Analizando la Sacra Capilla del Salvador de la ciudad de Úbeda

¿Por qué nos llama tanto la atención este histórico monumento que mandó a construir el secretario del rey Carlos V? Su belleza, creatividad, arte y singularidades lo convierten en un espacio único

27 oct 2019 / 12:40 H.

Por qué nos llama la atención la famosa capilla del Salvador de Úbeda? Nadie que visita la ciudad de Úbeda puede quedar impasible cuando observa el gran panteón mandado a construir Francisco de los Cobos (secretario de Carlos V), para albergar los restos mortales de él y su señora, María de Mendoza. Se desarrolló un programa iconológico e iconográfico de gran calado e inserto en el Renacimiento pleno e ideado por Fernando Ortega y Salido. Sin saberlo, turistas como oriundos del lugar vivimos una “Experiencia Estética” que a veces no logramos explicar. La creatividad, la forma, la belleza, el arte y la mimesis son ideas que, para autores como Santo Tomás de Aquino, Kant o Wladyslaw Tatarkiewicz han sido estudiadas desde tiempo inmemoriales.

Analizaremos detalles constructivos en una primera parte con imágenes y valoraremos la obra desde la Teoría psicológica Gestalt en el segundo lugar. Dicho teoría puede encuadrarse dentro del marco más amplio de la psicología humanista, ya que pone énfasis en las vivencias subjetivas de cada persona, da importancia a aspectos positivos de la psicología y trabaja con una concepción del ser humano como agente capaz de desarrollarse de forma libre y autónoma. El máximo representante es Marx Wertheimer.

Comenzamos para hacernos idea de las dimensiones de la obra haciendo alusión a Papa Paulo III (Alejandro Farnesio), el cual envía desde Roma bula para poner el proyecto constructivo en marcha y actuar como un factor coadyuvante. Además, la familia de los Cobos pretendió desarrollar un complejo con universidad, más tarde sería un estudio general con dos cátedras (latinidad y retórica), así como un Hospital y un convento que nunca se llegó a materializar. La obra se comió una parte de suelo público y hubo pleitos.

El proyecto fue encargado Diego de Siloé siguiendo el postulado de Albertí en su obra “De re Aedificatoria”, combinando formas geométricas de rectángulo y círculo. En junio de 1540 los canteros Vandelvira y Ruiz volvieron a contratar la obra de la “puerta principal, pero añadiendo elementos que no había planificados en un primer momento, más las dos portadas laterales, junto con la sacristía de nuevo diseño en la que Vandelvira mostrará su pericia con bóvedas vaídas, pilares, arco de medio punto, tondos, cariátides o telamones entre sibilas y capillas en nicho para cajoneras. El costo alcanzó los 20.000 ducados en 1556 (540.000 € actuales aproximadamente) y la capilla fue consagrada en 1559. El programa iconográfico corrió a cargo de Esteban Jamete, con la imagen principal de La Transfiguración en el Monte Tabor acompañada de otras que evidenciaban la sabiduría cristiana y la del mundo antiguo, no solo grecorromano, sino también oriental.

La fachada principal es un altar pétreo y cuyo tema central escultórico de la portada se corresponde con la escena del altar interior “La Transfiguración de Cristo en el Monte Tabor”. Se estructura en dos cuerpos y acaba en una ventana tripartita (aludiendo a la Santísima Trinidad) con frontón. La Torre del campanario tiene influencias orientales (Foto 1). Llaman la atención los contrafuertes cilíndricos laterales a modo de flamígeras. Tanto estos contrafuertes cilíndricos como los otros dos contrafuertes en prisma acentúan el sentido funerario del edificio simbolizándolo con una ascensión desde lo terrenal a lo espiritual acompañados de bucráneos y guirnaldas.

Seguidamente, continuando el camino de fuera hacia adentro, nos llama la atención el uso de escudos heráldicos de los fundadores a ambos lados, sostenidos por tenantes para el escudo Cobos y por plañideras para el de su señora, encima de unas bases que simulan sarcófagos. Sobre los escudos heráldicos se corre un friso con aros entrelazados simbolizando la inmortalidad (foto 2).

Entre los contrafuertes de prisma, encontramos dos relieves relacionados con los trabajos que Hércules realizó para expiar sus culpas, encontrándonos el arco de acceso al interior. El relieve izquierdo muestra el episodio que protagonizó Hércules contra los toros de Gerión y el derecho narra la lucha que mantuvo contra el Centauro Neso (foto 3).

La portada despliega un minucioso y complejo programa escultórico que viene a recoger el esquema básico que ofrece la Puerta del Perdón realizada por Siloé en la Catedral de Granada hacia 1532. Este esquema tiene relación claramente con los arcos de triunfo propios de la antigüedad romana de ascendencia serliana. Vandelvira los usará en distintas ocasiones. En el caso del Salvador de Úbeda se organiza mediante columnas pareadas sobre basamentos que cobijan sendas hornacinas superpuestas que nunca acogieron estatutaria porque el dinero destinado al encargo fue empleado por María de Mendoza en obras pías. En este primer cuerpo, los motivos minuciosos como grutescos, guirnaldas, calaveras y trofeos militares se entremezclan con la figura humana tanto de significación pagana como cristiana, denotando un humanismo erasmista (fotos 4 y 5).

El arco de acceso desarrolla en su intradós una cosmogonía que tiene por origen a Platón. En cada una de las dovelas del arco están los dioses del panteón Olímpico: Diana, Mercurio, Marte, Saturno (dovela central) Júpiter, Phebo, y Venus. Además, aparece la personificación de los cuatros elementos: Vulcano, Neptuno, Eolo y Anteo. En la clave del arco, Eros domina atentamente todo lo que ocurre bajo él (Foto 6). En las enjutas del arco, aparece la personificación de la Fe y la Justicia, que ayudadas por Tellus, son coronadas por dos amorcillos. Al lado derecho del arco se añade una escena de la lluvia del Maná y una escena que narra la Natividad de María. Además, bajo estos relieves semiocultos entre columnas, se abren tres tondos masculinos identificadas con Francisco de los Cobos, Julio César y un Emperador de Sacro Imperio. En el lado izquierdo del arco, se muestra el episodio bíblico de la serpiente de bronce, San Joaquín y Santa Ana se funden en un fuerte abrazo ante la puerta Dorada y hay otros tres tondos femeninos que se identifican con María de Mendoza, Santa Helena y Santa Isabel.

Una vez analizada la obra iconológicamente hablando, nos centramos en el proceso por el que construimos marcos de percepción de la realidad en psicología para llegar a la comprensión. La Gestalt nos acerca a una concepción humana caracterizada por su papel activo a la hora de percibir la realidad y tomar una decisión. Las leyes que se aplican en la obra del Salvador sin que nosotros lo sepamos, quedan plasmadas y responden a maneras de organizar. Son las siguientes:

Ley de la Proximidad. Los elementos tienden a agruparse con los que se encuentran a mayor distancia formando un cuadro global.

Ley de la Continuidad (Buena Continuación). Nuestros ojos siguen fácilmente elementos que se disponen a lo largo de una línea continua, y los percibimos como una unidad, aunque se superponga una imagen. El programa escultórico se distribuye en dos cuerpos más frontón. Todas las esculturas que aparecen en la fachada se distribuyen siguiendo dicha ley de continuidad, incluidas la balaustrada que separa el primer del segundo cuerpo.

Ley de Pregnancia. Los elementos son organizados en figuras simples, simétricas, regulares y estables. La obra deja un programa escultórico simple y claro, con escudos familiares que se distribuyen de forma regular y multitud de figuras simétricas con formas armónicas. Nuestro cerebro prefiere composiciones armónicas y en la obra que nos atañe podemos observar esas características de composición. Detalles en imágenes como la llave cogida por San Pedro nos sitúan en la obra para facilitar su comprensión.

Ley de Simetría. Los objetos simétricos se relacionan con aspectos positivos como la consistencia, la estabilidad y la solidez. Los objetos que son asimétricos dan impresión negativa. El programa iconográfico está ideado para dar solidez y estabilidad. Los contrafuertes, la alineación de la ventana tripartita, las dobles columnas a los lados del arco central de la portada, la heráldica y las imágenes talladas clásicas, junto a los tondos se rigen por la simetría.

Ley de similitud. Los elementos que son similares tienden a ser agrupados. Ésto se puede observar en los tondos tallados a ambos lados de la fachada entre los contrafuertes y columnas. También se observa en la composición de columnas con plintos tallados con bucráneos y guirnaldas, torres circulares, contrafuertes centrales o la imagen con la Fe y La Justicia que sustentan una inscripción.

Ley de Contraste. La posición relativa de los diferentes elementos incide sobre la atribución de cualidades en los mismos para transmitir el significado moralizante.

Ley de Fondo. El cerebro no puede interpretar un objeto como figura o fondo al mismo tiempo. Dependiendo de la percepción del objeto será la imagen para observar. El contraste de luces en la fachada a través de las formas talladas nos lleva a identificar la forma compositiva más allá de las figuras esculpidas en primer lugar y su distribución en el espacio.