Ilusión truncada de todo un pueblo

Diego Fernández Muñoz, alcalde de Albanchez de Mágina

26 abr 2020 / 12:42 H.

El estallido de esta crisis sanitaria nos cogió a todos “distraídos” en nuestra rutina diaria. Cuando el Gobierno decretó el estado de alarma, en Albanchez estábamos sumidos en plena faena con los preparativos de nuestras fiestas patronales en honor de San Francisco de Paula, que íbamos a celebrar los próximos 3, 4 y 5 de mayo. Cada uno desde su posición, comisarias, hermandad, sacerdote, costaleros, bares y restaurantes, tiendas y demás negocios y todas los albanchurros, nos preparábamos para vivir como comunidad los días más importantes del año. A mí personalmente y a los concejales y concejalas del equipo de Gobierno nos sorprendió la noticia en medio de la elaboración del programa de fiestas, la contratación de espectáculos, la pirotecnia, que si actividades para los más jóvenes, los mayores, los adultos..., y de repente, un jarro de agua fría, tuvimos que tomar la decisión de suspender la celebración de las fiestas. Una decisión dura ante la que no teníamos otra alternativa.

A partir de entonces, toda la energía de un pueblo ilusionado con la celebración de su principal feria anual se tuvo que frenar y cambiar de objetivo. Desde el Ayuntamiento tuvimos que hacer un gran esfuerzo para adaptarnos a la nueva situación. De repente, el bullicio propio de los preparativos para vivir días de celebración junto a familia, amigos y vecinos, se convirtió en soledad en las calles, miradas de incredulidad, preguntas para las que no había respuesta.

Mi teléfono no me daba respiro con preguntas de todo tipo. ¿Tendré que cerrar el bar?; ¿puedo ir a Jaén?; ¿qué pasará con mi cita del médico?; ¿haremos las fiestas al aire libre no?,

Y con el paso de los días las preguntas iban cambiando. ¿Y para cobrar el paro?; ¿cómo renuevo la demanda?; ¿hay que llevar mascarilla?; ¿nos van a pagar algo a los autónomos?; ¿puedo ir al campo a trabajar?...

Lo cierto es que, a pesar de las dificultades, rápidamente nos pusimos en marcha, en pocos días analizamos la nueva situación y empezamos a detectar las nuevas necesidades. Lo primero fue organizar un grupo de voluntarios y voluntarias para evitar que nuestros vecinos de más edad y personas dependientes tuvieran la necesidad de salir a la calle. Rápidamente lanzamos un llamamiento en las redes y ese mismo día tuvimos la respuesta de los que se ofrecieron a ayudar, con lo que prácticamente en un día. Organizamos la estrategia para hacer la compra de alimentos y medicinas a nuestros mayores y al mismo tiempo disponemos de un sistema de “vigilancia” de su bienestar dos veces por semana.

Al disponer de dos enfermeros entre nuestro equipo de Gobierno, también hemos tenido ventaja para seguir el pulso de los posibles contagios, seguir sus instrucciones y lanzar mensajes a los vecinos sobre la forma más eficaz de no contagiarse y hasta ahora lo estamos consiguiendo de esta manera cero contagios en nuestro municipio.

Por otro lado, hemos recibido diverso material sanitario desde distintas instituciones y empresas (500 mascarillas de la Diputación Provincial; más de 500 del Ayuntamiento de Valdepeñas de Jaén; 30 de la Junta de Andalucía; 50 pantallas protectoras de la empresa Valeo, en Martos, y 20 del Ayuntamiento de Jódar), a los que agradezco su ayuda de corazón. Además, desde el Ayuntamiento hemos adquirido gel hidroalcohólico y mascarilla, que ya hemos repartido a los establecimientos de alimentación, estanco, farmacia y demás negocios abiertos, así como a los autónomos del municipio. Igualmente, hemos desinfectado nuestras calles y espacios públicos a diario.