Especial cuidado a los mayores

Las celebraciones navideñas pueden llevar a un desequilibrio de la rutina tanto en alimentación como en actividad física y social, lo que puede afectar en gran medida a las personas mayores

30 dic 2018 / 11:03 H.

Las celebraciones navideñas y de Fin de Año son varios de los momentos en los que la familia se siente más unida. Sin embargo, estos días festivos también pueden tener una cara negativa, que se presenta en formas de cambios en las rutinas de actividad. Ante esto, es necesario estar alerta, sobre todo en personas mayores. Concretamente, son las relaciones familiares y sociales y, especialmente, los hábitos nutricionales, los aspectos que se ven más afectados por el ritmo propio de las navidades.

En lo que respecta a la alimentación, la variación de la frecuencia y la cantidad de comidas que se experiemanta durante este periodo afecta a todas las personas, pero especialmente a las mayores, ya que, tal y como apunta el doctor David Curto, jefe de la Dirección Asistencial de Sanitas Mayores, este colectivo “suele verse más perjudicado debido a un proceso digestivo más pesado y lento, así como a la interferencia con dolencias propias de la edad”. Y es que, según datos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG), gran parte de la población mayor de 65 años está diagnosticada de alguna enfermedad relacionada con la alimentación: más del 60% tienen hipertensión, un 38% diabetes, un 50% hipercolesterolemia y un 38% padece osteoporosis, cifra que asciende hasta el 70% en la población mayor de 80 años.

MEDIDAS A IMPLEMENTAR. En este sentido, tal y como indica David Curto, lo idóneo es evitar comidas que sean excesivamente copiosas, así como moderar el consumo de sal y azúcar en los platos y postres, no abusar de las grasas e incluir propuestas que traten de adaptar las texturas de los platos a las posibles dificultades para masticar o tragar que padecen muchas personas de edad avanzada. Además de todo esto, también hay que tener en cuenta el componente social que tiene, en sí misma, la Navidad. Se trata de un periodo en el que muchas personas pueden experimentar un gran sentimiento de soledad, que es una de las causas principales del deterioro de la salud en las personas mayores, según afirman desde la Organización Mundial de la Salud (OMS). Asimismo, los recuerdos pueden afectar a su estado de ánimo, en especial en el caso de haber experimentado la pérdida de seres queridos. De hecho, durante estas fechas, es frecuente que sufran episodios de nostalgia, melancolía, desinterés, falta de apetito y alteraciones del sueño. Es un estado anímico al que se conoce como “depresión blanca” o “blues navideño” que, si no es tratado oportunamente, puede convertirse en un problema permanente. Para evitarlo, “es esencial implicar a los mayores en las fiestas de Navidad y hacerle partícipe de las actividades”, recomienda Curto. En este sentido, el doctor también aconseja que los mayores compartan más tiempo con los pequeños de la casa, ya que “no solo se potencia el estado de ánimo positivo, sino que también se refuerza la estimulación cognitiva”. Y no solo esto, la intergeneracionalidad es un buen método para ambos colectivos para su propio desarrollo y mejoras de su autonomía.

Estos días también son una buena oportunidad para disfrutar del ocio y el ambiente festivo en las calles y, así, favorecer la socialización de los mayores, muy necesaria para que también dejen de lado la sensación de soledad. No obstante, hay que tratar de evitar aglomeraciones y situaciones estresantes, como el exceso de gente o de ruido, advierte David Curto. En el caso de personas que padezcan demencia, el especialista de Sanitas Mayores recuerda la importancia del componente ambiental. “Lo idóneo es evitar los cambios en la medida de lo posible, para poder ayudar a los pacientes con demencia a que se sientan más cómodos ya que pueden desorientarse en Navidad debido al cambio de elementos del entorno como la decoración, las luces navideñas y la disposición del mobiliario”.