En el centenario del nacimiento

05 mar 2016 / 21:36 H.

Ayer, día 5 de marzo, se cumplió el centenario del nacimiento de un artista de Jaén, que su prematura muerte, 47 años, trunco una corta pero intensa vida dedicada a la enseñanza por necesidad, pero entregada a su gran vocación que era la pintura.

Nacido en Escañuela, donde transcurre su niñez, Serrano Cuesta asombra a su familia y a sus paisanos porque el niño, que aún no sabe leer, capta con su lápiz y pincel lo que tiene más cercano, bodegones, naturalezas muertas, etcétera. Su afán por aprender lo lleva a trasladarse a Jaén, en donde inicia sus estudios de Bachillerato en el Colegio de San Agustín para, posteriormente, estudiar la carrera de Magisterio, que le permitiría independizarse de sus padres y formar una familia. Asiste a las clases de José Nogué Massó, que fue su único maestro de pintura, pero el joven es autodidacta y va forjando su propio estilo sin dejar de tener como referente al gran Velázquez del que era un profundo admirador. Realiza los estudios de Bellas Artes en la escuela de San Fernando de Madrid como alumno libre, licenciándose a los tres años con el número uno de su promoción, lo que le hace salir a hombros de la Escuela por sus propios compañeros al grito de “maestro, maestro”.

Profesor de Dibujo y luego director del Instituto Laboral de Cazorla, plaza obtenida por oposición, otra vez con el número uno, pudo elegir destinos como Sevilla, Málaga... pero elige quedarse en Cazorla ante la sorpresa de su esposa, que pensaba más en sus cinco hijos, que en esa simbiosis que unía al maestro con este bellísimo rincón que él ya conocía y del que se había enamorado perdidamente. Excelentes rincones de su recia sierra, de sus gentes, sus colores salieron de su paleta, dándola a conocer dentro de España y en el extranjero.

Vuelve a Jaén en septiembre de 1962 como profesor del Instituto “Virgen del Carmen” y de las Escuelas de Magisterio. La muerte le sorprenderá un 29 de mayo de 1963, a los pocos meses de su llegada a la capital.

Serrano Cuesta fue un pintor de talla nacional, pese a su corto recorrido. Es difícil encontrar a un artista que dominase tantas facetas de la pintura. Gran admirador de Sorolla, su pintura de trazos cortos y vigorosos, recogen la luz con una gama de colores luminosos: blancos, azules, verdes, rosas, violetas... Dominó los dibujos a plumilla, acuarelas, retratos, caricaturas... En Jaén dejó constancia de su arte en las portadas de Diario JAEN del que era asiduo colaborador. La Agrupación de Cofradías editó sus carteles de Semana Santa, carteles cargados de simbolismo y de un dibujo exquisito. Primeros premios eran sus carteles de feria como las de Jaén, Córdoba, Corpus de Granada. En el amplio repertorio de su pintura no hay que olvidar un espectacular pergamino que la ciudad de Jaén otorgó al maestro Andrés Segovia.

Ilustró novelas en Venezuela. Por encargo de la Fábrica de Moneda y Timbre, dibujó sellos para Guinea y Fernando Poo. Murales como la Parroquia de la Guardia con tan solo 22 años o el retablo de la Residencia de Hermanas Mercedarias de Cazorla. Obtuvo premios nacionales y el reconocimiento de sus conciudadanos con exposiciones antológicas en Jaén y Ciclo de Conferencias, exposición de sus obras en Cazorla, amén de un Certamen de Pintura con su nombre organizado por el Excmo. Ayuntamiento de esta localidad. Recordado en la revista “Senda de los Huertos”, Jaén le rindió homenaje, poniendo su nombre a una de las calles de nuestra ciudad.

Pero no podría terminar este recuerdo sin mencionar su grandeza y calidad humana. Era una persona muy querida por cuantos le conocieron, respetado y admirado por sus alumnos en los cuales dejó su impronta y a los que animaba en su día a día y comunicaba su saber.

Y qué decir de su faceta familiar... excelente padre y esposo amantísimo que encontró en su compañera a su musa, a su inspiración...Suyos eran los cuerpos de aquellas gitanas garbosas de sus carteles o esas manos que ofrecen flores a la Virgen de la Capilla. En resumen, como decía Machado: Era en el buen sentido de la palabra “bueno”.