genavera por poner un ejemplo. Hay muchísima gente que contacta, que quiere aprender más y saber sobre el pueblo y lo agradece muchísimo. Por ejemplo, vamos a tener una exposición de fotografía antigua, en un pueblo tan chico como este, que nunca ha contado con fotógrafo y la gente nos dona muchísimas fotografías antiguas que vamos a poner en una exposición que recibe muchas visitas. Nos quiere el pueblo entero y se implican en las actividades que promovemos para que conozcan su pasado, con todos los actos que preparamos. Eso es muy importante.

—No es amigo de las redes sociales, pero se ha sumado a ellas para transmitir los conocimientos que le llegan sobre el municipio. ¿Es esta una manera de tratar de acercarse al público joven?

—Claro. Yo ya soy mayor, pero quiero dejar constancia de lo que tengo aquí porque es un tesoro que es historia del pueblo, pero no encuentro a nadie joven que tenga las iniciativas que tengo yo. Entonces, al final entrar en Facebook, estar en redes sociales es la manera de conseguir que esto que he aprendido quede en algún lado. Por ejemplo, tenemos un museo de arte y costumbres populares, pero no tenemos la forma de que pueda estar abierto porque no se puede pagar para que alguien esté allí cuidándolo. La iniciativa ahora es intentar que sea virtual para que a quienes les interese tenga acceso y lo pueda ver, una manera de que los genaveros se acerquen a la cultura. Y en eso estamos, cada día es un invento para ello.

—No para de crear iniciativas para tratar que el público genavero conozca lo máximo posible sobre su municipio y su entorno.

—Este es un pueblo de gente mayor y de verano. Contamos con muchas actividades, sobre todo para los pocos jóvenes que hay. Piscina, terrazas, pero eso se queda algo vacío si la población no se fija, si no se logra que se queden. Y en eso andamos, poco a poco. Y ciertamente yo ya poco puedo hacer, pero estoy pensando en enviar mis archivos al museo Provincial o ver a donde puedo enviarlo. Tengo muchísima biografía, datos, documentos, archivos. Son muchas cosas que pueden interesar mucho y que son verdaderamente interesantes. Tengo libros, por ejemplo, que al final he terminado donando para otras personas que sé que lo van a valorar y que lo necesitan. Cuando tengo un rato me dedico a estas cosas, a tratar de recopilar datos, biografía, y al final eso tiene un valor muy importante.

—También fue uno de los pioneros a la hora de utilizar el cultivo ecológico dentro del municipio, ¿cómo decidió embarcarse dentro de esa aventura?

—Utilizo la mayor parte de mi tiempo en hacer cosas, soy activo y esta fue otra actividad en la que entre. Tuve la gran suerte de casarme con una agricultora y hemos hecho nuestras tierras durante toda la vida, ya pasarán a nuestro hijos y nosotros fuimos pioneros en la agricultura ecológica y, pro fortuna, nos ha ido siempre muy bien. En aquel momento fue algo diferente. En Europa se empezó a hablar sobre este concepto y resultó en que nos llamó la atención y nos echamos para adelante unos 30 a 40 personas que, en ese momento, fuimos tomados como locos. Ahora mismos e conoce a nivel internacional a Génave más que dentro de la provincia, debido a esto. A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos y contamos con una cooperativa de agricultura ecológica muy interesante.