“Si todo va como quiero, me quedaré”

Diana Robles relata el regreso a sus raíces después de estudiar fuera, incluso, de España

24 may 2020 / 10:01 H.

Seis de la tarde en la Villa de Siles. Desde el otro lado de la calle veo a Diana Robles sentada en uno de los bancos de la avenida principal. Una veintena de plataneros franquean su sola presencia, aunque desde lejos se vea ausente. Nos conocimos en Granada, hace ya unos años y ya, allí, compartíamos nuestras ganas de volver a la sierra. Ahora, con 27 años y ya en su pueblo, me cuenta la vuelta a casa. “Si todo va como quiero, me voy a quedar aquí definitivamente. Ya he estado en tantos sitios... Me fui muy jovencilla a hacer el bachillerato de artes en Úbeda. Después, en Granada, hice Historia del Arte y la Erasmus en Lecce (Italia), un máster en Sevilla, otra vez a Italia y a Manchester, a aprender idiomas y a trabajar de todo lo que iba saliendo, evidentemente. Después de todo ese tiempo fuera, empecé a echar mucho de menos mi pueblo, mi familia, mis amigos, la vida que había tenido aquí. Llevaba diez años sin estar donde había nacido, con mi familia, así, con ellos en casa. Y un verano decidí volver y ver cómo iba la vida por aquí. Entonces, me surgieron muchas ofertas de trabajo, y ya se fueron dando las circunstancias para quedarme en Siles. De momento, quiero seguir aquí e iniciar nuevos proyectos que me aporten la tranquilidad que me pide mi ritmo vital, disfrutar de los abrazos sin tiempos, con sentido y con gracia, de los paisajes. Creo que, en cierta manera, eso siempre había estado ahí, de fondo, y yo lo sabía, pero, no sé, a veces lo frenético te lleva al hacer cosas sin casi pensarlo. Luego al llegar aquí, toqué otra vez con eso, con lo que sabía que era una parte de mí, y que, no sé, se había quedado un poco perdido. Lo que más me gusta de Siles es estar con mi familia y mis amigos, y tener tiempo para ellos. Ahora he descubierto un Siles que era desconocido para mí, parece increíble que un sitio tan pequeño pueda tener tantas perspectivas, pero sí, las tiene. Estoy descubriendo nuevos rincones y he encontrado a gente que no conocía, a la que también le gusta disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad. Todos los domingos hacemos rutas de senderismo diferentes. Me gusta mucho haber vuelto y haberme sorprendido con lo que ya creía que conocía. A veces es difícil, sobre todo porque estamos lejos de muchas cosas que querríamos tener, pero bueno, nos inventamos otras”.

No es fácil marcharse con la promesa de que allí donde aún los ojos no alcanzan ver, está lo que creemos que es todo, y después de un tiempo, nos damos cuenta de que nos falta lo que parecía que no era nada.