El tren de la sabiduría
Cristóbal Cobo es vecino de Mancha Real y es un ávido “acumulador” de saber, por lo que está en constante en formación. Ahora trabaja en el sector del ferrocarril en Leeds, en el Reino Unido, donde reside
Cristóbal Cobo tiene 38 años y es natural de Mancha Real. Se considera una persona humanista, con tendencia y querencia a absorber todo lo que puede leer. “Siempre me ha gustado tener un cierto nivel de cultura general y un mínimo bagaje en idiomas, que posiblemente refleje el hecho de haber estudiado Filología Inglesa”, describe el mancharrealeño, que, después, optó por completar su formación con la Diplomatura en Turismo. Igualmente, es diplomado en Estudios Avanzados en Filología Inglesa y cursó formación de solfeo, canto coral y algunos años de percusión, en el Conservatorio de Jaén. Actualmente, trabaja en el ferrocarril, en Leeds, aunque reside con su familia en lo que se entiende como una “ciudad dormitorio”, llamada Churwell. Sus principales aficiones son fáciles de resumir porque se concentran en leer, disfrutar del cine y, en general, cualquier tipo de “frikada” que caiga en sus manos, especialmente “Star Wars”, saga de la que se confiesa un gran fanático.
Cristóbal Cobo siempre tuvo en mente la idea de probar fortuna en el extranjero, principalmente en países de habla inglesa. “Tomé la decisión en diciembre de 2010, ante las nulas perspectivas laborales que se me ofrecían. Lo consulté con mis padres y hermana y, pese a la sorpresa inicial y la tristeza que les producía la separación, comprendieron y aprobaron mi decisión. Y, así, el 13 de enero del 2011 cogí un vuelo de ida desde Málaga a Leeds”, relata el jiennense en la diáspora.
Era la primera vez que se marchaba a residir en otro país. Cuando estudió su primera carrera, a finales de los años 90, las becas Erasmus no eran algo tan habitual en Jaén. “Debo admitirlo también, irte por aquel entonces a otro país con 19 años a vivir por tu cuenta daba un poco de miedo a lo desconocido”, reconoce el mancharrealeño. Pese a ello, sí estuvo cerca de Chester en verano de 1996, en un intercambio de estudiantes con Olivia, una chica inglesa.
Al principio le costó mucho, sobre todo, asumir el hecho de que la familia más cercana no estaba junto a él para darle consejos, proporcionarle ayuda o, simplemente, “echarle un cable para sacarle las castañas del fuego”. “También, si vienes del Sur como yo, encuentras un clima muy diferente, en el que las estaciones suelen ser más frescas y, quizás, esa diferencia climática, ayuda a configurar un poco el carácter de los habitantes, que son menos cercanos y efusivos que el andaluz medio”, argumenta Cristóbal Cobo. Pero no toda su experiencia inicial fue mala. También se llevó buenas impresiones. Por ejemplo, le llamó la atención que Inglaterra es un país muy cosmopolita, abierto a muchas culturas, donde, según ha podido constatar, no existe la discriminación laboral por motivos de procedencia, edad, estado civil, religión o elección sexual. El mancharrealeño también aplaude la aprobación de “muy buenas políticas” de ayuda económica tanto a la paternidad como la maternidad y de tipo sanitario, principalmente, en cuanto a ciertas recetas médicas. Además, reconoce la fácil disponibilidad de productos de primera necesidad, como Paracetamol o Ibuprofeno, lo que evita tener que hacer largas colas para conseguir que el médico te las recete.
“De las peores impresiones que me llevé, para mal, probablemente fue el asumir de manera cultural que el alcohol y la diversión van de la mano, provocando el encontrarte día a día escenas, en ocasiones un poco dantescas, de personas ebrias de toda edad y condición”, lamenta. Dentro de lo negativo de la situación, a pesar de ello, destaca que normalmente no suelen mezclarse con la conducción, por lo que la gente recurre al ferrocarril para desplazarse un fin de semana y poder beber sin coger el volante después, algo que aplaude.
De su estancia en el extranjero, Cristóbal Cobo ha podido deducir que Jaén es una gran desconocida. Poco conocen los ingleses del mar de olivos y del zumo que se extrae de sus árboles, base esencial de la Dieta Mediterránea. Al menos, en la zona donde reside el mancharrealeño. En Reino Unido prácticamente solo se conocen las grandes ciudades españolas, sobre todo si son de costa. Por ejemplo, muchos han visitado Barcelona, Valencia o Málaga, en busca de actividades, pero también del turismo de playa. “Algunas personas que gustan del turismo no de playa han estado en Granada o Sevilla”, explica, a la vez que matiza que aquellos que tienen conocimientos sobre la provincia es porque han vivido en ella por ser Erasmus o participar en algún programa de intercambio de estudiantes. Y es que la Universidad es una de las grandes puertas de entrada para los jóvenes extranjeros, principalmente, de Europa.
A todos aquellos que piensen en hacer las maletas y emigrar, este jiennense aconseja que, antes de nada, se lo piensen bien y solo tomen la decisión cuando estén seguros. “Una vez decididos, que sepan que es muy complicado trabajar de lo que se ha estudiado, sobre todo al principio, a no ser que se haya terminado alguna titulación de la rama sanitaria como, por ejemplo, enfermería, odontología o veterinaria”. Y es que ese tipo de conocimiento son bastante demandas en Reino Unido. Por otro lado, el mancharrealeño aconsejan que tengan paciencia, porque siempre habrá momentos difíciles en el día a día. “Que perseveren porque, afortunadamente, los españoles somos considerados personas trabajadoras y nos empeñamos en demostrarlo constantemente”, concluye el jiennense en la diáspora.
Para este jiennense, su ciudad de acogida, Leeds, no es especialmente turística. Más bien es una urbe de negocios y servicios. Pese a todo, recomendaría pasearse por Roundhay Park , especialmente cuando el tiempo es bueno y todo el mundo se reúne en este espacio para tener una barbacoa con la familia o amigos. También aconseja conocer la Abadía, que son las ruinas de un antiguo monasterio cisterciense cerca del río Aire, y donde se puede uno disfrazar con atuendos típicamente medievales. Finalmente, Cristóbal Cobo considera que es destacable, también, la visita al Tropical World, si se quiere contemplar todo tipo de animales de climas más tropicales y exóticos. Son algunos de los atractivos de esta urbe, pero el Reino Unido ofrece un sinfín de posibilidades para el turista, tanto desde el punto de vista cultural, deportivo, de ocio o patrimonial. Una de las ventajas de residir en otro país es que las maratonianas jornadas de trabajo se pueden conjugar con gratificantes rutas turísticas.
Leeds, la urbe en la que trabaja Cristóbal Cobo es una ciudad de contrastes. Uno de los grandes reclamos turísticos es su parque de atracciones, además de la espectacular vista aérea de la que goza, con el observatorio como edificio reinante. Es uno de los paisajes que le gusta fotografiar al joven de Mancha Real.
Uno de los aspectos en los que coinciden todos los jiennenses que deciden marcharse a trabajar fuera es la importancia que tiene el estar rodeado de nuevos amigos. Es lo que le sucede a este mancharrealeño, que después de un proceso de adaptación, ha entablado unos lazos de amistad que perdurarán toda la vida.
Lo que más echa de menos Cristóbal Cobo es a su familia, amigos, y a su gente en general. Además, añora pasear y sentarse en un banco al sol, tomarse un tinto de verano con su tapa, escuchar el acento con el que ha crecido y se crio y un sinfín de cosas que es imposible de enumerar en este reportaje.
Uno de los espacios recomendables para visitar en un viaje hasta Leeds es, por ejemplo, la Abadía. Son las ruinas de un antiguo monasterio cisterciense cerca del río Aire, y donde se puede uno disfrazar con atuendos típicamente medievales. Es uno de los grandes atractivos de una urbe que está considerada como dormitorio.